Síndrome de acaparador compulsivo.

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El síndrome de acaparador compulsivo, también conocido como síndrome de acumulación compulsiva, trastorno por acumulación o disposofobia. Es un trastorno psicológico caracterizado por la tendencia a la acumulación de artículos u objetos (implicando la incapacidad para deshacerse de ellos) en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas, incluso si los objetos no tiene valor, son peligrosos o insalubres. Este acaparamiento compulsivo puede afectar la movilidad en la vivienda e interfiere con las actividades básicas, como cocinar, limpiar, reposo, dormir y el uso de instalaciones sanitarias.

No está del todo claro si el síndrome de acaparador compulsivo es un trastorno aislado o se combina con otros problemas, como el trastorno obsesivo-compulsivo o el síndrome de Diógenes. La presencia de este trastorno se estima del orden del 2 al 5 % en adultos, aunque es probable que se eleve con los reportes de paranoicos, esquizofrénicos, obsesivo-compulsivos

No es posible especificar con claridad las características de este trastorno con base a criterios de diagnóstico aceptados. De acuerdo con Frost and Hartl (1996), se pueden enlistar las siguientes características:

La adquisición e imposibilidad de desechar una cantidad grande de objetos en apariencia inútiles o de poco valor económico.

Viviendas con espacios con un desorden tal que impiden realizar las actividades para las cuales esos espacios fueron diseñados.

Tensión y deterioro emocional notorio causado por el acaparamiento.

Renuencia o imposibilidad para regresar cosas prestadas; al sobrepasar barreras sociales, el impulso de posesión puede llevar a robar objetos (Cleptomania).

De acuerdo con el Dr. Sanjaya Saxena, director del programa de Trastornos Obsesivos-Compulsivos en la Universidad de California en San Diego, el acaparamiento compulsivo en la peor de sus manifestaciones puede llevar al paciente a causar incendios, a vivir en condiciones totalmente insalubres incluyendo infestación con roedores y cucarachas, heridas al posarse sobre objetos punzo-cortantes y otros peligros inminentes en la salud y seguridad.

El acaparador compulsivo puede creer que los objetos acaparados son muy valiosos, ser consciente de que son inútiles pero aun así quiere conservarlos, o bien atribuirles un gran valor emocional para su vida, aunque son objetos que la mayoría consideraría como basura. Por ejemplo, un acaparador compulsivo del primer tipo podría mostrar unos cubiertos ordinarios afirmando que son de plata y nácar, sin importarle el hecho de que el empaque claramente indica que son hechos de acero y plástico.

Un acaparador compulsivo de segundo tipo puede tener un refrigerador lleno con comida cuya fecha de caducidad fue superada hace varios meses, pero el paciente se resiste a cualquier intento de sus familiares a tirarla a la basura. En otros casos el paciente podría reconocer la necesidad de limpiar el refrigerador, pero debido a su trastorno el hacerlo le llevaría a experimentar un agobio intolerable, lo mismo que con el resto de los objetos en su vivienda.

Un acaparador compulsivo del tercer tipo con frecuencia colecciona como pasatiempo favorito. Sus "colecciones" consisten en juguetes, mapas de carreteras obsoletos, ropas, herramientas oxidadas, máquinas u electrónicos descompuestos, etc.

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