¿Se puede saber por qué me odias? (BvB y tú)

1- Pues parece que me voy

Ah... Buenos días Nueva York- Dije mientras sonreía- Aún no me termino de acostumbrar a despertar en Nueva York. Todavía recuerdo ese día como si fuese ayer y, ya hace un mes de ello.

[Hace algo menos de un mes]

Jebedith estaba durmiendo en su cama en una postura que, aparentemente no era cómoda pero, ella estaba terriblemente cómoda.

Jeb, cariño despierta o perderás el avión.- Dijo Mama con dulzura

Meh.- Ese fue el único ruido que pude emitir a las 4 de la madrugada, cuando me acordé, ¡ese día era hoy! Pegué un salto y me levanté de la cama a toda prisa, tan rápido que a mi cabeza la costó acostumbrarse y tuve que agarrarme a la mesa hasta volver a estabilizarme. Mamá se marchó abajo a hacer los desayunos para salir lo antes posible. Yo me vestí con la ropa que había preparado el día anterior, unos shorts vaqueros algo oscuros y deshilachados por abajo y una camiseta de media manga morada. Hice mi cama recogí el cuarto y después desenchufé el móvil del cargador, y guardé ambos, uno en la maleta y otro en el bolsillo del pantalón.

Me dirigí lo primero al baño y me mire al espejo mi pelo era ondulado, castaño claro (con reflejos pelirrojos) y de largo por el pecho. Ese día parecía que la naturaleza estaba de mi parte y mi pelo lucía al menos pasable. Me lo coloqué un poco y me lavé la cara. Después saqué mi maquillaje, lo primero el corrector, el delineado y el Rimmel. Guardé el maquillaje también en la maleta y la bajé abajo dejándola al lado de la puerta.

Entre en la cocina y dije- Buenos días- Esbozando mi mejor sonrisa

Buenos días princesa- me dijo mi padre, realmente le echaría de menos. Papá era un hombre de unos 53 años con mucho sentido del humor pero, él era súper cariñoso con todos, excepto si se enfadaba.

Buenos días pava- dijo mi hermano “cariñosamente” él era un chico de 24 años, alto y con muy mala leche por las mañanas con lo que sería mejor no molestarme en responder.

Buenas Jebis- Dijo Patri, mi cuñada, ella tenía 25 años y era mi cuñada, ella tenía el pelo negro con reflejos caoba, y era la persona más adorable que jamás te encontraras.

Mamá solo se limitó a sonreírme, ella era una mujer muy cariñosa con el pelo por los hombros y rubio oscuro y sus ojos eran color miel.

Desayunamos riéndonos todos y después recogimos todo.

Salimos de casa después de revisar que no me dejase nada allí, y fuimos al aeropuerto en nuestro Ford rojo.

Mi avión hacia Nueva York salía a las 8 y eran las 7 cuando llegamos allí. Facturé mi maleta y lo tenía todo preparado cuando por los altavoces del aeropuerto se escuchó la voz de una mujer aparentemente con un gran resfriado que decía- Los pasajeros del avión con destino a Nueva York pueden ir embarcando.

Me acerqué a todos y les sonreí intentando no llorar.- Me tengo que ir ya- Dije cuando una lágrima caía por mi pómulo derecho.

Mama se acercó a mí y me dijo- Jeb, ¿estas segura que te quieres ir? Aún estas a tiempo de quedarte, no pasa nada por el dinero del billete.

Yo la dije.- Mamá, no puedo echarme atrás, ya está todo decidido ¿o acaso tú y Papá me enseñasteis a rendirme con las cosas que quiero?

No, - Me dijo ella- solo quiero que estés segura y que sepas que en todo momento puedes volver ¿vale? Te quiero cielo- dijo mientras me daba un beso en la mejilla. Ella estaba llorando.

¡Mamá, no llores anda! Que si no también voy a llorar yo.- Dije intentando reírme-

La mujer de la voz resfriada volvió a repetir su aviso.-Los pasajeros del avión con destino a Nueva York pueden ir embarcando.

Me acerqué a Papá quien un dio un beso y me dijo- Mírate, estas echa toda una princesa, hace muy poquito eras aun un bebé y hoy te vas a Nueva York tu sola. Me da igual, por mucho que crezcas y, aunque tengas 20 años siempre serás mi princesa. Cuídate princesa.-

Aitor, mi hermano, y Patri. Me dieron un beso – Cuídate enana –Dijo Aitor- Ten cuidado Jebis- Me dijo Patri cariñosamente.

Una vez me había despedido de todos les dije adiós de nuevo con la mano y me dirigí a la puerta de embarque.

¿Me enseña su billete por favor?- Me dijo una azafata alta, rubia y con un moño muy bien hecho.

Si, aquí tiene- La dije mientras la entregaba el billete.

Muy bien señorita Yuncs pase.-Dijo mientras me hacía un gesto con la mano de que pasase.

Me giré y me despedí de nuevo con la mano de mi familia. Entré por la puerta de embarque e iba con mala cara mientras en mi cabeza refunfuñaba.- Odio que me llamen por mi apellido- Refunfuñaba mentalmente.- Muy bien señorita Yuncs pase.-Repetí en tono burlesco mientras me reía.

Entré al avión y, puse el móvil en modo avión. No estaba nerviosa, ya había montado más veces, pero sola era la primera. Desenrollé los cascos y los enchufé a mi móvil. Seguidamente le di a mi móvil que sonara aleatoriamente y, salió “The Legacy” de Black Veil Brides y acto seguido salió “You’ve fallen for me” de Jung Yonghwa de la OST de HeartStrings.

Tras 3 o 4 canciones vi que la azafata empezó a explicar cómo ponerse el cinturón, íbamos a despegar.

Allí empezaba mi aventura, yo iba a Nueva York a perfeccionar mi ingles que, después de una carrera de filología inglesa debería ser bueno, pero quería mejorarlo.

Tras 7-8 horas aproximadamente de vuelo aterrizamos. Llame a mi madre para decirla que había llegado bien, ella tan preocupada como siempre. Después me fui a la casa que tenía alquilada allí que estaba bastante bien y directamente me fui a dormir.

Después de varias semanas encontré un trabajo de medio tiempo en el que podía practicar bastante bien el inglés y a la vez conseguir dinero, camarera en un Starbucks. Todos los días llamaba a mi madre a las 16:00 o las 17:00 porque en España eran las 22:00 o las 23:00 y hablábamos y la contaba cómo me había ido lo que llevaba de día.

[Un mes después de mí llegada a Nueva York]

Ah... Buenos días Nueva York- Dije mientras sonreía- Aún no me termino de acostumbrar a despertar en Nueva York. Todavía recuerdo ese día como si fuese ayer y, ya hace un mes de ello.