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-¿Era éste el sobre que buscabas?

-¡Oh! Sí, sí. Es el regalo para mi hermano. No sabes cuanto tuve que buscar para conseguirlo -dijo Seulgi, tomando el sobre sin notar reticencia por parte de su amigo-.

-¿Un sobre? ¿Le ibas a regalar un sobre? ¿Contiene dinero?

-No. Esto no es un simple sobre. Es un omamori*.

El "¿y qué cosa es eso?" de Kyungsoo no fue necesario. Según palabras de Seulgi el omamori era un amuleto.

-¿Este omamo- amuleto es muy especial?

-¿Especial? No lo sé, me dijeron que éste en específico traía felicidad y como ya no quedaban otros y mi hermano quiere pasar el examen de admisión pensé que de serviría de cualquier manera. Espero que le guste. Me pidió un regalo único y conincidió con mi viaje a Japón.

Kyungsoo no sabía si darme por vencido, tal vez estaba siendo muy ambicioso. Había sido suficiente pasar tiempo de calidad con Jong In, su sola sonrisa había curado más de una herida.

-Rayos. Le dije que esperase -masculló Seulgi-.

La mirada de Kyungsoo dejó en paz el piso al percatarse de la dirección en la que su amiga miraba disgustada. Un tipo de sonrisa soñadora y actitud relajada caminaba hacia ellos.

-Lo siento hermanita, no pude con la curiosidad.

Seulgi miró a su hermano con cara de pocos amigos.

-Definitivamente necesitarás esto -dijo ella entregándole el amuleto- Kyungsoo, te presento a mi hermano, Kai.

-Un gusto.

El pintor estaba en Babia. Aunque el saludo iba dirigido a él, sus ojos se mantenían fijos en el sobre.

-Parece que te gusta, ¿coleccionas?  -preguntó Kai-.

-¿Uh?

-¿Coleccionas souvenires?

-No. Es solo que... Me recuerda a alguien.

Ambos hermanos se miraron sin comprender y él simplemente sonreió incómodo.

-Parece importante para ti. ¿Lo guardarás bien si te lo doy?

-¡Kai, era tu regalo de cumpleaños!

-Ya me conseguirás otra cosa.

-Bien, bien. Has lo que quieras.

Seulgi cruzó los brazos. No podía hacer nada frente a la sonrisa soñadora de su hermano.

-¿De verdad? ¿No te molesta? Seulgi dijo que querías un regalo único y no creo que Seulgi viaje mi bien le apetece.

-Japón no está muy lejos, Kyungsoo. Acéptalo.

Kai sonrió, secundando a su hermana, y Kyungsoo no pudo más que sonreírle agradecido-.

-Te lo daré, sí. Pero solo si aceptas retratarme en uno de tus cuadros.

-¿Qué? -dijeron al únisono los jóvenes pintores, mirando sorprendidos a Kai por distintas razones-.

-¡¿Sabes cuánto le llevará retratarte?! ¿Quieres que despilfarre su precioso tiempo pintando esa cosa que llamas cara? 

-Está bien, Seulgi. Esto no es nuevo.

Jong In también se lo había pedido una vez.


*Es un popular amuleto japonés, una especie de colgante hecho de telaque se vende, sobre todo, en los templos y santuarios japoneses y cuyo objetivo fundamental es, como buen amuleto que es, proteger y dar fortuna a los que lo llevan.

Amuleto - KaisooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora