Era el día más frío que había tenido Brooklyn en semanas, pues acababa de empezar el invierno. Era eso de las 3:00 pm, me encontraba en mi habitación cuando escuché a mi abuela llamándome, me levanté para ver que necesitaba cuando entré a la habitación, me dijo:
—Tom, ¿podrías por favor traerme un poco de agua?
Mi abuela no era ese tipo de personas que no hacían nada, ella está muy enferma. Hace meses, le diagnosticaron cáncer, al principio mi madre no me quiso decir nada, pues a mi abuela le quedaba poco tiempo, pero lo sabía, no soy ingenuo. Amaba demasiado a mi abuela, mi hermana y yo somos muy apegados a ellas, pero no quería hablar, estaba muy cansado y estresado porque acaba de entrar a la escuela, Rigchwood es una escuela cercana a mi casa, aunque no es tan prestigiosa, es muy estricta y he estado muy atareado con los trabajos y tareas que me han dejado.
Regresé a la habitación, mi abuela estaba viendo sus novelas.
—Toma, abuela.
—Gracias, Tommy —sonreí al escuchar el antiguo apodo que tenía de pequeño, pues todos mis familiares me llamaban así.
Cuando iba a salir de la habitación, ella me dijo:
—Tommy, acércate, necesito hablar contigo —No sabía que me iba a decir, pero cerré la puerta y me senté junto a ella y al cabo de unos minutos habló.
—Tommy, te tengo un obsequio muy valioso —registró su mesa de noche y sacó un cofre de plata que tenía varios compartimientos, abrió e introdujo su mano y con cuidado sacó del cofre un amuleto con forma abstracta de color azul que tenía una cadena de plata.
Quedé muy sorprendido, era un amuleto muy bonito.
—Colócatelo, Tommy —me dio el amuleto y me lo coloqué.
Me contó una historia sobre el amuleto. Me dijo que era mágico, que sólo existían 7 en el mundo, que cuando la persona que lo lleva cree en el amuleto este te otorga un poder mágico. Dijo que tuviera mucho cuidado porque era muy valioso y además, el amuleto servía de llave para un cofre que ella había ocultado en el sótano de la casa. Me dio las instrucciones para buscarlo, dijo que se encontraba en una esquina del sótano en una tabla floja, que debajo de esa tabla encontraría el cofre de plata y dentro de este un libro con todo acerca del amuleto.
Al salir de la habitación, pensé que todo era mentira, me dije que sólo lo decía porque el amuleto era muy valioso y no quería que lo perdiera, así que me dirigí a mi habitación, cerré la puerta y continué con todas las obligaciones que tenía.
Dos semanas después mi abuela se había colocado muy mal, me preocupé mucho, así que fuimos al hospital y pasaron horas y horas hasta que salió el doctor y habló con mis padres. No logré escuchar mucho, pero alcancé a oír cuando el doctor decía que a mi abuela le quedaba más o menos una semana de vida. Me puse mal, me eché a llorar, mi madre me vio y se acercó, me dijo que todo iba a estar bien. Mi padre continuó hablando con el doctor y al regresar a casa me fui directo a mi habitación, vi a mi hermana Caroline encerrarse en su habitación y seguí hasta lo último del pasillo ya que mi cuarto estaba al fondo.
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Tom y los amuletos mágicos © #wattys2019
FantasíaTom, un adolescente de 16 años, que vive en New York, Brooklyn, recibe un amuleto mágico, hará nuevas amistades y cosas extraordinarias le ocurrirán de aquí en adelante. Tendrá que emprender una misión muy importante junto a sus amigos y han de tene...