La gente fue abandonando la plaza del Distrito. El grupo de Willow, Niall y Josh aún seguía allí.
-Tengo mucho miedo.- dijo uno de ellos.- La cosecha se celebra por estas fechas. No hay tiempo para nada.
Willow que estaba sentada en el suelo se apoyó en el hombro de su hermano que jugaba con los cordones de sus botas.
-¡Greg!- gritó una mujer desde el otro lado de la plaza.- ¡Vámonos!
El chico que antes había hablado se despidió de sus amigos y salió corriendo hasta llegar a su madre. Poco a poco todos se fueron quedando solos, Willow, Niall, Josh y Amy, la hija de de uno de los consejeros del Alcalde del Distrito.
-Yo me voy ya.- Amy se levantó del suelo, se sacudió el vestido y se colocó su pelo de color negro justo detrás de la oreja.- Hasta mañana.
La chica se adentró en una de las casas cercanas a la plaza mientras la atenta mirada de sus amigos. Willow suspiró cansada.
-¿Niall?, ¿Willow?
Una silueta de una mujer se acercó a ellos.
-¿Mamá?- la chica se levantó del suelo y abrió los brazos para darle un abrazo.
Peeta se acercó a su hijo que hizo lo mismo que su hermana.
-¿Qué hacéis aquí a estas horas?- Peeta miraba la plaza totalmente a oscuras.
-Ha habido un comunicado y no nos hemos movido de aquí.- contestó Josh.
-Vamos a casa anda.
Los cinco cruzaron la plaza y pasaron por la casa de Josh dejándolo junto a su padre. Subieron la cuesta hasta llegar a la Aldea de los Vencedores. Peeta abrió la puerta de la casa dejando entrar a su mujer y a sus hijos.
-Chicos, ¿qué comunicado es ese?- preguntó el hombre cerrando la puerta.
-Han cambiado de Presidente.- Willow se apoyó en la chimenea con los brazos cruzados.- Caius Snow.
-Y Los Juegos del Hambre han vuelto.- terminó Niall.
Katniss y Peeta se miraron fijamente. Ella se sentó en el sofá con gesto cansado mientras que él se acercaba por detrás y apoyaba sus brazos en el respaldo del sofá.
-Haber...- la voz de Katniss intentaba que fuese solida.- Escuchadme muy bien porque esto es muy importante.
Willow y Niall se miraron.
-Dentro de dos semanas exactas se celebrará la cosecha.- explicaba.- Caius es el hijo de Cornelius Snow, por lo tanto los Juegos van a cambiar.
-¿Cambiar?- Willow miraba a su madre preocupada.- ¿Qué se supone que va a cambiar?
-Va a ver un complot... van a ser amañados.- contestó Peeta mirando a sus hijos.- Posiblemente salgáis vosotros.
Las piernas de Niall empezaron a flojear, le dirige una mirada a su hermana que se ha quedado pálida ante la contestación de su padre.
-Y no solo vosotros. Los hijos de figuras importantes que participaron en la Rebelión también serán elegidos.
-¿Y qué vamos hacer?- preguntó Niall desesperado.
Katniss se levantó del sofá rápidamente.- Ir. Iréis a competir.- Willow miraba a su madre perpleja.- Pero tenéis que aliaros con los demás tributos y con un poco de suerte los juegos no se celebrarán.
-¿Estás diciendo que formemos un ejercito y nos escapemos del Capitolio?- Niall abrió la boca sin poder asimilar lo que estaba escuchando.
-Solo quiero que salgáis con vida.- Katniss se acerca a su hijo y posa la mano en su hombro.- Pero debéis prepararos por si no sale bien el plan y los juegos llegan a celebrarse.
Esta se acerca a Willow y la toma por la cintura dándole un cariñoso abrazo.
-Tenéis que encontrar a la hija de Johanna Mason, posiblemente el tributo femenino del Distrito 7. Y a la hija de la Presidenta Paylor, Jenna. Tributo del Distrito 8.
-Aliaros con los más fuertes y estoy segura que volveréis a casa vivos.
La conversación cada vez se hacía más pesada. Katniss se despidió de sus hijos y de Peeta y se encerró en la habitación ya que estaba cansada del viaje. Su marido cocinó varias legumbres para Willow y Niall y al terminar de cenar se fueron a descansar.
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Como era normal, cada mañana Katniss se levantaba y se dirigía a la enfermería, justo antes de llegar el Quemador, a ayudar a las enfermeras. Muchas veces Willow de había ofrecido a acompañarla pero esa mañana era diferente. La chica había salido con su hermano Niall a cazar.
Willow alzó el arco lo más alto que pudo. Cerró los ojos por segundos y el viento rozó su cara. Sopló en dirección del arco y disparó. La flecha se clavo en el pájaro que volaba sobre un árbol.
-Muy bien hermanita.- Niall se acercaba con el pájaro muerto en la mano.- Y van cinco. En los Juegos me aliaré contigo para que no me falte comida.
Willow sonrió mientras negaba con la cabeza. -Esperemos que haya pájaros y no nos tengamos que comer algún tributo o algún muto.
-¿Crees que saldrá bien?- Niall pausó colocándose al lado de su hermana.- Quiero decir, que saldremos vivos del Capitolio.
-No lo sé, Niall.- Willow dejó el arco en el suelo y se sentó junto a él.- Pero hay que ser inteligentes, más listos que los demás y sobre todo hay que ser fuertes. Muy fuertes.
-Tú manejas muy bien el arco y yo se hacer trampas y también puedo cazar con alguna daga.- Niall intentaba calmarse midiendo sus propias palabras.- Y tu eres la inteligente de la familia.
-Hay que prepararse para cualquier cosa.- contestó Willow.
-Lo sé.
Los dos sentados sobre el suelo miraron el cielo nublado. Muchos no sabían que la cosecha sería amañada y que los dos tributos serían Willow y Niall. Los ciudadanos tenían miedo de que sus hijos salieran escogidos y participaran en los Juegos.
De repente comenzó a escucharse un ruido de ramas y unos pasos acelerados que cada vez sonaban más cerca. Willow y Niall giraron sus cabezas y vieron aparecer a Josh que venía corriendo.
-Chicos...- respiraba con dificultad.- Chicos ha ocurrido algo.- Los dos se levantaron del suelo rápidamente mientras cogían sus pertenencias.