Viaje 1/4

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Me bajo del regazo de Dante y me acuesto junto a él, nuestros cuerpos desnudos con finas capas de sudor cubriéndolos, la respiración de mi novio es agitada, le doy una calada a mi cigarro de marihuana y vuelvo a posicionarme sobre él. - Milu, no doy más, lo hemos hecho toda la madrugada, estoy cansado -Dante se sienta y me mira, sus ojos rojos y no precisamente por fumar, su cansancio es notorio.
- Está bien, duérmete -Miro la hora en la pantalla de mi celular, 7:53 AM. Dante tenía los ojos cerrados, por ésta y otras razones más es que me acuesto con Connor. Me bajo de mi cama y me dirijo hacia el baño, programo una ducha de agua fría, doy una última calada y escupo el cigarro para apagarlo. Lo bueno es que hoy es viernes y por esa razón las clases en el instituto comienzan a las 9:00 AM. Ingreso a la ducha y dejo que el agua fría se deslice por mi espalda, Dante y yo follamos aproximadamente diez veces y solo obtuve mi preciado orgasmo dos de ellas, no puedo decir que el sexo con Dante es malo, pero con Connor es mejor. Aplico jabón líquido en mis manos y las froto entre ellas para generar espuma, la cual aplico sobre todo mi cuerpo y luego de unos cuantos segundos retiro el jabón tanto corporal como facial, presiono el botón respectivo para que el agua deje de caer y abro el vidrio templado de la ducha, me coloco unas sandalias especiales para salir del baño, un albornoz de algodón envuelve mi cabello húmedo y otro está al rededor de mi cuerpo, aplico crema humectante en mis piernas, glúteos, brazos y senos, protector solar en mi rostro porque detesto las manchas, pecas y todo lo relacionado con eso; finalmente agrego perfume a mi cuello, una suave esencia de vainilla muy propia de mí. Al salir del cuarto de baño noto que Dante sigue profundamente dormido y que babea mis cojines de plumas, es un asco. Camino hacia el closet y pienso acerca de qué me pondré el día de hoy, por una extraña razón me siento enérgica y quiero que todos lo noten, puede ser la noche de sexo desenfrenado o la cantidad de marihuana que hay en mi cuerpo.

Tomo un jean blanco con muchos rotos y un tanto ancho que no sé por qué está en mi closet, nunca lo había visto, está demás decir que casi no uso jeans y menos con rotos pero hoy me siento atrevida y, aunque esté dudosa acerca de la procedencia de este objeto, estoy segura que con una lavada en seco, unos lindos tacones y mi carísimo Marc Jacobs sería el outfit perfecto. Agarrando el jean entre mis dedos índices y pulgares de ambas manos lo subo por las piernas de mi maniquí el cual se ve más delgado con la tela ancha y rasgada, se desliza de su cadera, observo la marquilla en la parte interior trasera y noto que es talla 4, ninguna de mis amigas es de esa talla, ni siquiera Scarlett que nunca hace ejercicio. Salgo del closet y me dirijo hacia el teléfono en mi habitación, marco el número del cuarto de Geo.
— Geo, querida ¿Podrías subir? necesito que laves algo en seco y que lo repares, esta... -Observo el jean que está sobre mi cama. - Esta cosa es talla 4, quiero que sea talla 1 antes de las 9:00. - Sí señorita, subo en dos minutos... ¿Usted y el joven Dante desean huevos revueltos con bacon, pan tostado, pancakes, café, jugo de naranja y fruta picada?
— No, Geo, gracias -Cuelgo la llamada y vuelvo al closet, saco mi ropa interior, un brasier negro de encaje y unas tangas a juego, me quito el albornoz por completo y admiro mi cuerpo frente al gran espejo, Dante hace sonidos extraños y finalmente se despierta, le sonrío y gateo hasta su cuerpo, beso sus finos labios y muevo mi cadera sobre su erección mañanera. — Espero que esto sea producto de un sueño conmigo -Retiro la cobija que solo rodea su cintura y dejo a la vista su pene, sonrío por lo que veo, muevo un poco la tela de mi tanga y rozo la punta de su miembro con mis labios vaginales, él gime suavemente y entonces dejo que entre en mí de nuevo, nos envolvemos en un frenesí de éxtasis, definitivamente la mejor droga es el sexo. Dante se levanta de la cama conmigo encima y aún en mi interior, quedamos frente al espejo, Dante me besa y cierra sus ojos, se ve tan tierno, sin embargo yo solo puedo contemplar lo ardiente que me veo en el espejo, mis piernas contorneadas al rededor de Dante, en definitiva somos una pareja muy sexy, pues Dante es atlético y tiene un excelente cuerpo, somos tal para cual. — Dame tu teléfono -Mi novio se inclina y toma su móvil enredado en las sábanas, me lo entrega y besa mi cuello. — Hueles tan bien -Abro la cámara y sonrío, capturo una foto de nosotros frente al espejo, el redondo trasero desnudo de Dante se ve genial. La puerta suena dos veces seguido de la voz de mi madre. — Madison, necesito los Jimmy Choo que no te presté ¿Ahora también robas?
— Entra y tómalos tú misma -Hago un movimiento para que el cuerpo de Dante caiga nuevamente a la cama y cubro nuestros cuerpos con las sábanas blancas, por un momento pensé en que sería divertido que me viera follando, moviendo mi hermoso trasero sobre la erección de mi novio pero recordé que tiene los suficientes motivos y medios para enviarme a un internado al otro lado del mundo. Mi mamá entra a la habitación y de reojo noto que su rostro está sonrojado de la rabia, ella entra al closet, tarda unos segundos y sale sin decir nada. — ¡¿Estás loca, Milu?! -Dante sale de mi interior, ninguno de los dos obtuvo su orgasmo pero está bien, no le ofrezco ninguna respuesta a Dante y él se resigna, entra al baño y luego de un tiempo escucho el agua caer, me levanto sin interés, tomo una bata rosa de seda, las sandalias de baño y salgo de mi habitación, me encontré a Geo a medio pasillo y le indiqué dónde está el jean, ella amablemente se lo llevó luego de ordenar mi habitación. Bajo las escaleras y camino hacia el comedor, mis hermanos están desayunando ruidosamente como siempre, mi padre sigue en Albuquerque y mi madre está hablando con el diablo para que me lleve de vuelta.
— Buenos días, pequeña Fox -Beso la mejilla de Jack y me siento junto a Max, el comedor es de 24 puestos los cuales solo durante la navidad está ocupados.
— ¿Podrías dejar de fumar esa mierda?- Susurra Max en mi oído, niego con mi cabeza, Dante atraviesa el umbral del comedor y se sienta junto a mí, besa mis labios castamente, ya está duchado, perfumado y vestido. Patrice deja dos platos frente a nosotros, Dante come con ansias, pobre, lo dejé exhausto, de repente mi hambre ha desaparecido, me levanto y camino hacia la cocina, Patrice prepara una salsa de moras en la estufa, me dirijo al estante de licores de mi padre, se me antoja un bourbon, agarro una botella con el líquido acaramelado, tomo un envase plástico con hielo y lo lleno casi rebosándolo, tapo el envase y lo atravieso con una pajita, doy un sorbo y el amargo sabor que baja por mi garganta finalmente quema el interior de mi estómago, mis hermanos están muy concentrados hablando de quién-sabe-qué. - Praga suena genial, el abuelo tiene su casa de verano junto al río Moldava, podemos decirle que iremos y seguro nos hace una bienvenida con putas -Dice Liam haciendo que el resto de mis hermanos y Dante rían. - Apuesto a que sí -Asiente Max. El abuelo es un viejo agradable, muy divertido, permisivo y atractivo, 65 años pero se conserva muy bien. Gracias a Will Fox Archibald, el abuelo, la mayoría de mis hermanos perdieron su virginidad al cumplir 15 años, Jack fue la excepción, él se adelantó unos cuantos años.
— ¿Iremos a Praga? -Pregunto mientras llevo la pajita a la punta de mis labios.
- Estamos planeando las vacaciones de navidad, no tenemos nada concreto -Responde Jack con la boca llena y ruedo mis ojos a su asqueroso acto. Cada año pasamos la navidad en un lugar diferente, el año anterior estuvimos en Santorini y conocí a un delicioso griego llamado Angello, tenía la nariz más perfecta que he visto, su cabello largo castaño y su piel blanca me encantaban hasta que me confesó que era gay.
- Señorita Madison, aquí está el jean -Geo me entrega el objeto de mezclilla, huele a plancha de vapor. - ¿Ahora usas jeans con rotos? Creí que pensabas que eso es propio de la clase media -Se burla Gave y me lanza un trozo de fresa con crema el cual golpeo con la palma de mi mano como si fuese una pelota de tennis, el trozo de fruta cae sobre el cuello de Liam y salgo del comedor antes de que me golpee. - Geo, necesito que me des tu opinión -Geo sigue mis pasos hasta mi habitación, me retiro la bata y dejo a la vista mi ropa interior. Subo el jean por mis piernas, aunque ahora no es tan ancho me sigue quedando grande, no se ajusta lo suficiente a mis piernas y caderas.

BRATTY GIRLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora