Amnesia [ArminxLysandro]

16- Volver

Lysandro

Me dolía absolutamente todo, no sabía dónde estaba. No tenía fuerzas para abrir los ojos ni para moverme. Me costaba respirar y sentía algo en mi boca, así como una máscara respiratoria.

También escuchaba una voz, pero la oía demasiado baja.

—¿Lys...? —Apenas reconocía quién hablaba —Por favor... despierta... Enano... Te necesito... —Poco a poco empecé a escuchar mejor —Cariño... Te lo suplico, despierta... No sé qué haría sin ti... —¿Armin...? Dios... Quería abrir los ojos, realmente quería... Pero estaba demasiado débil.

Sentí su mano encima de la mía y luego la tomó delicadamente. Me esforcé por darle señales de que lo estaba escuchando y apreté un poco su mano. Sentí como se sobresaltó.

—¿Lys? Dios, ¿estás bie..- Es estúpido preguntar eso. Joder —...Eso no fue nada victoriano —Voy a avisar a alguien, enano, ahora vuelvo —Y sentí como su mano soltaba la mía.

Lo único que quería saber era qué había pasado y lo único que quería hacer era verlo a é- Espera. ¿Por qué me estaba diciendo "enano", "cariño" y que no sabía qué haría sin mí? ¿Acaso...?

Un escalofrío recorrió mi cuerpo y me sentí feliz.

De repente una escena totalmente desconocida para mí se proyectó en mi mente, la cual duró menos de un segundo.

¿Qué? Definitivamente ese no era yo de pequeño. Primeramente porque nunca tuve gato, y después porque uno de mis ojos no era rojo, sino amarillo.

Escuché como la puerta de donde sea que estuviera se abría o cerraba, no sé. Era fastidioso poder pensar, oír, sentir y no poder dar señales de vida a parte de respirar, ni hablar o ver.

—¿Lysandro? —Escuché una voz más grave.

Armin

Realmente estaba aliviado de que Lysandro estuviera bien. O al menos eso me demostró cuando apretó mi mano.

Castiel estuvo en el hospital también durante días, pero tuvo que irse ya que no podía dejar a Demonio, su perro, desatendido.

Yo vigilaba a Lys mientras jugaba con mi consola que afortunadamente no se había estropeado por la lluvia.

En ese momento un médico estaba revisándolo, y yo sólo moría de ganas porque despertase de una vez.

—¡Mierda! —Exclamé cuando perdí un nivel en el último segundo.

—Shh. —Dijo un señor que también se encontraba en la sala de espera. Rodé los ojos. Amargado.

Mi hermano también estuvo visitándolo de vez en cuando, hablando de él como su cuñado.
Já, claro.

Encima, Leigh y sus padres estaban en el campo, el cual estaba demasiado lejos de la ciudad y en verano los autobuses no iban hasta allí. Tampoco tenían coche. Me sentía mal por ellos.

El médico de antes salió horas después y se dirigió a mí.

—Creo que alguien te busca —Sonrió señalando a la habitación, de la cual la puerta estaba entreabierta y lo miré extrañado. Seguidamente, se fue.

Apagué mi consola, y al entrar la dejé sobre una pequeña mesa que había, sin hacer ruido. Ya era de día.

Me sorprendí al ver que Lysandro estaba girado hacia un lado, mirando a la ventana.

Busqué valor dentro de mí para hablar. Estaba nervioso.

—¿L-Lys...?

Lysandro

Mi corazón se aceleró exageradamente cuando lo escuché llamarme. Tenía muchas dudas.

Giré un poco la cabeza, costosamente. Él se acercó a mí.

—Pf... N-No me creo que estés bien...

Realmente no entendía por qué se preocupaba tanto por mí. Después de todo sólo éramos amigos, ¿n- De repente muchos recuerdos pasaron mi mente. En todos salía él. Abrí mucho los ojos al recordar... Nosotros... ¿Habíamos...?

Empecé a recordarlo casi todo.

—Armin... —Lo llamé y me miró interrogativo —¿Nosotros...? —Sin haber acabado de hablar, sus mejillas se pusieron muy rojas. Entonces supongo que sí. Sonreí. Intenté sentarme, pero para mí era demasiado esfuerzo. Aún estaba un poco débil. Armin me dijo enseguida que no hiciera esfuerzos y se agachó delante de mí, bastante cerca de mi cara.

—¿Puedes... Besarme...? —Pedí así como así, de la nada.
Se sonrojó más de lo que ya estaba.

Armin

A ver, ¿desde cuándo Lysandro pide los besos? Además, ¿no había cambiado? ¿No estaba en su modo seme al máximo?

...

Recordé las palabras de uno de los doctores hace unos días:

"Ha perdido parte de su memoria, pero no gran cosa."

¿Entonces...?

De la emoción lo besé inmediatamente. No podía creerlo.

Se quedó bastante en shock, pero segundos después correspondió al beso. Por primera vez después de mudarme volví a sentir sus besos tan dulces como antes, sus labios tan delicados, no sé, echaba de menos al Lysandro que me robó el corazón.

Cuando nos separamos unos milímetros por falta de oxígeno, susurré:

—Te amo, mi victoriano.

Y él respondió:

—Y yo, mi friki.

Y, por incómoda que fuese la posición, nos abrazamos.

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YAAAY, UN CAPÍTULO SIN DRAMA C: Denme mi Oscar Bv