Capítulo 16

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Cuando entré a la habitación de Niall noté casi instantáneamente que había recogido la ropa que estaba en el suelo y había tendido su cama.

Qué hermoso es que un hombre tenga este tipo de detalles hacia ti.

Me senté al borde de su cama esperando por él.

Me quedé mirando la pared un momento sin nada específico en mi mente.

Me detuve cuando escuché el sonido de la puerta y vi a mi chico entrar por la puerta.

Un segundo, ¿realmente era mi chico?

Entró tranquilamente y se acostó en la cama.

Me hizo una seña para que también me acostara con él.

Obedecí, no sin antes cerrar la puerta con seguro por si alguien despertaba.

Me acosté a su lado para acurrucarme entre sus brazos.

Él me dio un beso en la frente.

-Eres tan hermosa.-dijo con ternura, no dejaba de mirarme.

-Eres tan guapo.-deposité un corto beso en sus labios.

Ni siquiera quería tener sexo con él, ahora solo quería quedarme así, acostados los dos juntos, sintiéndome protegida.

Él me agarró por la barbilla suavemente y acercó sus labios a los míos en un tierno beso.

Su lengua buscaba pelear con la mía y nuestros labios se entrelazaban en sí.

Reímos en el beso.

Era tierno.

Pero poco a poco fue aumentando de velocidad.

Se notaba el deseo.

Sin despegar nuestros labios, me monté encima de Niall mientras él me agarraba por la cintura.

Él separó nuestros labios y me dio un beso en la frente.

-Aun debes estar cansada por lo de ayer.-dijo tranquilo.

-Sí, supongo.-respondí algo insegura. Aun dolía, así que sí.

-Dejemos-lo para otra ocasión.

Asentí y me acosté de nuevo a su lado.

Hubo un silencio de unos veinte minutos...

-Aun tengo sueño.-dije frotando mis ojos.

Niall me miró y rió.

-Puedes dormir aquí si quieres, los chicos se levantarán como a las 5pm, como de costumbre.

Asentí y me acurruque más es sus brazos debajo de la sábana para poder dormir mientras él acariciaba suavemente mis muslos con su pulgar.

(...)

Narra Niall:

Me quedé allí mirando cómo la tenía entre mis brazos, yo estaba jodidamente incómodo, pero no quería despertarla intentando buscar comodidad.

Le di gracias a Dios cuando ella se movió y se volteó mirando opuestamente de mí.

Me acosté a su lado y la abracé por la cintura.

El aroma a vainilla que emanaba de su cabello llegó e inundó mis fosas nasales, minutos después me dormí yo también...

(...)

Abrí los ojos repentinamente cuando escuché ruidos por la ventana.

Me asomé con cuidado de que no me vean.

El Mejor Amigo de mi Hermano. [NIALL HORAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora