Mis hermanos y yo hemos estado toda la mañana en el centro comercial comprando distintas cosas, incluso mi hermana pequeña, la más pequeña, quiso comprar algo para el bebé. Si, ese puto bebé que hace que Madison me moleste y ambos me tienen con ojeras, sin comer, enfermo y el ánimo por el culo. Que ingenua de mi hermanita, en unas horas ese bebé no existirá más.
Iba caminando con Alex hacia el auto con unas cuantas cosas para comer en el camino hasta que lo vi.
Bonnie estaba con Li... Y Tyler.
Cuando llegué al lado de ambos me sentí muy incómodo, y por lo que pude ver, Bonnie también.
-Li, debemos irnos- le digo a mi hermana mientras dejaba las bolsas en el auto y ella se hacía una coleta.
Tomé a los gemelos de las manos para que no vuelvan a correr adentro e ir a comer, porque para eso Alex y yo trajimos comida. Bonnie me está mirando y no puedo evitar ponerme un poco rojo, hasta que Tyler le aprieta con fuerza la mano, haciendo que quiera golpearlo.
-Tierra a Bonnie, te estoy diciendo que tengo que irme- escucho a Li hablarle a Bonnie, lo vuelvo a mirar una vez me aseguro que mis hermanos están todos arriba del auto.
Bonnie me mira y baja su mirada poniéndose rojo, lo que me hace soltar una pequeña risa de lo tierno que es, pero me callo de inmediato cuando siento mi móvil vibrar en mi bolsillo. Madison está lista... Bonnie se despide de mis hermanos moviendo la mano y bueno, le sonreí. Extrañaba su presencia, aunque Tyler esté ahí.
Comimos durante el camino hasta llegar a casa, entré las cosas con mis hermanos y esperé unos minutos para finalmente salir por mi moto e ir por Madison. A la mierda que ella ya tenga 3 meses de embarazo, no quiero ir en auto.
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-¿Estás lista?- Madison negó. -¿Segura que quieres hacerlo de esta forma?-
-Segura, creo que es la mejor para que el bebé muera sin darme dolor y que no quede ninguna parte de él en mi interior, mis padres pensarán que fue un aborto natural-
-¿Sin dolor? Nos dolerá y mucho- rodé los ojos.
-Hagámoslo antes de que alguien nos vea- ambos nos acercamos al borde, tomé su mano y la miré.
-Cuando te diga, saltamos ¿Bien?- tragó áspero. Estamos muy alto y el impacto con el agua dolerá, pero no hay marcha atrás. Ambos respiramos hondo. -¡SALTA!-
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