Encuentros Inesperados

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—¿Por qué te gusta tanto si sabes que nunca van a poder estar juntos? —Y tú, ¿Para qué respiras, si sabes que algún día vas a morir? 

Dos semanas después, Sydney, Australia.

Volví al mismo agujero, he sido tan ciega y tonta que he creído que el tiempo lo repara todo, pero no es así, mientras más tiempo pasa peor me siento, es estúpida la forma en la que creí que Theo me ayudaría a salir de esto, primero Phillip ahora él, dos de la misma situación.

Cuando era una niña creía en los cuentos de hadas, soñaba con un príncipe azul que me rescataría de mis problemas y viviríamos felices, en la adolescencia tuve dos novios, algo pasajero, pero crecí y conocí a Phillip, me enamoré del chico que me hacía creer que de verdad se preocupaba por mí pero en realidad solo tenía con él sexo a cambio de unas palabras lindas después del orgasmo, le decía que lo amaba, él sonreía y decía, 'Yo... Yo igual..', permanecimos así durante 3 años hasta que anunció su matrimonio  con Jenna y yo pasé a segundo término, quizá el último.

Theo fue la excepción, creí que sería diferente, que quizá él era por quién esperé o por quien tuve que pasar tantas decepciones, nunca me había sentido tan insegura de mí misma.

Nunca nadie me ha tomado en serio, he ganado peso estas dos semanas, ya no conservo esa figura que la empresa gustaba de mí, mi cabello y vida es un desastre, camino entre lagrimas por toda la casa con una taza de café, parezco moribunda, me gustaría esperar la muerte llorando, nadie lo notaría.

¿Cómo pude pensar en algo como lo que sucedió? Soy una chica de 26 años, soltera al borde de la locura.

Sentía los días pasar, Greene llevaba cosas y limpiaba un poco, yo solo lloraba en la cama en silencio, la empresa dijo que les gustó mi trabajo en Cali que me darían trabajos así más seguido.

Los días seguían pasando rápido a mi al rededor, lento para mí, mi madre llegó de visita, Greene le había dicho que no me sentía bien, así que decidió llevarme una planta y darme la noticia que se volvería a casar con mi padre, reafirmarían sus votos y quería que sea su dama de honor, ese día se fue y lo único que hice fue tirarme a la cama y seguir llorando, quizá era depresión o solamente un capricho.

Mi madre se casaría de nuevo y yo cumpliré los 30 sola.

Había pasado 1 mes desde que regresé de California y el clima se volvía asqueroso, llovía como diluvio, y solo miraba películas románticas porque me gusta adentrarme en la película, sentir lo que el personaje principal, llorar con el final feliz mientras miro el techo y vuelvo a mi realidad.