capítulo 2

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-Espero que ya te sientas mejor, debes de estar agradecida conmigo ya que estabas casi por morir y tú en verdad eres muy joven para eso. Por cierto me llamo Ryan Shepard y debemos de salir de este lugar cuanto antes.-
¿Estar agradecida? En serio ¿agradecida? ¿por qué debería de estarlo? El intentó atentar contra mi vida, si es cierto, después de lo que me hizo todo volvió a su lugar. Se que debo de agradecerle, pero en serio no quiero a parte, aún me duele hablar y es muy frustante todo.
-¿De verdad debo de estar agradecida? Explicame que es lo que me has hecho para poder decidir si estarlo o no.-
Bien, ahora vi que el se daba un pequeño golpe en la frente con una de sus manos. Creo que esperaba a que le dijera lo que el quería escuchar, pero no, primero tenía que saber que era lo que estaba sucediendo.
-Katherine, ahora no hay tiempo para explicaciones. En estos momentos tienes que confiar en mi soy la única persona que te queda, tenemos que huir de esta ciudad, ellos te están buscando.-
No dudé ni un segundo en responderle.
-¿Ellos? ¿Quienes son ellos?.-
-Son los responsables de la muerte de tus padres y de que tu te encuentres de esta manera. Déjame explicarte todo después, por favor, confía en mi.-
Dudé un poco en responderle, pero yo sabia que era lo que tenia que hacer en ese momento.
-Bien, confiaré en ti. Primero necesito que me ayudes con estos cables y la vendas por favor.-
Vi claramente como asintió con la cabeza como respuesta de afirmación, se acercó hasta la cama y comenzó a quitarme de poco a poco los cables y las vendas que tenía por todo el cuerpo. Trató de hacerlo con mucho cuidado, sin embargo al tener unas cuantas agujas metidas en la piel, al momento de retirarlas fue casi imposible no soltar uno que otro sollozo de dolor. Después de unos minutos por fin pude moverme un poco, ya que ya no tenía ningún cable colgando de mi y mucho menos esas malditas agujas que vivían dentro de mi y eso era lo que más me preocupaba. Ambos teníamos un mirada de satisfacción en el rostro, el que mas parecía satisfecho era Ryan que al parecer quería decir algo.
-Bien, ahora te ayudaré a levantarte.-
Se acercó a mi y con ambas manos primero me ayudó a sentarme, luego me levantó de la cintura dejándome en el aire por un corto período de tiempo, para luego hacerme pisar el suelo.
Su tacto era extremadamente frío a causa del aire acondicionado y a causa de eso hizo que mi cuerpo se erizara.
Caminé lentamente hacía dónde se encontraba Ryan y lo tomé del brazo para llamar su atención, ya que se encontraba perdido mirando fijamente hacia la ventana.
Al sentir mi tacto con el suyo, el volteó a verme y le dedique una leve sonrisa.
-Ya estoy lista para irnos y...aceptaré que después me expliques que está sucediendo.-
-De acuerdo, ven sube a mi espalda y recuerda agarrarte bien porque será un camino largo el que recorreremos. Lo más importante que debes saber es que no abrán paradas de ningún tipo, ni para ir al baño. Tendrás que esperar espera que lleguemos a nuestro destino.-
A penas terminó de decir esto vi como se agachó e hizo una seña con su mano para que me subiera a su espalda, así que me acerqué lentamente, lo abracé del cuello, se levantó un poco y tomó mis piernas, se acercó hacia la ventana que se encontraba abierta y entonces fue cuando todo me quedó claro.
¡Íbamos a saltar por la ventana!
-Ryan esto es una locura si crees que...- Derrepente estábamos cayendo.
Oh por dios
OH POR DIOS
OH POR DIOS
¡Vamos a morir!
O al menos eso era lo que creía porque mas tardé en quejarme en lo que ya nos encontrábamos a espaldas del hospital sanos y salvos. Antes de que Ryan comenzara a correr me dijo en un tono sarcástico:
-"¿Qué decías dulzura?".-
Terminada la oración comenzó a correr y desparecidos de la vista de los demás.

Entre La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora