Capitulo 9

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Estábamos todos bailando en el salón, tal vez un poco AJUSTADOS para el gusto de algunos, pero disfrutábamos como nunca. Al ritmo de Kill Em With Kindness de Selena Gomez, nos movíamos creando una danza con nuestras sombras de lo mas extraña, rápida y movida. Se podría pensar que es parte de un rito ancestral, una invocación a los seres divinos de la noche salvaje. Hasta que ÉL me agarró de los brazo. Debió de pasar rápido, pero por culpa del dichoso alcohol todo ( para mi punto de vista ) era como ver un film antiguo a cámara lenta, muy lenta.

-Javier, creo que deberías dejar de beber...- me dijo. Sin darme cuenta habíamos llegado a la cocina de la mano.

- Estoy perfectamente y soy mayor de edad, tengo derecho a beber -Dije bastante borde y le solté la mano, subí con no mucha estabilidad a la encimera de la isla, muy moderna, de aquella cocina.- si eres tan amable, me podrías dar un vasito de agua, preferiblemente de Hello Kitty y rosa.

Dijo un seco "claro" y se acercó al grifo que estaba, para mi, estratégicamente situado a mi derecha, a menos de dos centímetros de donde estaba yo sentado.

Me relleno el vaso y me lo tendió con una media sonrisa. Pero esa capa de simpatía bien trabajada no impedía darse cuenta de su verdadero estado, serio.

-Toma- me lo tendió con un poco de cuidado por que estaba casi lleno.

Pero yo no estaba en uno de mis momentos mas lucidos de la noche y, se lo tiré en la camisa. No se si por las ganas que tenia de besarle y ver su torso desnudo o por culpa del pedo que llevaba encima.

-¡¡Joder, lo siento!! - fingí preocupación mientras gesticulaba y hacia gestos de loco.

-No pasa nada, seguro que tienes un dolor de cabeza terrible...-

De repente todo en ÉL cambió. Me acarició un mechón de pelo rebelde que se negaba a hacer parte del tupé, fue pasando su grande mano por mi mejilla, acariciándola con cariño. Aquella muralla de seriedad que con tanto esmero había construido, se convirtió en un montón de escombros.

Me cogió de la barbilla y antes de que pudiese hacer nada, su mirada ya estaba penetrando en mis ojos ambarinos. Cuando me la soltó, la barbilla, volvió a subir su mano para intentar colocar ese pelo rebelde del que antes ya había hablado. Su ojos seguían intentando descifrar mis sentimientos ocultos. Mientras ÉL hacia su trabajo, yo empecé con el mío. Fui desabrochando su camisa húmeda. Sin mover ni un milímetro mi cara, me deshice de ella. Empecé a tantear el terreno poco a poco, musculoso.

No me pude retener.

Me lancé a por sus labios como un depredador a su presa. No podía aguantar aquel sufrimiento: tenerla delante y no poderle ni tocar, ni besar. Nuestras lenguas se movían como anteriormente lo hacían nuestros cuerpos en el salón. Pero ÉL se separo.

-No puedo hacer esto, esta mal. - se pauso la camisa otra vez, a la velocidad del rayo. Yo estaba jodidamente confundido y no pude hacer otra cosa que empeorar la situación.

- ¡Claro que no puedes!- le grité y me bajé como pude de la encimera. - ¿Como va a ser el chico mas popular del instituto gay? Es verdad, es mejor ocultarlo con un rastro de tías con las que te acuestas un día si y otro también.

Salí de allí echo todo un basilisco, empujándole al pasar por la puerta de la entrada. Al salir, todo seguía igual. Pero algo no encajaba.

-No es por eso, claro que podría aceptar ser gay.- Cameron seguía dándome excusas. Pero yo estaba buscando algo mas importante, la pieza que no encajaba en este puzzle.

- ¡Deja de darme excusas Cameron! Soy fuerte, vale, entiendo que no te atraiga- Me estaba empezando a cansar de este juego. Y lo peor solo acababa de empezar.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2016 ⏰

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