5 de septiembre, 2016. Lunes. New York City. 10:30 am.
Oscuridad.
Eso fue lo único que pudo percibir Justin en el preciso momento que se levantó de la cama, con una presión molesta en el pecho que perjudicaba su forma de respirar.
Golpeó la cama con fuerza al saber que sólo era un recuerdo de su pasado, transformado en sueño. Su preciosa Cassie. Soñaba con ella desde hace seis meses atrás, cuando la había visto por última vez luego de firmar el divorcio: con aquellos ojos tristes y ese aspecto despojado, que seguía encantándolo.
Pasando las manos por su rostro para intentar olvidar aquella escena que su mente se encargaba de reflejar solo para él, observó el lado opuesto de la cama matrimonial, el cual yacía vacío y sin una pizca de felicidad para él. Aquella cama que solía compartir on ella, estaba carente de emoción, y perfectamente acomodada.
Se deshizo de todo pensamiento que envolviera a su ex mujer, y se decidió por hacer sus deberes antes de ir a su trabajo de modelo en las oficinas de Vanity Fair Magazine.
En los últimos tres meses, se había encargado de renunciar en su anterior trabajo para Calvin Klein; aunque era todo lo que él había querido en la vida, no hacía más que atormentarlo por las miradas obstinadas que sus compañeros lanzaban hacia él. Y allí apareció André Kusnetsov, dueño de la revista Vanity Fair, ofreciéndole un contrato millonario, sólo si podía posar para él en cada número del diario, mostrando las colecciones nuevas que distintas marcas aportaban. Y, entre dudas, aceptó. Al principio pensó que con todo el dinero recolectado podría conseguir la felicidad que tanto esperaba, pero meses más tarde, con el vacío en su corazón, se dio cuenta que ni siquiera el hombre más millonario del mundo se sentiría completo si no estuviera rodeado de amor y contención. Algo que había perdido con la partida de Cassandra.
Las horas pasaban lentamente por la mañana: ya no tenía quien le prepare su café, ni acomodara sus objetos personales en su maletín. Ya no tenía aquel beso de despedida y una sonrisa que le deseara un buen día en el trabajo. Sólo estaba él. Y las tostadas quemadas que yacían a un lado de la mesada de la cocina.
5 de septiembre, 2016. Lunes. Vanity Fair Magazine Office. 12:00 am.
Un suspiro de cansancio abandonó sus labios en el momento que consiguió entrar al estudio luego de haber estado varado en el tráfico de New York por una hora y media.
"Bieber, llegas tarde. Segunda vez en lo poco que va del mes, sabes lo que pasa con una tercera observación. No colmes mi paciencia." Mark, el jefe de piso, volvía a molestar con su presencia.
Lo seguía a todos lados. Si él quería ir al baño en medio de una sesión, tendría a Mark detrás de él, apurándolo y poniéndolo nervioso con su mirada acusadora. Nunca había entendido por qué le caía tan mal, si desde el primer momento que entró en aquella empresa había sido amable con todos, y más con él.
"No me culpes a mi, culpa al jodido tráfico que me tuvo en la Quinta Avenida por mas de media hora." Se quejó Justin hacia él, fruciendo el ceño antes de comenzar a correr por el pasillo hasta llegar al estudio número tres, donde lo habían requerido por los altavoces.
Caroline, su fotógrafa personal, lo recibió con una tormentosa sonrisa amplia, que no hizo más que hacer dudar al muchacho por su comportamiento.
"¿Y esa sonrisa, Car? ¿Ya te deshiciste de Daphne?" Bromeó Justin haciendo referencia a su paranoica e histérica novia.
No podía mentir que la belleza de Caroline lo había dejado anonado desde un primer momento. Pero todo rasgo de atracción física se lo había llevado el viento al momento de darse cuenta que la muchacha era lesbiana, y sus posibilidades de estar con ella eran de una en un millón.
"Idiota. Ella es un poco celosa, no es su culpa que tu hayas estado buscando de mi atención y se lo hayas dicho pensando que era mi amiga. " Con la mano le quitó importancia al giro drástico que la conversación había tomado en cuestión de segundos. "¿Recuerdas que te conté hace algunas semanas que estábamos intentando conseguir un contrato con la empresa de editores?" Bieber asintió con la cabeza, aburrido de cuántas veces había escuchado hablar maravillas sobre aquellas escritoras. "Pues, ¿adivina quién convenció a su jefa de redacción para hacer un convenio con Vanity Fair? ¡Yo misma!" La muchacha chilló con emoción, tirándose a los brazos de su amigo en busca de algo que reconfortara aquel momento de energía positiva."Me alegro mucho, Car. Trabajaste muy duro para conseguir sus firmas." Murmuró Bieber contra su oído, dejando a la muchacha contra el piso para mirarla nuevamente.
Era preciosa, de ello ni había duda. Pero había un destello azul en su mirada que no hacía más que recordarle algo. O a alguien más.
"Y eso no se queda allí, señor. Tu y yo..." señalándose a ambos dos, presionando su dedo anular contra el fornido pecho de su amigo. "asisitiremos a la fiesta de inauguración para ésta nueva etapa de la empresa, y nos beberemos hasta el agua del baño. "
"No se, Car. Sabes que odio las fiestas." Justin corrió su mirada hacia el set de grabación y se hizo camino hacia el fondo blanco, quedando allí parado en espera que comenzara su turno de trabajo.
"Te encantará. Podré presentarte a la muchacha con la que me contacté para el acuerdo, es bellísima. ¿Por favor? Será este Viernes, en el salón de actos de aquí mismo." el puchero que se extendió por el labio inferior de la morocha, no hizo más que bajar sus defensas con respecto a su propuesta. Pero no quería asistir, odiaba las fiestas, y odiaba festejar. Odiaba ver a personas felices, estando en su mundo de felicidad, mientras él era completamente infeliz, y se encontraba solo.
"Lo pensaré, mas no prometo nada." Y decidió cortar la conversación, separándose de ella para concentrar toda su atención a las distintas indicaciones para sus fotos.
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¿Quién quiere que le dedique el próximo capítulo?😍💘
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Begin Again 2. ➸ j.b | OS
FanfictionSegunda parte de "Infiel". No leer si todavía no se conoce la primera parte. Justin Bieber quiere recuperar el amor, que alguna vez fue suyo, a toda costa. No le importaría mover cielo y tierra si tan sólo pudiera volver a tener a Cassandra Moore en...