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El día siguiente mi mamá nos iba a recoger por tanto yo no tenía el carro como de costumbre de los viernes. Estaba alistando la maleta que iba a llevarme para mi larga estadía fuera del instituto, ahg a la larga mejor me libraría del famoso día de San Patricio, necesito un respiro de esto; y lo que venía caminando hacía mi me lo confirmaba.

-¿Y se puede saber a dónde vas?-me dijo Brittany con los brazos cruzados y sonriendo al ver mi maleta

-Muy pocas cosas te quedan bien brittany y lo cínica no está entre ellas-le respondí

-¿Cuanto tiempo es? hasta dentro de una semana vuelves, por fin un descanso de tanta porquería-dijo mirándome de arriba abajo

-Solo lo hago porque me imagino que debes estar ardida por ya no ser el centro de miradas, pero para que no digas que soy una mala persona dejaré que intentes reemplazarme en este tiempo-dije con una mano en el pecho

-Te aseguró que no le harás falta a nadie-me dijo

-Solo a ti-respondí, le guiñe un ojo y seguí con mi camino, mis hermanos y sebas ya estaban esperando en la puerta.

Sebas se fue, y nosotros tres nos quedamos sentados esperando a mi mamá. Estaba hablando con Antonella y me comentó que tenía ganas de emborracharse a tal punto de no recordar nada, que no sé qué, enloquecerse, proyecto X 2.0 pues.

"Andas en tu casa? donde estas?"-decía el texto que le envié, me preocupaba que estuviera en algun lugar donde su integridad corriera peligro

"Estoy en tu corazón"-me respondió, tan chistosita

"Con razón no te encontraba"-dije claramente diciendo que no tenía corazón. Me reí leyendo nuestra conversación y de un momento a otro pasó manejando un auto y de la nada se estacionó enfrente de nosotros, se bajó una chica con el cabello castaño casi rubio recogido, llevaba sus gafas de sol.

-Me podrías decir donde queda esta calle-dijo mostrándome un papel y se me hizo extraño que fuera una dirección cerca a mi casa.

-Claro mira, sigue derecho derecho como tres semáforos después volteas a la derecha y a mitad de cuadra...-dije haciéndome entender con mis manos-o no ¿sabe que? mejor espere un momento que yo ahorita salgo para un lugar cerca de ahí-dije y finalmente la vi a los ojos, me paré y ambas nos abrazamos eufóricamente.

-Marica, se juntó el hambre con las ganas de comer-dijo mi hermana al reconocer quien era haciéndonos reír. Antonella sonrió y se quitó las gafas, saludó a los otros dos y luego se dirigió a mi. No la había reconocido porque la loca se había pintado el cabello.

-¿Ya estás lista? Porque te vienes conmigo-afirmó, vino porque le conté sobre la suspensión que me habían aplicado injustamente además que teníamos que ir de compras porque había una salida a bailar con unos amigos latinos del otro instituto y a la cual yo también estaba invitada. Uf si necesito eso definitivamente. Me fui con Antonella, conseguimos los atuendos y nos fuimos para la casa de ella. Había olvidado avisarle a mi mamá que iba a salir y que estas en otra ciudad genia bueeeno, eso también.

-¿Si ve que usted es la de la mala influencia? De verda yo no puedo seguir así-le dije a Antonella cuando continuó insistiendo en que no lo hiciera, que lo dejara para después.

-¿yo? Por favor si yo soy una enviada del señor, un total ejemplo-me dijo fingiendo inocencia

-Un ejemplo de lo que no se tiene que hacer señorita enviada del señor del infierno; devuélvame mi celular ya-dije exclamando seria.

-Pero ni idea de dónde está tu celular, además mira con qué carácter saliste, llanera-dijo haciendo alusión a la región donde nací-¿Qué es lo peor que puede pasar si no le avisás? Es mejor si no sabe nada así haces lo que querés, estás con los pibes que se te antoje, ¿es que no me entendés mina?-dijo encogiéndose de hombros

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2016 ⏰

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La intranquila vida en los pasillos del instituto RiverdellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora