Narra Mike
Nunca imaginé encontrarme a un chico así. Tan valiente, tan honrado... Tan honorable. Nos ha salvado a todos, pero nosotros no hemos podido salvarle a él de esas cosas. Hay un rayo luz entre tanta oscuridad, y es que estamos al lado de la cabaña. Es bastante amplia como para que bastantes personas se queden. Sí, Toby no está muerto, solo está malherido e inconsciente. Le hemos traído entre todos a la cabaña, y creo que nos quedaremos aquí hasta que Toby se cure del todo.
Estabamos todos menos Toby en el salón, ninguno parecía estar alegre, o aunque sea, animado. El silencio se apoderó del salón, y decidí echarlo a patadas.
Chicos... Toby nos ha salvado otra vez a costa de su vida... - dije.
No sé como podría agradecérselo... - dijo Kevin.
Pues... Yo creo que podría haber sido menos kamikaze. No era necesario acercarse tanto a esos bichos - dijo Don.
¡¿Menosprecias lo que ha hecho por nosotros?! ¿¡Tú de qué vas!? - le dije elevando el tono.
Calma compañero, que yo no he dicho eso. Yo sólo he dicho qué debería apreciar más su vida, porque haberse tirado como acaba de hacer, tiene delito - dijo Don
Suspiré al escuchar las palabras de Don. Sé que tiene razón, pero no puedo dejar de pensar en cómo puede valorar más nuestra vida que la suya.
Siento haberte malinterpretado, Don. - dije bajando el tono.
Da igual, es normal qué estés confuso, todos lo estamos - dijo Don mirando fijamente el fuego que salía de la chimenea de la cabaña.
Quizás somo una carga para él. Seguro que sólo habría sobrevivido - Dijo Kevin apoyado en una pared.
Kevin, es un niño. Todos sobrevivimos gracias a todos, nadie sigue vivo por el milagro de dios. Sin él, habríamos muerto, y sin nosotros, él habría muerto - dijo Don sin apartar la mirada del fuego.
Supongo que tienes razón - dijo Kevin apartando la mirada.
Bien dicho, Don - dijo Arthur vigilando las ventanas.
¿Sabéis?... No sé si vamos a salir de este maldito desafío. O sea, cuatro dioses de cuatro reinos diferentes. ¿Como se supone que vamos a salir de esta? - dijo Don intentando no sonar asustado.
Oye Don, sé que tienes miedo, todos lo tenemos... Pero si confiamos todos en todos, y todos ponen de su parte, seguramente logremos salir de esta. Confía en nosotros, al igual que nosotros en ti, por favor - Dije levantándome del sitio en el que estaba sentado.
Y... ¿Que hacemos si Toby muere? - dijo Kevin.
Seguir sin él. Con o sin él tenemos que matar a Arthas. Si le matamos, renaceran los muertos. Si no le matamos, morimos nosotros. Ya sabes, mata... o muere - dijo Don secamente.
Tiene sentido - dijo Arthur.
No suelo hablar sin pensar - dijo Don con una sonrisa, cosa que ya extrañaba ver.
Alguien tocó la puerta.
Chicos, ¿debería abrir? - dijo Arthur posicionandose por si era algún enemigo.
¿Deberíamos arriesgarnos? Ahora somos solo cuatro, aunque con suerte será alguien amistoso.
Voto por arriesgarnos y ver quién es - dije mientras agarraba mis armas.
Voy a ir apuntando con la ballesta por si acaso sea alguien hostil - dijo Kevin apuntando con el dicho arma.
Dejad que abra yo, si está preparado para atacar, su ataque chocará con mí escudo - dijo Don poniendose delante de la puerta.
Arthur sonrió al ver nuestro trabajo en equipo y abrió la puerta.
Había un chico con una capucha y muchas cadenas por el cuerpo. Sus unicos ropajes son unos pantalones casi rotos. Se asustó al ver que alguien le apuntaba.
N-no me ataqueis... No soy hostil, lo prometo - dijo el chico apoyándose en la puerta.
Don nos miró a mí y a Kevin para ver si aprobabamos al chico. Yo asentí, pues parecía estar diciendo la verdad, y Kevin, pues simplemente bajó el arma. Don dejo de cubrirse con el escudo y dijo.
Esta bien, te creemos.
El muchacho hizo una mueca de alegría y nos pidió si podía entrar, a lo que respondimos que sí. Don le ayudó a sentarse en una silla de madera, y Don se sentó cerca.
Bueno... Cuéntanos como te llamas y como has acabado aquí - dijo Don.
Podéis llamarme Arpad. Imagino que como vosotros, he desafiado a Ghauss - explicó el chico.
¿Y donde están tus compañeros? - preguntó Kevin.
Nunca he tenido compañeros. Desde que llegué he estado solo, vagabundeando por el mundo y sin saber como, he acabado aquí - dijo Arpad.
No sabía que era posible llegar sin compañeros... - dijo Arthur.
Y bueno, ¿como has acabado herido? - dijo Mike.
Por el camino intenté defender a una niña de un grupo de orcos. Le trataban como si fuera un puto juguete, y nunca dejaría que nadie sufriera de esa forma - dijo Arpad.
¿Los derrotaste o te viste obligado a huir? - dijo Arthur.
Los derroté. Vereis, eran como 4, y yo tenía todo el puto miedo, así que llegué, les grité algo para que la dejaran en paz, y cuando sentí que estaban cerca mía... Solo recuerdo quitarme la capucha y transformarme en algo. Cuando volví a ser consciente, vi los cadáveres de los orcos destripados y le di la bolsa de oro que esos orcos le habían quitado. La niña estaba muy asustada, supongo que por ver lo que había hecho, así que al devolverle el oro, dijo gracias con la voz rota y se fue - dijo Arpad.
Oh... Espero no tener que ver la bestia que se esconde dentro de ti. Por cierto, mi nombre es Don - dijo.
Yo soy Kevin - dijo este revisando su carjac.
Mi nombre es Michael. Pero llamame Mike - dije.
Yo soy Arthur - dijo el caballero esquelético.
Y bueno... ¿como habéis llegado a esta cabaña? - preguntó Arpad.
Verás... Tenemos otro compañero y tiene 14 años. El chico ha dado todas sus fuerzas para salvarnos, y como está herido, está descansando - dijo Don.
Oh... ¿como se llama? - preguntó Arpad.
Tobías. Pero tu llamale Toby - dije.
Oh, vale - respondió Arpad - Por cierto, chicos... ¿Podría viajar con vosotros? Creo que viajar solo por este reino es muy peligroso - siguió Arpad.
Hablaré por todos - dijo Don - Puedes viajar con nosotros, sí. Pero si en algún momento notamos que quieres traicionarnos... No te mataremos porque seguramente allá donde vivas te extrañarán, y yo no soy quién como para matarte. Pero sí que te expulsaremos del grupo, ¿vale? - dijo Don sonando serio.
Yo y Kevin parecíamos estar de acuerdo, pues no dijimos nada.
Nunca os traicionaría, podéis confiar en mí palabra de abominación - dijo Arpad.
¿De verdad quieres que te llamemos abominación? - preguntó Kevin sonando amable.
Es más que nada por si no sabéis como describirme cuando me quite la capucha. Pero llamadme Arpad siempre que podáis - dijo este.
Está bien - dijo Kevin sonriendo.
Que curioso, ¿no? Ahora tenemos otro compañero.
¿Podemos irnos a descansar? Considero que es tarde, y estoy cansado de tanto vagar por el mundo - dijo Arpad.
Claro, vamos - dijo Kevin.
Cada uno se puso en el lugar y en la posición en la que estaban más comodos. Y finalmente, la cabaña se convirtió en un dormitorio colectivo.

ESTÁS LEYENDO
La niebla
De TodoToby se ve sumergido en una inesperada y peligrosa aventura donde habrán peligros a cada esquina. Una pandilla de 4 personas se juntan a la fuerza y se ven forzados a colaborar contra fuerzas que escapan a su entendimiento.