Para aclarar, no será nada igual. Repito, todo, todo, todo será diferente. Todo.
¡Espero les guste la idea!
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Si podía decirlo, solo me arrepentía de una cosa en toda mi vida.
- ¡Pude haberla salvado! ¡Puede haberlo evitado!
Claro, esas palabras las había gritado al viento hace ocho años atrás, cuando el remordimiento era más grande que cualquier cosa en este mundo.
Pero hasta el día de hoy, mi conciencia sigue diciéndome lo obvio.
No pude salvarla, porque al final, yo había actuado de la misma forma que los demás.
En cambio, éramos pocos y a las vez muchos los que merecíamos el castigo divino.
- ¡Natsu, es hora de desayunar! – escuche gritar desde las escaleras.
Sonreír y vivir mi vida como si nada hubiera pasado, eso hubiera sido genial.
Pero no podía, la culpabilidad de hace ocho años...
- Gracias por la comida.
- ¿Eh? Estas más extraño de lo común.
- Wendy, déjalo por esta vez. Hoy no es un gran día.
- ¿Por qué? – mi hermana menor, ella de verdad que no sabía nada.
- Solo déjalo. – Wendy paro en ese momento. Discutir con mi padre era algo perdido.
- Ya me voy. – me levante del asiento y tome lo único que había podido conseguir en aquel entonces de Lucy. – Nos vemos después.
- ¡Saluda a todos de mi parte! – menciono mi hermana menor.
Subí a mi auto y encendí el motor para después marcharme.
Las calles en las mañanas en la ciudad eran aterradoras, todos de prisa para llegar a su trabajo o a las escuelas, visitar locales o incluso solo malgastar gasolina y contaminar el poco aire puro que tenía una ciudad como la nuestra.
Baje la ventanilla dejando que poco aire fresco pasara, si, era invierno; busque en el cajón delantero la cajetilla de cigarros que había comprado la semana pasada y me dispuse a encenderlo con el encendedor que mantenía siempre en el pantalón.
Di una larga calada para después soltarla. El humo se apodero de los alrededores del auto y el olor a tabaco se hizo presente.
Baje más la ventanilla del auto; la luz del semáforo cambio a verde y los autos comenzaron a avanzar.
Al llegar a la universidad busque con la mirada la cabeza azabache de Gray pero no la encontraba por ninguna parte. Decidí avanzar por mí mismo hacia el salón, donde claramente me encontré con Gray sentado frente a mi asiento.
- Un poco más y llegas tarde.
- Eso es común en mí.
- Sin que lo menciones, te conozco como la palma de mi mano.
- No quiero saber dónde ha estado esa mano como para que la conozcas tan bien. – Gajeel, quien se sentaba a un lado de Gray, se burló de él.
- ¿Dónde crees que ha estado? – pregunto Gray con doble sentido.
- Por eso te decía que no quiero saber.
Ambos rieron tras su conversación mientras yo permanecía en silencio como todos los días.
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Últimas Palabras; Natsu Dragneel
FanfictionOprimí el botón de reproducir y su voz angelical estallo en nuestros oídos. - Mi nombre es Lucy Heartfilia, y estas son mis últimas palabras para todos ustedes. Lo lamento. ≫ Lucy Heartfilia se suicido hace ocho años. Tras dejar a todos sus amigos c...