capitulo 2

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Una perra que cuando ladra si muerde

Megan

Estoy en el centro comercial y decido entrar al café que tengo en frente, ruedo los ojos mientras me quejo —esto solo puede ser mala suerte, encontrarse con estas dos solo puede ser eso, mala suerte.

—Valla, miren a quien nos encontramos aquí, a la futura esposa de Josh Wetterberg. —tapan su hedionda boca con sus manos, tratando de atrapar su risa de burla, solo le doy malos ojos y paso por en medio de las dos, tratando de omitir el comentario.

— ¿Sabias que ya no vas a casarte?

Al darme vuelta para contestar a su pregunta, veo que Josh sale del café, al encontrar nuestras miradas le doy una de muerte, su hermana Margaret nos ve a ambos y termina mirándolo a él— ¿Hablaste con Abigail?

Josh la mira y de  inmediato le ordena. —Calla!

— ¿Abigail? ya es la segunda vez que escucho ese nombre— ¿Quién es Abigail Josh?

—Ya lo hablaremos después Megan por favor, debo irme nos vemos luego.

Tengo ganas de armar un escándalo en lo que me deja allí plantada, sin respuestas y dándome la espalda, decirle de una maldita vez me explique ¿quien es Abigail y que está pasando? pero no lo hago para no dar gusto a las dos perras que ahora lo acompañan, Margaret y su tía Rusbeth, dos perras que ladran y que por lo visto también muerden. ¿Cuántos comentarios sarcásticos y burlas he tenido que soportar de estas dos? ¿Cuántas veces voy a ver que Josh no hace nada al respecto? Yo me estoy cansando de esto y está muy próximo el día en el que les de su merecido a ambas.

Llamo a Rose pero cuando deja perder mis dos llamadas, se que esta malditamente feliz en los brazos de Eliot celebrando su llegada, en cambio yo estoy aquí sola, viendo como mi "prometido" huye con su hermana y su tía, eso entre otras pequeñas cosas son de las que me doy cuenta que odio de él, es tan cobarde, tan falta de huevos, todas las veces que hemos sido atacados por su familia y amigos ha sido incapaz de abrir su boca y mandarlos al carajo, por todas esas veces que me he visto sometida a aguantarlo todo por él, pero no más, juro que ya no más.

En la salida del centro comercial escucho mi teléfono sonar. —Aló.

—Meg ¿como estas? tengo dos llamadas perdidas tuyas.

—Si te estaba llamando para... —hago una pausa, se escucha de fondo como Eliot esta abrazándola dando besos en su cuello y ella ríe tratando de hablar conmigo  —sabes que, hablamos después Rose, es obvio que estas ocupada y no quiero a tu estúpido novio reclamando que no te dejo tener sexo con él en paz.

—Pero Meg.... 

Cuelgo el teléfono, no me interesa lo que tenga que decirme, sé que puedo ser una molestia para ella en este momento, suspiro abrumada y a su vez tomo aire ¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy tan amargada, tan frustrada? No puedo ser egoísta con Rose y enojarme, porque ella este feliz con su novio y yo no, la culpa de todo la tiene Josh o la tengo yo, por dejar que siempre me ponga en la misma situación.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora