Narra Peter.
Habían pasado dos días. Lali no me atendía las llamadas y me había bloqueado de todos lados. Entendía que esté molesta pero me parecía exagerada su reacción. Le dejé mil mensajes en el contestador explicándole como habían sido las cosas y pidiéndole perdón pero la conocía, se pondría orgullosa y no cedería tan fácil. Para mi no habíamos cortado, tan sólo era una pelea más.
Holly estaba acabando de grabar Teen Wolf así que tenía una semana para ir a Argentina y solucionar todo. No avisé a nadie y me planté en casa de Lali ni bien llegué, pero no estaba.
Me fui a mi departamento, me duché y miré el Twitter para ver si me enteraba de donde estaba. Había fotos en la casa del Chino, con varios amigos y Nazareno ahí pegado a ella. No me gustaba verlo cerca, se notaba a kilómetros que se la quería comer.
Después volví a ir a su departamento, esperé en el parking como una hora hasta que la vi llegar con Nazareno. Me quedé contemplentando aquella escena y casi salgo a cagarlo a trompadas cuando vi que la besó pero ella se alejó de él y subió. Me bajé del auto cuando se fue y subí a tocarle el timbre. Abrió la puerta enseguida y se quedó sorprendida al verme.
- Llevamos dos días peleados y ya te quieren comer la boca -sonreí y me cerró la puerta en la cara.
- ¿Qué haces acá? -preguntó del otro lado.
- Pensé que te gustaría verme Lali.... ¿Qué te pasa? No me quisiste escuchar y te cagaste en nosotros.
- Vos te cagaste en nosotros -me dijo cuando abrió la puerta- Sólo te pedí una cosa muy simple y no la cumpliste. No te quería cerca de esa mina.
- Fue casuliadad La....
- La metiste en tu fiesta, no viste mi regalo... me olvidaste ¡Te subiste a un taxi con esa niña!
- Pero no fue planeado.... estaba ahí al lado ¿Puedo entrar y hablamos tranquilos? Yo no te olvidé ni por un segundo.
Se metió dentro y la seguí. Cerré la puerta y me senté en el sillón.
- Compartimos taxi, si, la dejé en su casa y me fui al hotel a buscar tu regalo. Eugenia me lo había dejado en el coche pero como Em me había llevado a la fiesta no lo había visto. Fue lo primero que hice La... ir a ver tu regalo.
- No te creo.
- Te extrañaba ¿No puedo darte un beso? -la miré a los ojos cuando se sentó al lado mío.
- No me mires con esos ojitos, estoy enojada -se mordió el labio.
- No te muerdas el labio porque te chapo -le advertí y sonrió.
- Tarado -me dio en el hombro.
- Sos tan linda -me acerqué para agarrarle la cara entre mis manos.
- No me beses eh.
- Te voy a besar -me acerqué a sus labios y nos besamos, se notaba que nos extrañabamos demasiado.
Sonó el timbre y se sobresalto.
- No espero a nadie -se levantó y miró por la mirilla- Mierda.... -susurró- ¿Te parece mal si te pido que te escondas en el baño?
- Soy tu novio. No me jodas.
- Ex.
- Actual.
- Lo despacho rápido, es Nazareno.
- No entiendo porque me tengo que esconder -volvió a timbrar.
- ¡Lali abrí! Tenemos que hablar del beso. Si me diste uno anoche no entiendo porque ahora me rechazaste ¿Qué cambió? -preguntó él al otro lado de la puerta.
Ella apoyó la cabeza en la pared. No me quiso mirar. Yo me quería matar.
- Decime que es mentira -me acerqué.
- Fue una estupidez Peter -seguía sin mirarme- Estaba enojada....
- Mirame -le agarré la cara.
- Tomé un poco, salimos todos de fiesta y fue un beso. Bueno... unos pocos besos. Te juro que no fue más.
- Seguís siendo la misma pendeja estúpida de siempre -volvió a sonar el timbre y abri la puerta- Volá de acá Nazareno porque te parto la cara.
- Peter, no sabía que estabas. Yo... disculpame.
- Andate Naza, por favor... -le pidió ella.
- Mira te juro que no pasó nada entre nosotros. Yo quería y pensé que ustedes ya nada... Pero veo que no. Lali me frenó.
- No me interesa lo que vos tengas que decir -le cerré la puerta en la cara- Vos sí tenés mucho que explicar.
- Estas dando la vuelta a las cosas. Yo estaba enojada con vos.
- Pero yo no me comí la boca con otra, así que vamos a dejar apartado eso porque ya te pedí perdón millones de veces.
- No sé que decir.
- No puedo creer que me hayas hecho esto... Vine acá para verte y arreglar todo, era una pelea Lali ¡Una puta pelea más en nuestra relación! No habíamos cortado, no para mi.
Ella me miraba en silencio.
- ¡Deci algo!
- Tal vez esto es lo mejor... dejarlo. Estamos poco juntos, yo estoy celosa y mal todo el tiempo... La distancia no nos hace bien.
- A vos no te viene bien nada ¿Qué hago? ¿Dejo todo por vos? Yo te entiendo y respeto en tu trabajo. Tus celos con Holly y con todas me importan una mierda. No se va a terminar la relación por paranoias tuyas.
- Nunca te pediría que dejes todo... Será el destino.
- ¡¿Qué mierda te pasa?! ¡¿Te diste un golpe en la cabeza y te quedaste tarada?! -me estaba sacando- El destino es que estemos juntos ¡No que te chapes a otro!
- ¡NO QUIERO SEGUIR CON VOS! -me gritó con bronca y llorando.
- ¡NO LLORES SI ME ESTAS DEJANDO POR ESTUPIDECES TUYAS!
Empezaron a golpear la puerta.
- Si es Nazareno le meto una piña -advertí.
Abrí la puerta y efectivamente era él.
- No me parace que le grites así -me dijo enseguida.
- No te metas -le pedí bien pero lo quería romper todo.
- Nazareno, andate por favor -Lali se acercó y se puso delante de mi- Esto es cosa mia.
- Te está tratando mal La... por unos besos. Él tampoco es un santo.
Me acerqué y le metí una piña, por boludo.
- ¡¿Estas loco?! -me dijo La y se tiró a ayudarlo- ¿Estas bien?
- No te voy a dejar acá con este -le dijo él y más ganas tenía de meterle otra.
- Es patético que te quieras levantar a mi novia delante de mi cara y aprovechando una pelea. Lali a vos no te da ni la hora estando sobria. Que te quede claro eso.
La agarré en brazos, la metí en casa mientras pataleaba y cerré la puerta de una patada.
- ¡ANDATE NAZARENO PORQUE SI VUELVO A ABRIR Y ESTAS AHI TE BAJO LOS DIENTES! -no llegué a escuchar que contestaba.
- ¡Deja de gritar! -me pidió mientras se secaba las lágrimas.
- ¿Te olvidaste de todo lo que me pusiste en la carta? ¿Unos besos con este boludo te sacaron el amor?
- No confío en vos.
- ¡¿Vos no confías en mi?! ¡Sos una cara dura! Primero me intentas explicar que no pasó nada con Nazareno, yo intento arreglar las cosas con vos y ahora me estás dejando.
- Necesito tiempo para pensar que me pasa.
- Tenes todo el tiempo del mundo para pensar, me voy. Ya no te quiero escuchar más ¡ADIÓS!
Salí pegando un portazo, por suerte no estaba ahí Nazareno, sino lo mandaba al hospital por la bronca que tenía.
Volví a mi apartamento, guardé todo y fui al aeropuerto. Tenía que volver a Estados Unidos porque no quería saber nada más de nadie.