3- Soy Armin

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Las rosas son rojas
Tus ojos son diamantes
Capaces de a una noche entera
Su gran brillo darle

Tú, chico misterioso
Dueño de mis sueños
Protagonista de mis poemas
Que con cariño yo conservo

Eres mi salvación
También mi curación
No sé sin ti qué haría
Pues tú curas todas mis heridas

Haces que lo malo olvide
Y que en otro mundo entre
Lleno de fantasía
De color y armonía

Ojalá supieras
Mi admiración hacia ti
Que mi vida llena de maleza
Se limpió al verte al fin

Tú, chico misterioso
Dueño de mis sueños
Protagonista de mis poemas
Que con cariño yo conservo

~...~
Unos días más tarde...

—¿Seeeeñoooor aaaabuuuueeeeloooo? ¡Revive! —Suspiré con notable indignación y el abuelo con mechas negras en las puntas delanteras del pelo sacudió la cabeza. Había descubierto algo nuevo de él: se perdía en sus pensamientos con facilidad y era muy, pero muy, pero muy distraído.

—Lo siento, estaba pensando. —Se rascó la nuca intranquilo —Me tengo que ir. Mejórate, hasta mañana. —Se despidió con una pequeña sonrisa nerviosa.

Oh, había olvidado mencionar que sólo tenía dos huesos rotos en el brazo, nada grave (estuve dos días en otro hospital sólo por eso, kill meh plz). Aún recuerdo las palabras de la enfermera: "es un milagro que no te hayas fracturado tantos huesos como tu hermano". En fin, llevaba una escayola en la cual habían firmado todos mis amigos.

Excepto...

—¡LYSANDROOO, FIRMA AQUÍ, POR FAVOOOR! —Salí corriendo detrás de él. No sabía si podía considerarlo un amigo ya que me había secuestrado para llevarme a la enfermería y podía ser un ser extraño de Mercurio, de Júpiter, de Plutón... (mi libro Luna de Plutón ya está disponible en... Mejor dejo de hacer spam xdxdxd) Nadie sabe. Pero, sin saber por qué, necesitaba esa firma aquí y ahora.

El victoriano se giró con expresión interrogativa y con la mano que tenía bien señalé la escayola sonriente.

—Oh —Sacó un bolígrafo de...¿un bolsillo? y se acercó para firmar la escayola —Listo.

—¡Graaaciaaas! —Lo abracé como si mi vida dependiera de ello. El ojibicolor(? me sonrió y retomó su camino a la salida del instituto.

Miré de cerca su firma y me fijé en que había un diamante al final de ésta. Definitivamente, la firma más chula del mundo. Su letra era clara, legible...y el diamantito molaba mucho.

Lo verdaderamente malo de llevar esa escayola...

Era que...

No podía usar mi consola;-;.

~...~

—Castiel, enserio, tenemos que irnos ya. Llegaremos tarde al concierto. —Repetí por enésima vez. Mi paciencia se estaba acabando.

—Y entonces me dijo que...

—¡Castiel! —Alcé la voz.

Amnesia [ArminxLysandro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora