Capitulo 6

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Dios mio.

Creo que Steph nos ha echado hongos alucinógenos en vez de arándanos en las magdalenas, por que estoy en el puto mundo de los unicornios.


Era el chico de oro. Estoy seguro que se inspiraron en él para hacer el muñequito dorado de los Oscar. Era como un imponente busto, una representación de un dios griego. Una estatua perfectamente esculpida con curvas y todo lo que un mortal podía ansiar de una divinidad. Su cabello era de un castaño avellana, con un corte uniforme por lo general. Su flequillo peinado hacia arriba, con tupe incluido, dejaban a la intemperie y a la vista de todos sus ojos verdes azulados o ne se muy bien que color, en esos mo momentos nome iba a poner a inspeccionarle con lupa al pobre chico. Llevaba una camiseta gris claro de manga larga que realzaba el color de su pelo y unos pantalones vaqueros rotos en las rodillas.

No se como, pero me quedé mirándole por lo menos cinco minutos. Todos los alumnos se fueron sentando e incluso Paula se me había acercado y me había saludado, pero yo ni me inmuté. Fue solo hasta que ÉL se dirigió a mi con su mirada. No tenia ni idea de su nombre, pero no se como él si sabia el mío. Me extendió su mano.

- Cameron. - a secas. Sin nada mas.

Cuando le fui a estrechar la mano, él se adelantó.

- Javier, si ya lo se- y pasó al lado mio como quien no quiere la cosa, y luego el muy caballero me dio una palmadita en la espalda, como si fuesemos los mejores amigos desde que pintábamos con pinturas en infantil...

Me había totalmente olvidado de Jesus, pero de eso ya nos ocuparíamos Tania y yo. Volví a mi sitio encandilado por el nuevo personaje de mi ordinaria vida, Cameron. Al sentarme, Tania estaba colocándose y mirando ensimismada, como si estuviese mirando a través de una ventana hacia otro mundo, el anillo que los dos llevábamos desde los quince años. Siempre que lo hacia de aquella manera era augurio de preocupación, tristeza y nostalgia. La pobre sufrió injustamente por culpa de otras. Sufrió lo insufrible a la edad de los quince años.

La invadían sentimientos demasiado maduros para ella, al igual que sus amores platónicos. Me acuerdo de noches llorando bajo una tiendo de campaña improvisada con sabanas en su piso de las afueras de Madrid. Los dos llorábamos como si no hubiera un mañana y comíamos chocolate para intentar reemplazar ese sentimiento de amargura por la del cacao. Cada uno por diferentes personas, pero siempre el mismo causante, el amor. Pero aun así, ahora con diecisiete años, seguía pensando en los autores de el desplome y el triturado corazón que palpita a duras penas. No se si alguien será lo suficiente fuerte como para reconstruirlo pieza a pieza. Pero Paula, Alicia y yo, seguíamos teniendo esperanza. Pues es eso lo que hace que la humanidad siga en pie.

Me senté causando un poco ruido para que Tania se despistase de aquel cilindro de plata de ley. Por suerte lo hizo. Se recogió el pelo en una coleta con rapidez y me miro con una sonrisa falsa, pero sabia que pronto haría que saliera la verdadera repleta de perlas blancas. Me senté y saque mis libros de Lengua Inglesa y un cuaderno de tapa gruesa morado y finalmente un estuche de Donald, Mickey y algunos personajes de Disney mas. A Tania le encantó.

- ¡¡Que cuquiiiii!!- gritó un poco demasiado alto. Todos los alumnos se nos quedaron mirando con cara de desconcierto, pero pronto se tornaron en risas y comentarios por lo **vagini**

Y por fin, cuando estábamos todos sentados y como si estuviese esperando a que lo hiciésemos, entró la profesora. ¡Era lo peor que había visto en mi vida! ¡¡Era como la puta personificación de Desigual!! Llevaba ABSOLUTAMENTE TODO de Desigual: camiseta negra con esos estampados de flores y círculos con un fondo negro; unos pantalones vaqueros con esbarosquis y cosas por el estilo pegadas y con el logo de Desigual por todas partes; unas sandalias de cuero con el mismo logo en el talón.

Dios, no podía aguantar la mirada mas de tres segundos sin que picasen los ojos.

Pero aquí no acaban las cosas: hiperactiva, loca al coño y terriblemente insoportable. Todo esto en una SOLA hora. No paraba de moverse que si de arriba y abajo como si de lado a lado. Que si tocándose la coleta como una loca. Que si escribiendo en la pizarra can la caligrafía mas cuidada y perfecta del mundo, pero mirando a Cuenca. Bueno, y esto fue ya el colmo: estaba la Hiperactiva ( nombre decidido entre Tania y yo...) escribiendo en la pizarra con su perfecta escritura mientras miraba a la ultima fila, donde sentaba un tal Paul que no paraba de tocar los cojones, cuando va la Hiperactiva y acelera la mano como si fuese eso una carrera de caballos. Pero esto no e todo, cuando su muñeca impactó contra el saliente que hay en las pizarras para dejar los rotuladores de metal. Pero la hostia del siglo, pero tal hostia, se calló toda la clase esperando un chillido de dolor, pero en vez de eso, ¡¡se empezó a descojonar!!!
Y todos: "¿¿ pero Missis estas bien ??

Cuando salió Por la puerta cada nos pusimos a tirar todos los apuntes y hojas por toda la clase. Pero mi visión calló como lo hizo durante precariamente toda la horade inglés, en Cameron. En sus labios gruesos, los mas gruesos que había visto en la vida (por parte de un hombre...) y como brillaban cuando se los lamia por la sequía que los agrietaba, que ya me gustaría a mi poder hacérselo, y como brillaban al recibir los rayos de luz procedentes de la ventana que estaba justo al lado suyo. En como su camiseta se ajustaba a sus marcadísimos músculos de los brazos al igual que en los de las piernas por culpa de esos pantalones negros, y como le marcaba ese culo...

- No creo que sea el primer día y ta te hayas enamorado de un...- Tania me iba ha echar el típico discursito de amiga deprimida cuando, literalmente, entró a clase un PIBÓN EMPAPADO.

No podía haber nada mas sexi para Tania que un tío que le saque el doble de edad, uno que este mas putamente bueno que el pan y otro que este completamente empapado. Y ya, si la pones todo esto fusionado en un profesor, se sube por las paredes. Esta vez se contuvo quieta en su sitio. Cuando el nuevo intruso se quitó su empapada capucha, pudimos verle o mejor dicho reconocería como el profesor de matemáticas del avión, Henry.

Tania al reconocerlo, se quedo con la boca mas abierta de lo posible en aquellas situaciones. Se quitó pa chaqueta y la dejo en la silla. Debajo de ella, había igualmente empapada una camiseta gris. Se le marcaba absolutamente todo su musculoso torso. Dios...

- Bueno chicos, la mayoría ya me conocéis, pero para los nuevos,- señaló con la cabeza a Alicia que estaba enfrente nuestro- Alicia D'Ambrossio, con origines argentinos pero residente en España hasta unos pocos días, - ahora señalaba a Paula - Paula, española y reside te en Madrid con sus otros dos amigos- ahora a nosotros- Javier, vivía en Madrid pero con orígenes gallegos y por ultimo- joder , parecía que nos estuviese leyendo la ficha de arriba a abajo- y ella es, Lucia, ¿Tal vez?

La que ha liado este. Tania odiaba que la gente nos supiese su nombre, mas aun si e un tío al que quiere impresionar. Se puso roja como una cereza madura y creí que se moría por momentos.

- Tania, se llama Tania- dije yo de modo mas educado que pude.



Run away from our truth.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora