Colisión de recuerdos

Capitulo 4 : Un grito en el silencio

Miraba como un chica se veía doliente enfrente de su desgastado casillero quise preguntarle qué le sucedía pero era demasiado obvio no tarde mucho en darme cuenta de quien era, la chica nueva cuyo nombre era Antonella. Me quedé de pie observándola unos cuantos segundo me parecía gracioso verla, pero luego seguí mi camino hacia la biblioteca sin mirar atrás no creo que notara mi presencia. avance por el corredor del tercer piso dirigiéndome a la biblioteca.

La Biblioteca era grande sus ventanas tenían terminados blancos y había tantos libros como alumnos en esta escuela, me dirigí al escritorio de la bibliotecaria, pensé en encontrarme a esa señora de edad que me trataba como su nieto pero había una chica de gafas negras y se veía sonriente

Le dirijo la palabra y pregunto

— ¿eres la nueva bibliotecaria?— era algo distraída y torpe por que mientras le preguntaba dejo caer algunos libros que tenían en la mano

Le ayude a recoger los libros la mire a los ojos mientras sus labios me daban una respuesta

—soy la bibliotecaria provisional estaré aquí por una semana

— esta bien si necesitas algo puedes preguntarme siempre le ayudó a Salomé

—¿Salome?— la chica ni sabía a quién remplazaba que triste de inmediato se me perdió el interés por ella

—Si Salomé la que se supone que bienes a remplazar — tome una postura sería le entregue los libros y me dirijo a la mesa más alejada de el escritorio de la bibliotecaria

la chica se quedó parada observando como me alejaba hasta que recordó cual es su trabajo apretó los libros contra su pecho y se dirigió a un estante...

Ya sentado me puse mis lentes y saque de mi mochila un gran libro de pasta café, lo abrí rápidamente y busque la página 336 donde había quedado desde hace ya bastante tiempo y hoy e decidido continuar mi lectura.

Enfoque mi miraba en aquellas letras pequeñas que llenaban esa página puse mi índice debajo para pasar rápidamente la página, pero algo atrajo mi atención así que saque un bolígrafo que tenía en mi pantalón y me escribí en la mano un nombre luego deje el bolígrafo en la mitad de las dos paginas coloque mis manos sobre la mesa y después cerré el libro lo volví a guardar y me dispuse a salir de la biblioteca pero la chica que remplaza a Salomé me pido que le ayudase  yo no tenía tiempo ya casi comenzaba mi clase, pronto tocaría el timbre y necesitaba ir con Helena me había gritado y hasta insultado pero era la única persona que consideraba realmente mi amiga puse en mi boca excusa para evitar a la bibliotecaria y me marche.

Camino por el corredor del quinto piso y escucho en la aula 10-A ruidos fuertes entre gritos, corro hacia la entrada y veo cómo dos chicas a gritos se decían los más vulgares insultos viniendo de idiomas desde el inglés pasando por el francés y llegando al español.

No aguanto más y tomó a la teñida por los hombros suplicándole que se calme

—basta ... Helena

—!idiota no me toques!—dijo la chica teñida de violeta con unos ojos hinchados que demostraba cuanto había llorado.

Yo Quito mis manos de ella y dirijo mi mirada a aquella que se hacía llamar Antonella note que Helena no le había hecho ningún rasguño y por unos cuantos segundos estuve tranquilo pero todo iba a cambiar cuando Helena decide irse con pasos brusco empujando las silla y tirando la puerta impregnándole esa rabia que tenía ... Y esa rabia la había generado yo.

Me senté en la primera silla que vi, puse mis manos en la cara. Si tal vez lo que le dije fue un error, o tal vez no, pero no lo pude callar más no lo pude ignorar. Entre pensamientos, mis ojos tuvieron una rara reacción una no acostumbrada. si , era eso una lágrima.