02 ➸ Brazos que no eran los suyos.

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9 de septiembre, 2016. Viernes. Vanity Fair Office. 9:40 pm.

Justin Bieber se encontraba pensando en lo absurdo que se veía en traje, y tomado del brazo de Caroline. Todavía no podía entender por qué había accedido a acompañarla a la fiesta de celebración por aquel contrato, cuando él ni siquiera era parte del grupo de personas que habían trabajado para que eso suceda. Sin embargo, que su amiga le haya insistido en acompañarla porque su novia se encontraba fuera de la ciudad, no hizo más que obligarlo a levantar su cuerpo de la cama, y ser su acompañante. 

Pero seguía sin agradarle la idea de estar allí adentro. La música clásica resonaba en un volumen bajo contra las paredes del gran subsuelo de la empresa, mientras que los murmullos de la gente golpeaba con fuerza contra su cabeza, que no había parado de escocer desde que había puesto un solo pie dentro del lugar. 

"Luego de esto, vas a tener que hacerme un puto gran regalo, Caroline." Murmuró el chico al aire, al haber perdido a su amiga, ni bien habían entrado al lugar, al haber sido absorbida por sus compañeras de trabajo para felicitarla por su cometido. Dio unas vueltas al contenido que tenía en su copa, antes de llevarla hacia su boca y degustarla. Nunca había sido muy fan del Champagne, pero en aquel momento, su único compañero era aquella bebida espumante.

Una tirada violenta de su brazo hizo que se estabilizara de su apoyada en la pared, y casi cayera al piso. Enojado y desentendido de la situación, se dio vuelta con la intención de repercutir la acción de aquel desconocido, pero al girar y ver a su fotógrafa amiga con una sonrisa en el rostro, todas sus facciones se suavizaron al igual que su cuerpo, que se dejó caer a su lado más relajado que unos segundos anteriores. 

"¿Qué pasó, Car? Me asustaste." Dijo el joven Bieber mientras llevaba su mano hacia la de la chica para tirarla contra su cuerpo y abrazarla suavemente por los hombros, mirando hacia abajo para poder conectar su mirada a su compañera.  La escasa altura de Caroline le llegaba hasta un poco más abajo del hombro y, aunque llevara aquellas deslumbrantes plataformas, su altura no había aumentado más que unos cuantos centímetros. 

"Lo lamento.  Sólo venía a buscarte porque te quiero presentar a Cassie, la jefa de redacción de New York Media. Te va a encantar, no sólo porque es preciosa, si no porque es una dulzura. " Sin embargo, Justin había dejado de escuchar a la chica desde que mencionó aquel nombre que tanto llamó su atención.

Cassie. No había pensado en ella desde hacía cuatro días, pero la mención de su nombre, no hizo mas que revolverle el estómago. Aunque no sabía si era ella de quién hablaba, su corazón comenzó a bombear con fuerza contra su pecho, obligándolo a llevar su mano al lugar donde éste comenzaba a molestar para intentar parar aquellos golpes en seco que éste producía contra su cuerpo. 

Caroline lo miraba impaciente. Había notado que su amigo había viajado a otro mundo desde el momento que mencionó a Cassandra, la muchacha con la que ella trabajaría arduamente durante los siguientes meses y, si todo salía bien con el contrato, los próximos cinco años. "Justin, ¿estás bien?" Aclaró su garganta mientras dejaba un apretón en su brazo, haciendo que volviera en si por el dolor que le había producido su brusco toque.

"No vuelvas a hacer eso, si no quieres que te deshaga ese peinado que llevaste horas haciendo." El ojimiel señaló a la rubia con una mirada de advertencia, quien río por lo bajo, antes de levantar sus manos en acción de paz, antes de volver a incitarlo a acompañarla hacia el otro lado del salón, donde había dejado a la muchacha esperando por ella y su amigo. 

Él intentaba pasar por la gente sin golpear a nadie, pero su emocionada amiga hacia que tuviera que disculparse con todo aquel que, sin querer, terminaba por empujar. Su intento por pasar desapercibido parecía estar un tanto frustrados por culpa de su amiga, en el momento que se encontró con Italo Zucchelli, el cual era el director creativo de Calvin Klein, su anterior trabajo.

"¡Hombre! Hace meses que no sé nada de ti, ¿qué tal estás, Justin?" Su ex jefe se acercó a él con una sonrisa, dejando la conversación que tenía minutos antes completamente abandonada para centrar su atención en el nombrado.

"Italo, muy bien. Trabajando en Vanity Fair, por el momento. ¿y tu, qué tal? ¿La empresa sigue bien?" Bieber soltó entre dientes, tomando la mano que él le había ofrecido en saludo. Su mirada recorrió sus alrededores con el afán de pedirle a su amiga que lo sacara de aquellos aprietos, sin embargo, Caroline parecía haber corrido de la situación, puesto que no estaba en ningún lugar de su campo de vista.

Aunque nunca había recibido alguna queja de Italo Zucchelli por su trabajo o alguna mirada obstinada como lo habían hecho sus demás compañeros, estar parado frente a él lo incomodaba de sobre manera. Él había aceptado su renuncia en el momento que quiso hacerlo, y fue el primero en incentivarlo para que se quedara en la marca, pero no podía. Estar allí no hacía más que devolverle malos recuerdos de lo que había pasado en Diciembre del año pasado, que había sido totalmente culpa de él. 

"La empresa marcha muy bien, por momento. Las ganancias van muy bien desde la última campaña que hizo Hailey con Lucky Blue, aunque no se compara en nada contigo, Bieber. Calvin Klein te extraña." La mención de su nombre erizó hasta el último cabello de su cuerpo.  No quería saber de ella ni tampoco de  la empresa, pero la cordialidad que todavía quedaba en él, lo obligaba a quedarse allí parado, escuchando cada una de su palabras. 

"Me alegro muchísimo por ustedes, realmente. No dudo que la empresa marche bien, siempre han sido una de las grandes." Su anterior jefe pareció entender las intenciones del muchacho por escapar de aquella conversación, y una mueca se extendió al darse cuenta qué es lo que había dicho.

El rumor en la oficina del supuesto romance que habían tenido Justin y Hailey se extendió por la oficina en el momento que el nombrado se separó de su ex esposa, y empezó una relación con Hailey, casi al siguiente día del divorcio. Y acompañado de aquel dicho, llegaron los comentarios. Algunos estaban desilusionados al pensar que tenían una oportunidad con la rubia, mientras que otros no paraban de hablar de la ex relación del muchacho, sacando sus propias conclusiones de la causa que había llegado al divorcio, y todos decían lo mismo: un engaño. Y aunque no estaban del todo equivocados por el suceso, ellos no sabían nada sobre el matrimonio, y no tenían por qué hacer comentarios fuera de lugar. 

"Algún día deberías darte una vuelta por el estudio. Podríamos recrear alguna de tus viejas sesiones y trabajar juntos en un proyecto nuevo." El más grande de los hijos Bieber asintió con la cabeza no tan convencido de sus palabras y se despidió de Italo para seguir con su camino en encontrar a Caroline. 

Su visión se veía interrumpida por la multitud que se encontraba frente a él, inhabilitándolo para ver más allá de ellos. Pero, una vez que pudo esquivar todas aquellas personas y llegar al otro extremo del salón, sintió como su corazón paraba de latir y su garganta comenzaba a secarse frente a la imagen que tenía frente a sus ojos.

Lo único que pensaba en aquel momento era en ella... y los brazos que rodeaban su cintura. Brazos que no eran los suyos.

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¡Disculpen por la tardanza! He estado un tanto indecisa con éste capítulo, y quería volver a escribirlo. ¡Muchas gracias por la espera! Y a todas ustedes por leer mi historia. 

Begin Again 2. ➸ j.b | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora