capítulo 44

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¿Por qué huyes?

Amaneció y al ver a Piero dormido a mi lado me recuerda que lo que sucedió anoche, no fue un sueño esto es real, estamos aquí enrollados en nuestras sábanas uno al lado del otro, lo observo de pies a cabeza y una vez más me doy cuenta que él parece un modelo salido de una revista, su cara es la mezcla de un chico bueno y un chico malo, la picardía que hay en su rostro me atrae ¡claro no más que su cuerpo!

Lo que siento por Piero me asusta porque siempre creí que para acostarte con alguien deberías amarlo como en su día yo amé a Josh, a Piero lo quiero de eso no hay duda, pero lo que me lleva a querer besarlo, tocarlo y abrazarlo es que me gusta y me acabo de dar cuenta que me gusta y mucho, asi como tambien me acabo de dar cuenta que no se qué le voy a decir cuando despierte, no sé cómo reaccionar cuando me vea aquí desnuda acostada a su lado.

Tomó la decisión de huir antes de que despierte, así que con mucho cuidado me levanto de la cama, tomo mi ropa del suelo y me voy de puntillas al baño, asomo la cabeza por la puerta cuando estoy lista y aún sigue dormido, tomó una hoja y le dejo una nota, al salir Noel está recostado en el auto leyendo la prensa y tomando un vaso de café ¡Valla está a toda hora listo para lo que Piero disponga!

—Buenos días Noel.

—Señorita Meg —por poco escupe el café cuando me ve parada tan temprano frente él.

—Noel podrías llevarme de vuelta al hotel por favor.

—Claro, por supuesto señorita! — me mira por el retrovisor —disculpe la pregunta ¿sucedio algo malo?

— No, no ha pasado nada malo, pero antes de llevarme al hotel ¿podrías conseguirme un café como ese que estás tomando en este momento?

—Si por supuesto.

Noel pasa por la cafetería, baja a comprar mi café y cuando al fin lo tengo me lleva al hotel, estoy en el ascensor y me siento inquieta, entró a la habitación y voy directo a la ducha me he puesto mis jean, mis tenis y una camisa de botones blanca, me siento en la cama y agarró con ambas manos mi cabeza para pensar ¿Qué estoy haciendo? ¿Acaso pienso regresar sola a Manhattan? No puedo hacerle esto a Piero, el no lo merece necesito calmarme, lo que ha pasado entre nosotros no ha sido nada malo, yo lo quise y él obvio que también, ya pasó un año de que Josh y yo terminamos ósea que soy totalmente libre para estar con quien yo quiera estar, por Dios voy a volverme loca quiero salir corriendo de aquí, corriendo porque no sé con qué cara voy a mirar a Piero y por otra parte deseo con todo mi corazón que aparezca y no me deje escapar.

Escucho que llaman a la puerta de la habitación —debe ser el servicio a la habitación en realidad si tengo muchísima hambre hoy.

Al salir me encuentro a un sexy Piero de pie frente a la habitación con la bandeja del desayuno.

—Si sigues así van a despedir a los empleados para contratarte a ti— le dejó entrar y cierro la puerta para ayudarle con la bandeja.

—Si todas las chicas que se hospeden van a ser tan hermosas como tú, me arriesgo y tomo el empleo —nos miramos y ambos sonreímos, me he quedado sin palabras ahora no sé qué decir, me mira a los ojos y me acorrala poco a poco hasta que me encuentro chocando contra la pared.

 —¿Por qué huiste?

—¿Qué... yo? —sé que estoy pálida como un papel frente a él porque lo veo reírse.

—¿A qué le temes Meg?

—Yo... no — lo miro a los ojos y veo que él lame sus labios mientras mira los míos yo me muerdo los labios pensando en besarlo y sin darme cuenta ya estamos comiéndonos a besos el uno al otro.

—No debes temer Megan, yo sé que no estás preparada para amar de nuevo, pero déjate querer por mi Meg deja que yo te quiera.

Me rendí ante sus besos, ante sus palabras e hicimos el amor de nuevo.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora