La mañana cada vez se hacía más calurosa. La gente del Distrito 12 salía a la calle para resfrescarse en los ríos o para ir a los pozos a por agua.
Katniss terminó de colocarse bien la falda y se dirigió al salón donde estaban su marido Peeta y su hija Willow sentados en el sofá.
-¿Por qué tenéis que ir al Capitolio?- Willow se incorpora del sofá y cierra el libro que estaba leyendo.
Peeta mira a Katniss. Esta le devuelve la mirada y abre la boca para contestar a su hija, pero la puerta de la casa se abre y entra Niall.
-Hola.- saluda el chico rubio acompañado de Josh.- ¿Ya os vais?
-Sí.- Katniss se acerca a su hija y se inclina para darle un beso en la frente.- Cuidaros.- se dirige hacia Niall y le da otro beso en la mejilla.- Volveremos en una semana, como muy tarde.
Peeta se levanta del sofá y se dirige hacia la puerta donde se encuentran dos maletas, una de él y la otra de su esposa.
-Os hemos dejado comida, si os falta sabéis cazar y hay dinero en el sobre para comprar leche o lo que os haga falta.- explica Katniss.
Esta se acerca a la puerta junto a Peeta y agarra su maleta. Willow, Niall y Josh los despiden con la mano y estos salen por la puerta.
-¿Queréis que os acompañemos?- pregunta Niall bajando el escalón de la entrada.
-No. No hace falta.- Peeta mira a su hijo y le dedica una sonrisa.
Ambos comienzan andar mientras la atenta mirada de sus hijos y Josh. Llegan hasta la plaza del pueblo. Donde hay varios guardias del Capitolio esperándoles. Entre varios de ellos aparece una mujer con un vestido verde extravagante. Effie Trinket se acerca a ellos con los brazos abiertos. Primero llega hasta Katniss, la rodea con sus brazos e inclina su cabeza hasta la oreja de esta.
-Esto es muy serio Katniss.- susurra Effie.- El Capitolio a vuelto a cambiar.
Se separa de ella y sonríe para disimular la cara que ha puesto Katniss. Peeta mira a su esposa con preocupación. Effie se acerca a él y vuelve hacer el mismo gesto.
-En el tren os cuento todo.- susurra.
Se separa de él y se gira hacia los guardias que contemplan la escena.
-¿Nos vamos?- Effie sonríe falsamente y empieza a andar hacia ellos, para volver al tren de donde ha bajado hace apenas una hora.
Los tres suben al coche donde los espera un guardia y un chofer. El trayecto hasta el tren es lo suficientemente corto para que no hubiese miradas entre ellos.
Hacía tiempo que ambos no se subían a un tren. Desde que volvieron del Capitolio de aquella Revelión.
-Pasad.- ofreció Effie.
Peeta y Katniss entraron a uno de los vagones que parecía una sala de estar. Decorado de color rojo y varios sofás que a simple vista parecían bastante comodos.
Los dos se sentaron en el sofá. Effie se acercó hasta la puerta y giró la manija para que no se abriera. Se acercó rápidamente hasta ellos y se sentó en un sofá individual junto en frente.
-Me alegro muchísimo de veros.
-Effie.- cortó Katniss.- No estamos para bienvenidas. ¿Qué está pasando?
Effie traga saliva y mira a Peeta, que se incorpora del sillón, apoya sus codos en sus rodillas y entrelaza sus dedos de las manos.
-El hijo del difunto Presidente Snow ha tomado el Capitolio.- la voz de Effie apenas se escucha en la sala, Peeta y Katniss se miran. Sus caras lo dicen todo.- En pocos días se hará con el y se convertirá en el nuevo Presidente.
-¿Pero que ha pasado con la Presidenta Paylor?- pregunta Peeta sin quitar la mirada de Effie.
-Hace una semana su hija, Jenna, desapareció.- explicaba.- Caius Snow la secuestró, aunque dicen que está en el Distrito 8. Amenazó a la Presidenta con matarla si no dimitía.
-Y así quedarse con el Capitolio.- terminó Katinss.
Effie asintió con miedo en sus ojos.- Posiblemente en dos días sea el cambio de Presidente.- siguió.- Por eso os he hecho llamar.
-¿Nadie sabe que hemos venido?- pregunta Peeta asombrado.- Al menos Caius y los suyos no.
-Habrá una "reunión" la cual hemos sido invitados todos los escoltas y la gente del Capitolio.- Effie cruza la pierna derecha y se inclina más hacia los dos.- Os he llamado para que lo presenciéis y estéis alertados de lo que va a suceder.
Katniss asiente varias veces y mira hacia la ventana.
-Todo vuelve a ser como antes.- susurra.
Peeta agarra la mano de su mujer, que está apoyada en el brazo del sofá.
-Pero esta vez estamos juntos.