Realmente es ¿Amor? [Sehun y Tú] |EN EDICIÓN|

Capítulo XI ✓

Desperté mirando directo al cielo raso de mi habitación, cuando me moví noté que estaba atrapado entre ____ y mi cama. Sentí que tenía mi brazo derecho alrededor de su cintura y ella se encontraba casi encima de mí, rodeándome con sus brazos y entrelazando mis piernas con las suyas. Sonreí en imaginar cómo nos veíamos desde otro punto de vista. Cerré mis ojos nuevamente disfrutando estar así. Esto parecía de lo más natural y normal como si fuera predestinado, y mi cuerpo estaba conforme con su cercanía. Me engañaba si negara que no había compartido la cama con otra mujer, recordando que la extrañez de aquella vez no me hizo reconocer que estaba obviando los sentimientos que había tenido hacia "esa persona", que no eran nada en comparación con la mujer que tenía ahora en brazos. Ahora mismo al estar así con ____ era lo más reconfortante y tranquilo que había tenido nunca.

Así es, me gustaba el hecho de tenerla todas las noches para mí y ser el primero en verla todas las mañanas al despertar, inhalar su aroma dulce y refrescante, poder tocarla sin que algún pensamiento me detuviera. Finalmente poder tocarla...

Abrí mis ojos de golpe. No. No podía tocarla, no aún. Bueno no de esa manera, claro que eso no impediría abrazarla, acariciar su rostro, tomar su mano. Sentimos lo mismo, pero no es como para que los dos rápidamente...

- ¿Por qué estás temblando?- agradecí a la voz de ____ en despejar mi mente de cualquier pensamiento anticipado que empezaba a tener- te estas poniendo rígido...

- ¿Hace cuánto que estas despierta?

-Unos diez minutos, creo- movió su rostro para mirarme y mostrarme su media sonrisa. Le respondí igual acariciando su cabello para poder verla mejor.

- ¿Y por qué no dijiste nada?

- Es que estoy, muy cómoda que no quiero moverme - volvió a cerrar los ojos y a abrazarme más fuerte.

- ¿Qué haré contigo?- suspiré.

- Quererme...- susurró suavemente mientras parecía querer dormir otra vez.

- Lo hago - en unos breves segundos escuché el sonido de su estómago vacío, me mordí la lengua para no reírme- no negaré que estoy de acuerdo contigo y quiero quedarme así por más tiempo, pero tu estómago no piensa lo mismo.

De reojo miré el reloj del velador, era muy tarde.

- Que siga así puede aguantar.

- Por supuesto que no, pienso que dormiste demasiado porque son las 10 con 20...

- Noooo...- se separó de mí en un segundo sentándose- falté a Estadística, llegaré tarde a Cálculo...- corrió sacándose las zapatillas mientras salía hacia la sala...

-Yo te llevaré- le grité mientras me estiraba en la cama brevemente. Después de lavarme el rostro y mojarme un poco el cabello me coloqué una chamarra, agarré dos botellas de yogurt del refrigerador y bajamos juntos hacia el coche.

- No puedo creer que vaya con la misma ropa de ayer...- la miré de reojo mientras conducía y ella rápidamente se hacía una coleta a su cabello con las manos.

- Tranquila solo fue hoy.

Quise justificar que también falté al trabajo, pero no podía comparar, ambas situaciones eran diferentes. Le recordé que debía comer algo más que solo el yogurt que le había dado, porque no quería que se enfermara, ya era demasiado notar que había bajado unos kilos estas dos semanas y se veía más delgada.

Apenas llegamos, se apresuró en salir pero antes de pisar el suelo de la acera, se giró inclinándose rápido hacia mí. Tomó mi rostro y me dio un beso sorpresivo.

- Te quiero...- susurró entre mis labios para volverlos a tocar en un beso suave y sencillo. Realmente me armé de fuerzas para no jalarla, cerrar la puerta y llevarla a casa. Pero ella tenía responsabilidades, al igual que yo.