Capítulo 4

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-Despierta...despierta.- me repetía Ryan una y otra vez.
Me desperté con mucha dificultad y me senté al borde de mi cama. Mi cabeza me da vueltas es como si todo al mi alrededor girara y estuviera borroso, imagino que ha de ser por las cosas que han estado sucediendo a mi alrededor y por la falta de sangre en mi cuerpo.
-¿Llevo mucho tiempo durmiendo?.-
-Así es, hace más más de doce horas que estás así.-
-¿Qué me está sucediendo Ryan?.- dije preocupada.
-Es por la falta inexistente de sangre, tu cuerpo te lo Está pidiendo.  Al haber sido convertida de repente no le hemos dado el tiempo suficiente a tu cuerpo para que asimile mi sangre, eso quiere decir que las células vampiricas han destruido al resto y le ha mandado a tu cerebro ese estímulo que hace que necesites la sangre humana para sobrevivir. Si sigues así morirás y como no estas en buen estado para salir a cazar te he traído un poco, tómalo lentamente, con calma recuerda que no es bueno hacer las cosas de golpe.- Al terminar de decir esto Ryan me tendió una botella con un líquido de color rojo.
Me quedé mirando fijamente el contenido de la botella que se encontraba en mis manos, era tan espeso, de un color rojo escarlata.  El estómago se me revolvió al pensar en tomármela; es demasiado asqueroso tomar sangre humana me niego a hacerlo, pero se que si no lo hago moriré.
Así que destapé la botella y bebí de poco a poco la sangre, al terminar el contenido de esta comencé a sentirme mucho mejor que antes ya no me sentía agotada ni me temblaban las piernas.  Un poco de sangre humana era lo que necesitaba.
-¿Cómo te sientes?.- me preguntó Ryan
-Mejor que antes,  no puedo creer que esto era lo que necesitaba…- la última oración salió como un susurro con la esperanza de que nadie lo escuchara aunque sabía que de todas maneras así sería. Ryan es un vampiro así que por ende lo escuchará…
-Te dije que con un poco de esto estarías mejor en menos de un minuto.- dijo orgulloso
-No me siento nada orgullosa de esto...está mal matar a la gente para poder alimentarnos, no quiero volver a hacerlo aunque estuviera a punto de morir.- estaba muy triste y no podía evitar demostrarlo.
Ryan estalló en risa
-¡Hey! Pero ¿qué te sucede? ¿dije algo gracioso?.- Toda la tristeza que habitaba dentro de mi desapareció, dejando a una Katherine enojada.
Él se volvió a mi y me miró fijamente dejando los ojos en blanco.
-¿Tú decir algo gracioso? Graciosos son los chistes que Aaron dice. Lo gracioso aquí es que no quieras tomar sangre humana y decir que para alimentarnos matamos personas.- puso los ojos en blanco en la última oración.
-Pero si eso es lo que hacen los vampiros para poder sobrevivir,  está escrito en muchos libros, en las películas,  hasta en crepúsculo hacen esas cosas algunos de ellos.- Ryan volvió a estallar de risa, ¿qué es lo divertido en todo esto? Solamente estoy diciendo la verdad.
-Katherine has estado viviendo una semana con nosotros y ¿aún no has aprendido nada de Aaron y de mi?  Lo cierto de todo lo que dijiste es que existe un porcentaje mínimo de vampiros que matan para poder alimentarse pero es una población casi nula y esto es debido a que durante un tiempo las personas comenzaron a notar la desaparición de algunos humanos y que cuando aparecían los cuerpos presentaban heridas similares y todos estaban desangrados, así que rápidamente comenzó a correr el rumor de que los vampiros habían regresado. No mucho tiempo después comenzaron a darnos caza y se llegó a un acuerdo en el cual se prohibió matar a las personas de las que nos alimentabamos,  si no que solamente podíamos tomar pequeñas cantidades de su sangre, sin embargo algunos viejos vampiros arraigados a sus antiguas costumbres se negaron a aceptarlo y decidieron alejarse del clan. No se como puedes creerte las cosas que aparecen en crepúsculo, casi ninguna es cierta. A parte recuerda que tu eres uno de nosotros.-
Dios me siento muy avergonzada he cometido un grave error al juzgar a mi propio mentor y sobre todo al clan, se que no estoy muy familiarizada con ellos pero les debo mucho porque si no me hubieran convertido en este momento estaría tres metros bajo tierra.
-Lo siento mucho, me he dejado llevar por la manera en la que los pintan tanto en la televisión como en los libros. Me siento muy avergonzada por haber juzgado al clan, es solo que algo en mi no quiere admitir que he perdido toda mi humanidad…- al terminar de decir esto me incliné hacia adelante como muestra de perdón y de que estaba muy apenada.
-Pequeña Katherine no te preocupes, acepto tus disculpas. Ha decir verdad cuando recién me convirtieron solía decir este tipo de cosas, así que te entiendo. Aaron solía batallar conmigo respecto a mi vocabulario acerca de los vampiros.- en el preciso momento en el que terminó de hablar, Aaron irrumpió en la habitación que me tenían asignado. Note que estaba algo enojado por la forma en la que se dirigía a nosotros y la manera en la que apretaba los puños.
-¡Tenemos que salir de aquí ahora mismo!.- era obvio que estaba enojado, pero ¿qué está sucediendo?
Ryan abrió los ojos de una manera tan exagerada que pareció que se le fueran a desorbitar, es oficial algo muy malo está pasando.
-Pero ¿¡QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE!? ¿por qué entras así a la habitación de Katherine?  Está débil ¿no lo ves?.- está bien algo acaba de explotar y no es mi cerebro, espero que Aarón tenga una muy buena explicación para todo esto.
-¿CÓMO? ¿QUÉ QUÉ DEMONIOS ME PASA? ¿SU HABITACIÓN? ESTE LUGAR ES MÍO, ASÍ QUE POR ENDE PUEDO ENTRAR CUANDO QUIERA Y NO ME IMPORTA LO QUE AMBOS OPININEN.- es oficial o Aarón se volvió loco o algo muy grave sucede.
-Aaron respira...tranquilízate, dinos qué está sucediendo por favor.- le supliqué
Por un momento pensé que no me haría caso y solamente seguiría gritando a todo lo que se le cruzara en su camino.
-Lo que sucede es que el consejo se ha enterado de lo que hemos hecho con Katherine y del porque lo hicimos.-
-¿El consejo haz dicho? No puede ser, si nadie lo sabía. Esto es casi imposible.- respondió Ryan con un tono de incredulidad en su voz.
-Imposible o no, se han enterado, es por eso que debimos de haber tenido más cuidado y hacerlo sin llamar la atención de los demás.
-¿Y qué debemos hacer ahora?.- pregunté confundida.
-Debemos de ir a ver a Sebastián.- dijeron ambos al mismo tiempo.

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