Capítulo 5.

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 Frunció el entrecejo y presionó con fuerza sus ojos ¿Qué era eso tan molesto que titilaba en la obscuridad de la habitación? Estiró su mano y apagó su móvil, seis y treinta a.m pudo ver en la pantalla de este, era hora de levantarse o llegaría tarde a clases, pensó haciéndose bolita entre las mantas. Abrió por fin los ojos y a su mente vinieron los recuerdos de la noche anterior.


Él asfixiado por los recuerdos de su madre.



Él y su pecho roto por la repentina partida de Jini.



Él llorando entre los brazos de Hoseok...



Llorando...¿Entre los brazos de Hoseok? Y abrió los ojos como plato, se sorprendió así mismo analizando un poco aquello, es que se había desahogado con un desconocido prácticamente y de una manera que a vista de otra persona era un tanto...extraña.



Se tapó la cabeza con las cobijas y cerró los ojos ¡Demonios! Una repentina vergüenza le embriagó el cuerpo. Mordió su labio bajo y soltó un suspiro, ya lo echo, echo estaba y debía agradecerle al azabache por haberlo tranquilizado la noche anterior, en el fondo sabía debía hacerlo, pero no sabía cómo, ni si sería capaz de animarse.

Y con esos pensamientos en su cabeza se bajó de la cama, cogió su uniforme y se encaminó a la ducha.



Ahora entendía por qué todos en el edificio de la empresa lo trataban con tanto cariño y respeto al mayor, al parecer era amable cuando quería serlo, aunque entre ellos solo hayan surgido discusiones desde que había llegado a aquella mansión. Cosa que en cierta parte tenía su lógica porque era él quien constantemente lo provocaba.



Sacudió sus cabellos intentando airearlos para que comenzaran ya a secarse, y totalmente limpio y vestido bajó por aquellas enormes escaleras aterciopeladas de verde petróleo, todo en ese lugar era tan elegante que se sentía incapaz de acostumbrarse a ello así pasaran años, extrañaba su hogar ni por muchas comodidades que tuviera en aquella enorme mansión.



Cuando finalmente cruzó la entrada del comedor, vio de espaldas a Hoseok, quien hablaba por teléfono con alguien, mientras reposaba entre su otra mano una humeante taza de café, cosa que alcanzó a notar cuando este se volteó para mirarlo.



Y TaeHyung se quedó en blanco sin saber que decirle, es que ¿Cómo lo trataba ahora después de lo de anoche? Se sentía avergonzado y con cierta timidez, pero ¡Qué demonios sucedía con él, parecía vieja!

Sacudió la cabeza en un intento de alejar un poco esos extraños sentimientos de vergüenza, además había sido el mayor quien tuvo la culpa de aquello, nunca debió entrometerse en su cita nocturna que tenía con el techo. ¡Exacto! La culpa la tenía Hoseok. Se acercó hasta una de las sillas que se encontraba al lado del mencionado y con cuidado la corrió para tomar asiento.



—Buenos dí..—Saludaron a la vez que el mayor finalizaba la llamada y soltaron una pequeña risa entre dientes.


TaeHyung se acomodó junto Hoseok, quien bebió un pequeño sorbo de su café y le arrimó al menor un plato lleno de pasteles en miniatura, el cual había encargado a Julia exclusivamente para el menor junto a una humeante taza de chocolatada caliente, pues las cosas dulces no eran lo suyo. Y con ello le robó una pequeña sonrisa a TaeHyung. El mayor no era tan feo si se lo proponía.



—Pensé que no asistirías a clases hoy.



—¿No debería?.



—Nos dormimos tarde anoche.



—No es pretexto suficiente.—Y Hoseok sonrió, al parecer TaeHyung era un mocoso responsable después de todo, pensó.



—Por cierto, esto ha sido realmente bueno, debo admitirlo.—Y de su maletín sacó un libro de tapa bordó el cual le entregó a TaeHung, este abrió sus ojos sorprendido, es que hacía solo un par de días desde que le había prestado aquel libro.



—Lo sé, te había dicho que así sería. Nek es increíble.



—A él lo encontré un tanto despistado, Wilson me pareció mucho mejor que Nek, por lo menos él no cayó preso ni una sola vez.—Y el menor se alzó de hombros, le dió un gran mordisco a uno de los pastelillos y tras ello se bebió un sorbo de su infusión ignorando a Hoseok, porque para él estaba equivocado, es más ni siquiera le había agradado ese personaje.



—Pero por lo menos no perdió el brazo como el tonto de Wilson.—Y Julia quien venía entrando al comedor abrió los ojos. ¿Qué tema de conversación era ese a la hora del desayuno?. Hacía mucho que no veía al mayor tan entusiasmado conversando con alguien antes de irse a trabajar, no desde lo que su padre le había impuesto sobre sus hombros hacían ya un par de años.



—Joven Hoseok, hoy el chófer se lo ha llevado la señorita Jessica. Alguien debe alcanzar al joven TaeHyung hasta su instituto.



—Entendido, lo alcanzaré hasta el instituto entonces.



—Solo sera de ida, a la vuelta no será necesario, se encargara el chófer —Hoseok asintió y terminó con lo que quedaba de su café, después de todo planeaba llevarse a TaeHyung con él esa mañana, últimamente sentía esa necesidad repentina de compartir aunque fueran solo unas poquitas horas al día con el menor, ni él lo entendía, pero la conversación que habían tenido la noche anteriro seguía patente en él— Me imagino que ya estás mejor de tu gripe ¿No?.



—Por supuesto que si, sabe que mis recaídas no suelen durar demasiado.—Y se acercó con una suave sonrisa en su rostro a recoger los utensilios del desayuno, TaeHyung se levantó enseguida y él mismo comenzó a juntar las cosas.—Oh..Descuide Joven TaeHyung, yo me encargo.



—Yo también puedo encargarme.—Dijo amablemente el castaño y tomó de las manos de Julia lo que esta había conseguido recoger en la bandeja. Hoseok observó un tanto asombrado la escena ¡Qué educado era el menor! aunque cuando estaba con él era todo lo contrario. Julia suspiró y con las manos en su cintura dejó lo marchar con las cosas hacia la cocina.



—El señor TaeHyung me recuerda alguien cuando era un niño todavía.—Dijo observando a Hoseok con una amplia sonrisa divertida en sus labios.



—Créeme que no solía ser tan testarudo como lo es él Julia.—Y rió para si mismo, el menor le resultaba día a día una pequeña caja de sorpresas.



—Si, sobre todo cuando de tomar la sopa y comer verduras se trataba.—Y Hoseok arrugó la nariz y rió tras recordar aquello, tantas cosas vividas en esa enorme mansión que sus padres habían dejado cuando falleció su abuelo, el padre de su madre quien vivía en ese entonces con ellos. Para la madre de Hoseok era difícil seguir en ese lugar, pues todo le recordaba a sus padres y por ello mismo fue que decidieron marcharse fuera de la ciudad y darle independencia a Hoseok, dejándolo bajo el cuidado de aquel elegante lugar.



—Yah...A nadie le gustan esas cosas cuando es un mocoso Julia, una vez que creces se te hacen pocas.



—Eso es verdad, como ha pasado el tiempo—Y la mujer acarició con suavidad los cabellos del azabache, sonriéndole con afecto, es que para ella era prácticamente su hijos y para Hoseok ella era igual de importante que su madre, Julia lo conocía más que su propia mamá.



—Yo...Estoy listo.—Se escuchó decir con cierta timidez a TaeHyung, quien solo había asomado apenas su rostro por la puerta del comedor, no quiso interrumpir la escena.



—Vamos entonces.— Hoseok tomó su maletín, se acercó para dejar un pequeño beso en la mejilla de su nana y a toda prisa salieron a destino, otra vez se les hacía tarde.



Durante el viaje hubo un poco de silencio por parte de los dos en un comienzo, hasta que TaeHyung no soportó más y comenzó a preguntar cosas acerca del libro que le había prestado a Hoseok, sin darse cuenta saltaron de un tema a otro, donde comenzaron a platicar de la niñez de Hoseok y el ambiente se volvió cómodo, ya que extrañamente el menor no había comenzado riña alguna con el mayor, cosa que hasta le extrañó al mencionado.



—Pero si las verduras son lo mejor. Las comidas mas deliciosas están hechas por ellas, qué niño tan raro eras.—Y el zabache rió ante su comentario mientras cuidadosamente estacionaba el auto, finalmente habían llegado al colegio del menor.



—Yah...Era un mocoso, a nadie le gustan las verduras, el raro eras tú por gustar de ellas a esa edad.—TaeHyung finalmente bajó del auto y le sacó la lengua al mayor tras ello, este entrecerró los ojos y finalmente los dos rieron. Se quedaron mirando por unos microsegundos, TaeHyung ya fuera del auto y Hoseok con este en marcha. Ninguno quería despedirse aún..



La campana del instituto sonó.



—Debo irme.



—Ten un buen día.—Una amplia sonrisa apareció en el rostro del menor con aquello que escuchó, es que él sentía que de por sí, su día ya había comenzado bien. Fue así como cada uno regresó a sus deberes.


~.~.~.~.~.~*


—Buenos días.



—Jimin..Buenos días.—Saludó el castaño.



—¿Por qué tan contento el día de hoy?.—Cuestionó Jimin tomando asiento al lado de TaeHyung.—Tienes las sonrisa mas ancha que la cara.—TaeHyung rió y comenzó a sacar los libros para su primera clase. Sería la de ciencias biológicas.



—Estoy normal, solo imaginas cosas Jimin.



—Oye..Por cierto ¿No te gustaría venir este fin de semana a dormir a casa?.—Preguntó mirando al mayor con cierta curiosidad. Y este sorprendido ante la propuesta volteó a observale.—Sería bueno, así aprovechamos el finde semana para que te pongas al día con las clases que debes recuperar.



—Eso..Sería realmente de mucha ayuda.—Confesó con una amplia sonrisa en su rostro, es que la propuesta le venía muy bien, necesitaba ponerse al día lo antes posible y si Jimin se ofrecía para ello pues negarse no le convenía.—Pero debo avisar primero a...


Y se quedó pensativo. ¿A quién se supone que debía avisarle? Es que había visto muy pocas veces a Jessica desde que llegó y solo se relacionaba con Hoseok y Julia, pero ninguno de ellos era su tutor. Mordió su labio pensativo por un momento y suspiró, ya encontraría a quien debía avisarle, después de todo el seguía siendo un intruso en aquel enorme lugar y así sería hasta que pudiera dejarlo, de esa manera lo sentía él.

—¿A..?.—Y TaeHyung sacudió la cabeza, se había quedado perdido en sus pensamientos como de costumbre.



—No sé a quien le debo avisar, pero lo mas probable es que ahí estaré este fin de semana.—Asintió seguro.



—Pero ¿No es que estabas bajo el cuidado de tu hermana?.



—Mi media hermana.—Corrigió—Y no he cruzado palabra con ella desde que llegué a este lugar. Casi nunca está con nosotros.



—¿Con quién vives ahí TaeHyung?.



—Con Ero-Seok y las personas que trabajan en el lugar, aun que en cierto modo paso mas tiempo con él que con cualquiera allí.—Y finalmente sintieron un unísono saludo grupal, el profesor había ingresado al aula.—¿Hoy también acompañarás a tu padre?.—Preguntó en un tono bajito.



—No, generalmente es cuando no hay nadie en casa y me obligan a ir con él.—Suspiró Jimin y se inclinó para finalmente sacar sus libros también.



—¿Y JungKook se queda solo a caso?.



—Hm..No, a él se lo lleva nuestra madre...



—La clase va a comenzar, necesito que hagan silencio.—Demandó el profesor y hasta ahí llegó la conversación, ese hombre se veía intimidante ante la mirada de TaeHyung, quien se quedó un tanto curioso por saber del por qué obligaban a Jimin a asistir al trabajo de su padre, le sonaba un tanto extraño eso, pero luego le preguntaría, era el momento de estudiar.



~.~.~*



Soltó un profundo suspiro de alivio tras haber conseguido ingresar a su laboratorio y secó su frente, transpiraba en frío de puros nervios, pues nuevamente había huído, cerró con llave la puerta y cogió la bata que tenía colgada al lado de esta, no tenía demasiado tiempo, otra vez iba contra el reloj.



Con tres pasos hacia el frente ya estaba sobre la máquina de seguridad, colocó su diestra en el sensor de ésta quien le dio acceso abriendo la última puerta metálica que resguardaba el lugar.



A toda prisa, ya con los guantes puestos abrió con extremo cuidado la pequeña cámara frigorífica que habitaba en el lugar, de donde sacó una rejilla con pequeñas cápsulas que contenían embriones formados por células madres, los cuales se estaban desarrollando en líquido amniótico artificial.



Llevó a estos hasta la mesada que se encontraba detrás suyo y apuntó en una pequeña libreta algunas de las características que poseía el experimento.



Embriones en fase temprana de desarrollo.



Resultados al 76,04% de lo esperado.


Concentración de líquido estándar funcionando.


Terminó de escribir y tecleó todo aquello en su teléfono, debía dar aviso, ya no podía retrasarse más...



Retorció la base del producto y aplicó una abundante capa color roja sobre sus labios, emparejó el color sobre ellos hasta quedar satisfecha y sonrió frente al espejo, contemplando por instantes su belleza.
Acomodó el pequeño listón que sellaba delicadamente su escote, el cual dejaba ver notoriamente la curvatura de sus senos, tomó su bolso y salió con prisa de su oficina, Eric la esperaba en la planta baja del edificio.



—¿Alguna noticia o queja del señor Jang?.



—Rechazó nuevamente la propuesta con la suma enviada señorita.—Cerró los ojos, inaló profundamente en un intento de autocontrol y apretó con fuerza sus puños, una repentina bronca se instaló en la boca de su estómago ¿Otra vez lo mismo?. No entendía qué demonios pretendía.



—Hijo de perra.—Y con fuerza estalló su móvil contra el parabrisas del auto, acto que dejó en dos partes al aparato, separándolo de su respectiva batería. Eric iba en silencio conduciendo, ya estaba acostumbrado a los arrebatos de Jessica cada que se molestaba con algo cuando las cosas no salía como ella esperaba.



Minutos más tarde llegaron a destino, una enorme y lujosa mansión como la que compartí junto a Hoseok, estaba retirada de la ciudad, en una zona de bosque, prácticamente a la salida de Seúl. El guardia les habilitó el ingreso sin problema alguno y ya adentro una de las mucamas se les acercó con copas de un fino champagne, del cual se deleitó Jessica sentada sobre el sofá hasta que un robusto hombre grueso y calvo, de alrededor de unos cuarenta y siete años apareció en la enorme sala de visitas.



—Qué honor tenerla en persona señorita Jessica.—Dijo el hombre que apartó de sus labios un grueso habano negro y se inclinó para besar la mano de Jessica. Esta sonrió dejándose.



—Imagino que me ha citado para darme buenas noticias señor Jang.



—Lamento decepcionarla pero no será así.—Jessica inhaló molesta, con una falsa sonrisa en su rostro y tomó asiento nuevamente cruzándose de piernas, lo cual dejaba una entretenida vista con el pequeño y corto vestido blanco que llevaba puesto, cosa que no pasó desapercibido para el hombre que tenía enfrente. Quien tomó asiento frente a ella también.



—¿Qué sugiere entonces?.



—No será fácil que sus productos ingresen nuevamente después de tantos llamados de atención y rechazos por parte de la industria señorita Jessica.—Informó el hombre y le dio una larga calada al habano que tenía a la mitad aún.



—Confío en que usted será totalmente capaz de encargarse de ello.



—Mis contactos tienen precio.



—De cuanto estamos hablando.—Preguntó la joven con el entrecejo fruncido.



—Arriba de un sesenta y cinco por ciento más de lo que me ha ofrecido.—Dijo el hombre con descaro, y Jessica abrió los ojos sorprendida, eso ya era demasiado.



—Está fuera de mis alcances lo que pide señor Jang.



—Entonces no podremos cerrar trato alguno preciosa.



—Debe haber algo más señor Jang. En este momento no dispongo de esa suma.—Y tragó saliva sintiendo su sangre hervir, es que cerrar trato con el hombre era crucial para ella.



—Hm...Si, a no ser que.—Vaciló con una ladina sonrisa en el rostro—Podamos cerrar trato de alguna otra forma..



Y se paró de donde estaba, tomó asiento al lado de Jessica y con la vista clavada en su escote tomó el listón que sujetaba parte de este del cual tiró hasta deshacer el delicado moño que sellaba la prenda y dejaba prácticamente su pecho al descubierto. Ésta por inercia retrocedió sobre el asiento con los ojos completamente abiertos ante la repentina acción del hombre, su pulso se había acelerado en el acto.


~.~.~*


La campana sonó y se estiró con una amplia sonrisa en su rostro, desperezó con suavidad sus piernas tras haber hecho lo mismo con sus brazos y se dedicó a guardar sus útiles, finalmente la última clase del día había concluido.



—¿Tienes planes ahora TaeHyung?.—Preguntó Jimin, quien estaba parado junto a taeHyung mientras lo esperaba. Ya no quedaba casi nadie en el salón.



—Mas que comenzar a organizarme con todo lo que tengo para estudiar de más realmente no.—Torció sus labios tras recordar aquello.



—Vamos, te ayudaré con eso el fin de semana. ¿Por qué mejor no vamos a jugar videojuegos al centro comercial? Conozco un lugar que es bastante bueno.



—Sabes que no puedo Jimin, ni siquiera sé a quién debo dar aviso por si salgo.



—¿Por qué no le envías un mensaje avisándole al señor Jung? Después el chófer de mi casa te acercará.



—No tengo su número.—Y Jimin suspiró rindiéndose.



—Entonces será para otra ocasión...—Declaró formando una pequeña mueca—Y por cierto, ¿Qué más te dijeron en dirección?.



—A parte de que debo rendir exámenes con los contenidos que han visto en estos meses nada más. Comenzarán a evaluarme dentro de dos semanas aproximadamente.



—Qué feo ha de ser estar en tus zapatos TaeHyung.—Y el castaño lo codeó, Jimin soltó una pequeña risa la cual automáticamente se detuvo al sentir como sus ojos eran cubiertos por un frío par de manos.— Oh..—Colocó suavemente sus manos sobre las ajenas y sonrió. Aquel aroma y manos no eran difíciles de detectar para él.— ¿No se supone que saldrías mas tarde hoy?.—Cuestionó aún con sus ojos cubiertos, sin detener su paso.



—El profesor de merceología faltó y nos han dejado retirar antes.—Explicó dejándole la vista libre a Jimin—Hola TaeHyung.—Saludó con una leve sonrisa en su rostro y junto a su hermano retomaron viaje hacia la salida del instituto.



—Hola JungKook.



—Vamos a casa a casa entonces.—Dijo Jimin, quien sin detener su paso tomó la mano de JungKook y en ella dejó un pequeño chocolate del tamaño de un caramelo, de esos que él sabía lo mucho que amaba su hermano. Este abrió los ojos ante la sorpresa y una amplia sonrisa apareció en su rostro. Por fin tendrían un tiempo a solas con su hermano, sin la presencia de su exigente madre.



—¿Vendrás este fin de semana a casa TaeHyung?.—Cuestionó el menor de todos mientras luchaba por quitarle la envoltura a su chocolate.



—Lo más probable es que ahí esté.—Aseguró el castaño.



—¡Haremos sesión de videojuegos entonces!.—Dijo JungKook entusiasmado—



—Nada de eso, TaeHyung debe ponerse al día con las materias.—Sentenció Jimin, quien comenzó a buscar con la mirada al chófer. Finalmente estaban a la salida del colegio. El menor formó una pequeña e infantil mueca tras escuchar aquella noticia por parte de su hermano y TaeHyung simplemente rió.



—No exageres Jimin, yo creo que podríamos jugar un poco también.—Comentó con una leve sonrisa divertida en su rostro, la cual se borró de golpe ante la sorpresa que se llevó. Hoseok se encontraba al otro lado de la acera con el auto en el que lo había alcanzado al instituto en la mañana. Y es que se supone que el chófer debería haber ido por él esa tarde.



Repentinamente se sintió recorrer por una leve ansiedad en su pecho.



—Debo irme ya. Han venido por mi.—Dijo TaeHyung y se despidió de los hermanos con una leve venia.



—¡Hasta mañana!—Saludaron unísono los dos hermanos mientras observaron como el castaño se cruzaba de acera en dirección al lujoso auto que lo esperaba.



—Hola.



—Hola mocoso.—Le devolvió el saludo al menor, quien tras acomodarse en el interior del auto y colocarse el cinturón de seguridad, se entretuvo observando lo que el mayor le dejó sobre las piernas.



—Imaginé que a estas horas ya tendrías hambre.—Comentó el azabache refiriéndose a la pequeña cajita transparente que ahora se encontraba sobre regazo de TaeHyung, la cual contenía dos muffins con una delicada y elegante decoración.



By TaeHyung.



¿Qué hacía Hoseok aquí? Si hasta donde tenía entendido él tendría que haber venido a buscarme era el chófer. Me despedí de los hermanos Park y sintiéndome raro, como si estuviera ansioso me subí al auto, ni siquiera yo entiendo por qué últimamente me sientía de esa manera con él. Ero-Seok me saludó y dejó sobre mis piernas una cajilla con muffins ¡Esto si que no me lo esperaba! Esas actitudes de su parte me recordaban tanto a Jini...Mordí mi labio y sacudí la cabeza un poco intentando alejar esos repentinas sensaciones de nostalgia. Por otro lado moría de hambre, pero aceptarlos me daba...pena.



—Si no comes, te vuelves caminando mocoso.—Ahí estaba él, otra vez con sus tontas amenazas, no pude evitar inflar una de mis mejillas, abrí la cajilla y tomé uno de ellos, vi a Hoseok sonreír, otra vez se había salido con la suya y sentí como el vehículo comenzaba viaje.



—Gracias.—Dije sin poder mirarle, es que no había necesidad de que hiciera este tipo de cosas, y le di un mordisco al bocadillo ¡Era tan dulce! que me fue inevitable el no sonreír, sabía delicioso.—Hum...¿A donde iremos?.



—Debo entregar unos papeles y después te acercaré hasta zoológico.



—¿Y por qué me llevarás a ese lugar?.—Pregunté con una mueca en los labios, ahora si que no entendía nada.



—Para que estés con tus hermanos..Los chimpancés.—Y comenzó a reírse ¡Que molesto era! inflé un poco mis mejillas y me atreví a manchar su rostro con un poco crema fresca que tenía el muffin que estaba comiendo ¡Y el muy babo comenzó a reírse aún más! Qué pesado era.



—¿Y por qué justamente con ellos ah?.



—Por que se llevarán bien. Vives malhumorado al igual que ellos.—Y se me cayó la mandíbula tras escucharlo ¡Eso era mentira!.



—Tú eres el que siempre comienza a molestarme.



—También haces lo mismo.



—Oh...Entonces te estás vengando ¿No?.



Y rió nuevamente sin siquiera mirarme, aunque bueno, seguíamos en viaje y pese a que habíamos abandonado la ciudad no era bueno perder cuidado, íbamos en una zona boscosa y es normal que animales se atraviesen en las carreteras, debíamos ser precavidos.


Cerré la cajilla ahora vacía, esos bocadillos sabían demasiado bien, por lo que me los terminé a los dos y me crucé de brazos con la vista puesta en la ventana, ya no tenía caso seguir discutiendo con él.



—Mejor dime como te fue hoy.



—No lo sé.



—¿Por qué no sabes?.



—Debo rendir exámenes para ponerme al día y me preocupa un poco, hay cosas que jamás he visto en mi instituto anterior.



—Ya veo...¿De qué áreas serán tus exámenes?.



—Matemáticas, química y biología.—Solté suspiro y mordí mi labio tras recordarlo, es que realmente es demasiado y no sabía como hará en tan poco tiempo con todo eso.—Por cierto, este fin de semana Jimin me ha invitado a dormir a su casa para ponerme un poco al día pero..



—Está bien, yo se lo haré saber a Jessica.—Me interrumpió captando a la perfección el mensaje.—Si él no consigue ayudarte del todo con los temas que necesitas lo vemos en estos días. No es tan complicado como parece.



—¿Sabes de ciencias?.—Y volteé a mirarle curioso, es que él era empresario o eso tenía entendido, no hay necesidad de que sepa de esas áreas.



—Claro que sé. Me subestimas demasiado últimamente mocoso.—Me acusó con una suave sonrisa en sus labios, la cual observé de perfil, es que él continuaba conduciendo, tenía anteojos de sol puestos y no me dejaban ver su rostro, pero aún así no se veía tan feo..bueno, solo un poco, jum..



—Ero-Seok..¿Por qué Jessica no está nunca con nosotros?.



—En realidad no vive en ningún lugar—Dijo sonriendo—Tiene su departamento al cual va a dormir cada tanto o se queda con nosotros de vez en cuando. Por ello decidió dejarte en casa, porque está Julia y suele haber mas gente de la que hay en su departamento. Tu hermana es una persona ocupada.



—Media hermana.



—No congenian mucho ¿Verdad?.



—Somos completos desconocidos Hoseok. Ella es hija de una de las aventuras que mi padre tuvo, eso tengo entendido.



—Entiendo.



Y estacionó el auto, había llegado a un enorme campo parecido a una hacienda, el lugar no dejaba de estar totalmente rodeado de árboles, había naturaleza por donde uno mirase. Lo vi tomar un sobre que se encontraba en los asientos traseros y bajó del auto, al parecer me dejaría metido en el auto, no pude evitar soltar un leve suspiro.



—Será rápido, ya vengo.



—Está bien.


Cerró la puerta y se dirigió con prisa hasta la entrada del lugar, donde lo vi platicar con uno de los guardias y minutos mas tarde de aquellas enormes puerta que resguardaban lo que sea que resguardasen apareció un hombre bajito y canoso, saludó al feo de Hoseok y este le entregó aquel sobre.


Desde donde estaba no podía oír nada de lo que hablaban pero por las expresiones que ponían ambos podría jurar que el anciano estaba regañando a Hoseok. ¡Já! De seguro que por torpe se lo había ganado.

Minutos pasaron y un repentino cansancio se apoderó de mi cuerpo, bostecé y estiré mis extremidades, hasta que de pronto vi algo en el asiento donde había estado Hoseok. Lo tomé extrañado e intenté olerlo, es que estaba totalmente cerrado y la curiosidad me mataba un poco por saber que contenía pero no me animaba a abrirlo, de seguro se le había caído a él de alguno de sus bolsillos, era un pequeño sobrecillo blanco con una iniciales de las cuales no estaba seguro de lo que decía, sólo podía apreciar que su contenido al parecer era azul cuando lo puse contra la luz del sol que entraba por el parabrisas.

Y sin darme cuenta ya Hoseok estaba detrás de la puerta, la abrió e ingresó comenzando en el acto a colocarse el cinturón de seguridad. Al parecer no me vio analizando el sobrecillo.



—Espero no haber tardado demasiado TaeHyung.



—No mucho en realidad. Hm..Ten..—Y le entregué aquello, donde por un momento dudé en si había hecho mal o bien, pues no supe distinguir si estaba sorprendido o asustado.



—¿Dónde encontraste esto?.



—Estaba en tu asiento cuando te fuiste.

—No lo tocaste ¿Verdad?.—Me cuestionó serio y fue ahí donde decidí el no decirle que lo había olido, aunque no encontré que tuviera olor a algo después de todo.



—No.



—Bien.—Y totalmente serio comenzamos viaje nuevamente, y las ganas de pedirle lo que tenía en mente de a poquito se me desvanecieron con lo ocurrido, es que pocas veces desde que había llegado lo había visto actuar así. Solté un pequeño suspiro ya resignado.



—De...¿De verdad iremos al zoológico?.



—No hay zoológicos por aquí cerca. Era una broma.—Dijo con una repentina sonrisa que no me esperaba en sus labios.



—Podemos...¿Podemos bajar por aquí?.



—¿A qué?.



—Está lleno de árboles por donde veas, me gustaría bajar a dar un vistazo..



Durante algunos segundos se quedó callado, solo continuaba conduciendo, acto que tomé como un simple -No-.



Hasta que de repente se tiró a la orilla de la ruta y cuidadosamente estacionó.



—Vamos.—Dijo Hoseok con una amable sonrisa. Volteé a mirarle y tragué en seco, es que algo revoleaba adentro mío, algo que no supe explicarme ni a mi mismo, solo pude quedarme perdido en la manera en la que sonreía..



Minutos más tarde ya habíamos inspeccionado el lugar, era realmente hermoso, había pastillo y hojas de árboles por todos lados, es que el otoño ya de a poco le daba la entrada al invierno.



Por un instante, en mi cabeza esas hojas se veían realmente tentadoras para hacer guerra, me incliné por un par de ellas y se las aventé a Hoseok quien iba adelante mío quejándose de que si nos perdíamos me entregaría a los osos para salvarse él, como siempre molestándome.



Algunas dieron en su nuca y otras en su espalda, no pude evitar reír al ver lo mucho que se había asustado por haberlo encontrado desprevenido, regañó un poco y decidido a vengarse cogió algunas, con las cuales me dio en toda la cara y eso de cierto modo me molestó, por lo que volví a coger hojas y a aventárselas otra vez.

Lo vi comenzar a correr hacia mí y como pude huí, pasamos así unos momentos hasta que me desesperé cuando vi que estaba por alcanzarme y en un intento de apurarme tropecé y caímos juntos al suelo, él reía despreocupado al parecer , pero yo..yo estaba colorado, colorado y aplastado por su cuerpo entero.



—Pesas Hoseok, quítate.—Me quejé y riendo aún este se levantó ¿Por qué se reía tanto? No pude evitar contagiarme en cierto modo.



—Lo siento mocoso.—Y se levantó de encima mío, me ayudó a levantarme y nos ganamos contra el tronco de un enorme árbol que teníamos a nuestra par. Lo vi cerrar sus ojos tras llegar, con una amplia sonrisa en su rostro y lo entendía, porque si, ese lugar generaba tranquilidad.



TaeHyung cogió su mochila y de ella sacó un libro de tapa azul, acto que despertó curiosidad en Hoseok, pues se acercó más al menor para poder observar de cerca lo que éste tenía entre sus manos.



—Hoy te leeré el primer capítulo de uno de mis libros favoritos Ero-Seok.—Y el azabache parpadeó ante la sorpresa.



—Te dije que no hacía falta. Puedo leerlo yo mismo.



—Y yo dije que te lo leería.—Hoseok movió la cabeza resignado y en un acto de atrevimiento estiró sus piernas y se volteó para dejar su cabeza sobre el regazo del menor. Este dió un pequeño salto en su lugar antes la sorpresa y le fue inevitable el no sonreír. Hoseok lo hacía sentirse cómodo y al parecer era mutuo.



—Soy todo oídos mocoso..



—Capítulo uno.


Anabel era una quinceañera de largos rizos dorados y ojos color celeste, tan amable y bondadosa que no había persona en el pueblo que no le tuviera afecto. Siempre preocupada por ayudarle a su madre quien padecía de una enfermedad que cada tanto la dejaba en cama por días y que los doctores del lugar no conseguían encontrar cura para lo que la acechaba.


Esa noche, Anabel se encontraba en el patio trasero de la casa lavando las ropas de cama que sus hermanitos habían vuelto a ensuciar, las colgaría a secarse a primera hora de la mañana, ya no sabía de qué manera pedirle a su madre que fuera más exigente con ellos y les enseñara de una buena vez a no orinarse en la cama.


Su familia consistía en cinco hermanos menores, su madre y su padrastro, un hombre machista y de mal genio que lo único que hacía era mandar a todo lo que se moviese cuando estaba en casa.


—El padre de Anabel me recuerda a cierta persona.—Rió y TaeHyung bajó el libro para dejar de leer por un momento tras escucharlo.



—Yo no soy ningún machista. Babo que eres.—Dijo con sus mejillas levemente infladas.—Y ya déja de interrumpirme.



—Ves que si eres mandón.—Y decidido a ignorarlo TaeHyung continuó.



Concentrada en lo que hacía, Anabel se dedicó acomodar todas las prendas de cama que ya tenía listas en un fuentón, hasta que un repentino grito la asustó y se sintió mal por su madre nuevamente, de seguro otra vez su padrastro la estaba golpeado.


Dejó lo que hacía y se dirigió hasta el interior de su casa, notó que las luces estaban todas apagadas, motivo por el cual no conseguía ver demasiado, llamó a su mamá, pero esta no respondió al igual que sus hermanos ni su padrastro.


Al estar en la cocina tomó una pequeña vela la cual se las ingenió para encender con las cenizas que había dejado la leña encendida de horas atrás, se dirigió hasta el comedor y fue allí donde su corazón se detuvo durante un lapso.


Y su estómago se descompuso.


Sangre, cabellos y...y la cabeza de su padrastro desmembrada con un hacha.


Ella cubrió su boca y gritó, gritó tan fuerte que sintió como algo se cortaba en su garganta, hasta que de repente una mano la calló, de la cual se horrorizó al conseguir oler la sangre que tenía en ella, pues pudo sentir como el líquido recorría el largo de su cuello hasta perderse en su escote.


No conseguía ver quien era la persona que la estaba callando, solo sabía que era un hombre porque éste la tenía pegada a su cuerpo mientras ella intentaba deshacerse de su agarre.


Desde ese instante, nada volvería a ser lo mismo para Anabel.


—Fin del primer capítulo.—Y TaeHyung cerró el libro, echo por el cual Hoseok se levantó en el acto tomando por los hombros al menor.



—No puedes ser tan injusto. ¡Necesito saber qué sigue!.—Exigió samarreando levemente al menor, el cual no pudo evitar reír ante la cara de desesperación que tenía el más grande.



—Tendrás que esperar hasta la semana que viene. Será uno por semana.—Le informó el castaño, totalmente divertido por la situación.



—Tú te estás vengando ¿Cierto?.—Y TaeHyung rió parándose de donde estaba. Comenzó a sacudir su ropa.



—No. Pero si de verdad quieres saber que sigue deberás comenzar a tratarme mejor.—Hoseok entrecerró la mirada y picó la frente del menor, este cerró sus ojos por inercia le sonrió. Al parecer acababa de ganarle a Hoseok.



—Ya está comenzando a oscurecer, será mejor que vayamos.—Dijo el mas grande, comenzando viaje junto al menor.



—Ero-Seok...Creo que tu teléfono está vibrando.—Y así era, Hoseok cogió el teléfono y se sorprendió al ver quien era, generalmente esa persona no estaría desocupada hasta pasadas las once de la noche.



Aceptó la llamada.



—Cariño. ¿Donde te encuentras?. Es la quinta llamada que te hago y no contentas.



—Lo lamento Jessica, no me había percatado. ¿Donde estás ahora?.



—¿Donde se supone que estás tú Hoseok?. Fui a verte a tu oficina y a tu casa, Julia me dijo que desde esta mañana no habías vuelto y lo mismo en la empresa.¿TaeHyung está contigo?—Cuestionó la mujer con un tono molesto. Hoseok tragó saliva observando de reojo a TaeHyung, ya casi llegaban al auto y Jessica notaría que estaban en la carretera.



—Sí, está conmigo.



—¿Qué se supone que haces con él todavía?.—El menor escuchó aquello y se dio cuenta de que al parecer estaban en problemas, decidió alejarse un poco del mayor y adelantarse al auto para darle privacidad.



Y repentinamente Hoseok se sintió nervioso, no estaban haciendo nada malo, pero en cierto modo tampoco tenía por qué estar con el menor siendo tan tarde.


Odiaba dar explicaciones pero sentía que al llegar a casa, Jessica se las exigiría.


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-Chupachups-   [V-Hope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora