Capítulo 2 : un día lluvioso

27 1 1
                                    

Omitiendo el calor de ese verano, el sol que se veía en lo alto se dispuso a ocultarse entre los nubarrones del cielo que de un momento a otro abandonó su color azul celeste, llegando así el cielo grisáceo manifestándose con su lluvia constante; haciendo charcos de agua en las carreteras y aceras con el fin de ser salpicados por los vehículos y pisoteados por las personas que transitaban en aquella tarde de jueves por las calles de New orleans.

A través de la ventana veo como algunos alumnos salían de esta gran escuela y yo simplemente deseando poder hacerlo, estaba sentada en el salón de clases esperando escuchar el maravilloso sonido del timbre, que nos indicara la salida de este "santuario del conocimiento" al que comúnmente llamamos escuela yo preferiría llamarle lugar del eterno aburrimiento, miro aquel reloj que está encima del tablero contando los segundos que faltan para salir de aquí

Miro hacia el tablero y sólo veo letras escritas con marcador negro por la profesora de historia...

El reloj ya casi marcaba las 4:30 pm faltaba poco para salir así que decidí seguir viendo por la ventana, notando como las gotas de lluvia se resbalan por sus vidrios que desde hace algunos días me hacia compañía. Sumergiéndome en mis propios pensamientos mientras pasaba el tiempo, entre en una especie de trance, pero esto no tardo en esfumarse porque alguien me golpea en la cabeza con un cuaderno.

—! ¿¡Qué te pasa!?—. Digo enfadada

— Calma, solo quería avisarte que ya sonó el timbre y ni siquiera te has movido de tu silla— dice él en tono burlón

Miro a mí alrededor y noto que ya no hay nadie en el salón excepto el extraño y yo

—Si, como digas, Me voy a mi casa adiós. —recojo mis libros, agarro mi mochila y me dirijo a la salida del salón pero ese chico me detiene colocando su mano en mi hombro.

—¿Adónde vas tan deprisa? sabes  que hay una tormenta allá afuera...

— Voy a mi casa no crees que es lo más obvio—de inmediato quita su mano permitiéndome salir.

Al caminar por los corredores veo que no hay mucho movimiento. Ya casi todos los estudiantes se habían marchado a sus casas, tengo la sensación de haber dejado algo pero no lo recuerdo, no pienso mucho en ello ya que esta tarde y posiblemente me regañen. Camino un par de minutos por la gran escuela hasta llegar a un baño, hago una pequeña parada en él para revisar mi presentación personal, le sonrió al espejo, me responde mi reflejo, pero noto que estoy algo despeinada, no presto mucha atención a eso pero hoy era la excepción. Abro el grifo remojo mis manos luego las paso suavemente por mi ondulado cabello castaño tratando de disimular lo rebelde que se encontraba hoy, salgo un poco arreglada del baño y siento que alguien me sigue los pasos. Bajo las escaleras y escucho que algo se cae, miro atrás de mi pero no hay nadie continuo el recorrido escucho como caen algunos truenos lo que me hace caminar a un paso más acelerado hasta que escucho que alguien grita mi nombre miro hacia atrás y veo a el chico que me golpeo hace poco con un cuaderno en la cabeza. Tiene un cuaderno en sus manos, se me hace familiar, me detengo mientras él viene hacia mí.

—Mira Antonella, me parece que es tuyo
— ¿Como sabes mi nombre?
—lo leí de aquí, además estamos en la misma clase– Él me entrega un cuaderno, al tenerlo en mis manos, lo reconocí de inmediato al ver su portada

—Gracias por entrégamelo es algo muy importante para mí—digo sintiendo alivio por no haberlo perdido

—No hay de qué, pero me ha dado curiosidad lo que tienes escrito en la última hoja del cuaderno.

No digo ni una sola palabra ya que en la última hoja tengo solo mi número de teléfono casi ilegible. Me sonríe y me pregunta si se donde está la salida de la escuela, le contesto que no (la verdad ya me he perdido días atrás). Él se ofrece a mostrarme la salida y aunque aun estaba algo molesta con él decidí aceptar su ayuda porque soy nueva en esta gran escuela que parece un laberinto, en verdad prefería estar en mi vieja escuela aquí no me siento cómoda.

Colisión de recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora