MARVEL One-Shots.

Logan Howlett/Wolverine

Título: "¿Disculpa?"

Personaje: Logan Howlett/Wolverine

Advertencias: Ninguna

Terminaste de cenar y te levantaste a dejar tus platos en el fregadero. Cuando te diste la vuelta para salir, viste a Logan parado en el marco de la puerta. Le sonreíste.
—Vaya, sigues despierto.
—¿Por qué te sorprendes?—Dijo en un tono burlón.
—Bueno, hoy fue un día pesado.
—He tenido peores, créeme—Se adentró a la cocina.
—Siempre hay peores—Reíste levemente.
—Si, siempre los hay—Asintió, mientras buscaba algo de beber en el refrigerador.
—Un vaso de leche no estaría mal.
—¿En un biberón? No tengo 5 años (Tn).
—Toma jugo entonces.
—Una cerveza estaría mejor.
—Buena suerte tratando de encontrar una.
Logan gruñó.
—Es una escuela, ¿Qué esperabas?—Se escuchó venir de una voz masculina del otro lado de la cocina.
—Bobby, ¿Tú también?
—Se me espantó el sueño, oye, Logan, ¿Me pasas el helado que está en la nevera?
Logan asintió, y arrojo el bote de nieve hacia Bobby, el cual lo tomo sin ningún esfuerzo. Después, se sentó en una de las sillas junto a la mesa.
—¿Hay algo aquí que no sea Jugo o leche?
—En la alacena de allá arriba hay algunos refrescos—Señaló con el dedo hacia el lugar.
Logan se dirigió hacia dónde Bobby le había indicado, abrió la alacena y tomo uno de los refrescos que había ahí, lo destapó y se sentó frente al chico.
—Yo me voy a dormir, buenas noches chicos—Te despediste.
Antes de salir, te acercaste a Logan y le diste un pequeño beso en la mejilla para luego irte.
Logan se resistió a sonreír, pero era imposible ocultar del todo la felicidad que sentía en ese momento.
—¿Puedes?—Preguntó, tendiéndole la botella al joven muchacho.
—Claro—La tomo y le soplo un poco, haciendo que la bebida se enfriara, devolviéndosela por fin.
—Gracias—Se la llevó a la boca de nuevo.
Hubo unos segundos de silencio, hasta que Bobby habló.
—¿Qué pasa entre tú y (Tn)?
Logan casi se ahoga cuando escuchó aquella pregunta.
—¿Disculpa?—Indagó, fingiendo confusión y algo de molestia.
—No, nada—Respondió rápidamente, arrepintiéndose por la imprudencia que acababa de preguntar.
Pero aunque él hombre de las garras quisiera negarlo, sabía mejor que nadie que definitivamente pasaba algo entre ustedes dos.