Effie salió de la "reunión" sobre las once de la noche. La gente aún esperaba fuera del edificio, pero casi nadie que salía de este se paraban a hablar.
Un coche la esperaba justo al terminar la alfombra. Subió en él.
-Lo que me temía ha sucedido.- dijo posando su mano en la cara.- Caius es el nuevo presidente y Los Juegos del Hambre vuelven a Panem.
Katniss que estaba justo en frente miró a Peeta con indecisión.
-¿Y ahora qué?- preguntó Peeta.
-Volved al Distrito 12 y preparad a Willow y a Niall para los Juegos.- Effie miró fijamente a ambos.- Seguramente salgan ellos.
-Pero eres tú la que saca los papeles de la urna.- recriminó Katniss.
-Las normas han cambiado. Los elige un programa informático. Y estará amañado.- Effie pausó.- Pero no solo estarán tus hijos Katniss. Escúchame. Piensa que adolescentes hijos de personas importantes de la última Revelión hay. Estoy segura que los elegirán.
-La hija de Johanna.- susurró Peeta.
-Y posiblemente la hija de Paylor.- Katniss apoyó sus codos en las rodillas y sobre esta apoyó su cabeza.
Durante el viaje intentaron recordar las palabras de Effie, pero no sabían quién tenía hijos, y menos si eran de la edad de Willow o Niall.
Pronto llegaron a la Casa de Effie, pero apenas hubo movimientos. Katniss y Peeta se fueron a la cama ya que al día siguiente partirían de nuevo al Distrito 12 y Effie ni se quedó a ver las declaraciones de Paylor y Caius en el proyector. Había sido un día muy largo.
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Willow se levantó de la cama delicadamente. Se puso las zapatillas y se acercó al espejo que tenía en su habitación. Con sus manos desenredó su gran melena castaña y se lo recogió en una pequeña coleta que colocó en su hombro, dejando caer sus tirabuzones. Se acercó al armario sacando unos pantalones negros, una camiseta del mismo color y una cazadora verde. En menos de quince minutos se cambió de ropa colocándose por último unas viejas botas.
-¡Willow!- gritaban desde el piso de abajo.
Esta bajó las escaleras encontrando a su hermano sentado en la mesa de la cocina.
-¿Qué pasa?- preguntó acercándose a él.
-Esta mañana han llegado varios helicópteros desde el Capitolio.- explicaba Niall.- Han montado varias pantallas en el centro, después de comer hay un comunicado y nos han reunido a todos.
-¿Porqué no me has despertado?- Willow se inclina y coge una manzana de la mesa.
-No quería molestarte, anoche llegaste tarde.- esta bajó la cabeza.- ¿Vamos a ver que hacen en la plaza?
-Podría ser peligroso.- dijo terminando de tragarse un trozo masticado de la manzana.
Niall frunció el ceño y bufó.- No va a pasar nada.
Algo interrumpió la conversación. La puerta comenzó a sonar. Willow dirigió una mirada a su hermano y este ni se inmutó. Se acercó hasta el recibidor y abrió la puerta algo temerosa.
-Josh...
-Hola.- saludó el chico moreno.- ¿Habéis visto lo de la plaza?
Niall se acercó al recibidor, colocándose justo al lado de su hermana. Esta se giró al verle.
-Sí.- contestó Niall.
-Vamos a verlo.
Los tres salieron de la Aldea de los Vencedores y bajaron una pequeña cuesta hasta llegar a la plaza del Distrito. En efecto estaba acordonado. Guardias de seguridad tanteaban el terreno mientras que los empleados terminaban de colocar las pantallas.
-¿Qué estará pasando?- preguntó Josh.
-No tengo ni idea. Pero no tiene que ser nada bueno.
Willow observó a varias personas hablando justo detrás del escenario. Una de ellas era el Alcalde del Distrito. Le hizo un gesto a los chicos y disimuladamente se acercaron a ellos.
-Señorita Mellark.- el Alcalde se giró al verlos llegar.- Que agradable sorpresa.
-¿Qué está ocurriendo?- preguntó Niall evitando la conversación.
-Nada importante. Un comunicado desde el Capitolio.- contestaba.- Nada más.
Willow frunció el ceño. No le tranquilizaban esas palabras, pero aún no sabían nada era mejor esperar al comunicado.
A Josh se le ocurrió ir a cazar por los alrededores del Distrito y así hicieron. Willow había sacado la destreza con el arco de su madre. Niall y Josh usaban trampas que habían construido con sus mismas manos por lo que cazaron varios conejos y su hermana varios pájaros. Se les hizo tarde así que decidieron ir a casa de Josh que estaba más cerca de la plaza y comer allí.
Josh vivía junto a su padre, ya que su madre había muerto por una enfermedad que incluso ellos desconocían. El padre de este, trabajaba en las minas como casi todos los habitantes del Distrito 12. Josh había sido compañero de clase de Niall y por lo tanto se hizo muy amigo de él.
Los tres comenzaron a cocinar lo que habían cazado. Y más tarde llegó el padre de Josh que comió con ellos.
A las tres en punto unas campanas sonaron por todo el Distrito.
-Habitantes del Distrito 12.- una voz femenina mecanizada sonaba bastante alta.- El comunicado se reproducirá en varios minutos. Acudan a la plaza de inmediato.
Por suerte los cuatro ya habían terminado de comer. Salieron hacia la plaza donde ya había bastante gente. El padre de Josh se juntó con todos lo mineros, mientras que Niall, Willow y Josh se acercaron a varios compañeros de colegio que había cerca de una de las pantallas.
-¡Habitantes de todos los Distritos, ciudadanos de Panem!- un hombre de unos treinta pocos años apareció en la pantalla.- Me dirijo a vosotros como el nuevo Presidente de este país. Yo Caius Snow, seré vuestro nuevo Presidente, y así como mi llegada doy una gran noticia para este día tan especial. Los Juegos del Hambre volverán a Panem.
Niall agarró la mano de su hermana de forma protectora. Todos los ciudadanos se miraban ante la terrible noticia.
-¡Fuera!- uno de los mineros gritaba al escuchar la noticia.
-¡ASESINOS!- varios hombres se sumaban a los ataques.
-Por lo tanto dentro de dos semanas se celebrará el día de la Cosecha.- la risa de Caius era diabólica.- Así que id preparándoos para un nuevo Panem. Gracias a todos y hasta otro comunicado.
Los aplausos salían de la pantalla mientras lo único que se escuchaba en la plaza eran insultos. Varios guardias bajaron hacia esta para calmar o incluso arrestar a las personas que atacaban al Capitolio.
-¿Los Juegos del Hambre han vuelto?- una chica del grupo de Willow, Niall y Josh agarraba la mano de uno de los chicos que parecía ser su hermano.- ¿Y ahora qué?