04 ➸ Justin, xx.

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16 de septiembre, 2016. Viernes. Vanity Fair Office, Justin's box. 2:30 pm.

La semana más larga de la vida del joven Bieber. No sólo porque cada día en el trabajo se hacía más pesado: marcas nuevas, inicio de temporadas, desfiles. Si no porque, tener a Cassandra en el mismo edificio que él, a escasos metros de su caja de trabajo, lograba volverlo loco. Es decir, no le molestaba  tener que verla cada uno de sus días en el piso de redacción,  pero cuando ella no hacía  más que ignorarlo y pasar de él  lograba desconcertarle de sobre manera.

Como toda esa semana, el trabajo en el piso de Vanity Fair corría con velocidad. Las noticias de la nueva asociación con los famosos editores había sido publicada en todos los medios casi a las horas de haber sido expuesta en el mundo, y cada día había más gente interesada en integrarse a ese contrato. Caroline, además de ser fotógrafa, había estado integrada en los papeles y por eso la habían llamado como secretaria de Cassandra, siendo quien tenía que llevarle todas las entrevistas de la semana, para que ella las redactara y diseñara a su gusto para la revista.

"Joder, ya voy tarde." Murmuró la fotógrafa mientras dejaba su cámara en la extensa mesada de aquella habitación, mientras se encargaba de guardar en una bolsa todo lo que le había pedido al muchacha de cabellos rubios. "Justin, ven, hazme un favor." 

Su ceño se frunció suavemente al ser llamado. En todo lo que iba de la semana, la chica no le había hablado. Sobre todo desde el momento que se enteró que había estado casado y su divorcio se debía a que había engañado a la susodicha, dicho por el mismo Oliver York. El nuevo novio de su ex mujer -o eso creía él-. Caroline se había distanciado de él a tal punto de pedir un cambio de fotógrafo por lo que quedaba del cuatrimestre, sin embargo su petición había sido refutada por su jefe y había recibido como respuesta que arreglara sus problemas con su modelo.

"¿En qué te ayudo, Car?" Dijo el muchacho de cabellos rubios, acercándose a ella mientras posicionaba una de sus manos en su espalda, acariciándola suavemente con las yemas de sus dedos por encima de la tela de la chaqueta que ella tenía en su cuerpo, a causa del frío que hacía en el estudio para mantener las maquinarias en buen estado.

"Llévale ésto a Cassie. Dile que me disculpe y que tuve que correr porque tengo una reunión con Mark ahora." Su voz sonó en un quejido que él pudo interceptar de inmediato. Ambos conocían a su jefe de piso y podía llegar a ser tan molesto a veces, que ahora entendía la razón de su mal humor.

En cuanto desapareció de su vista, una sonrisa se instaló en su boca. Allí había encontrado una buen excusa para hablar con Cassandra y,  aunque no estaba seguro de verla porque nadie le había otorgado el horario de trabajo de la muchacha, intentaría por todos los medios posibles que ella le hablara, o simplemente le dedicara una mirada.

Acomodó las solapas de su camisa a cuadros antes de salir de aquella pequeña habitación ambientada para ser su estudio personal, y comenzar su camino hacia el piso de redacción que estaba temporalmente en el subsuelo, mientras terminaban de arreglar la gran oficina que habían construido en el último piso de la torre. A cada paso que daba, el pasillo que culminaba frente a él se había poblando de pequeños grupos a medida que los segundos pasaban; el horario de salida había llegado para los fotógrafos del primer turno, y todos tenían sus objetos materiales preparados para abandonar el edificio. 

Aunque su claustrofobia dificultaba su respiración a medida que más personas ingresaban al ascensor junto a él, no podía evitar dispersar su mente al pensar que en pocos segundos vería a Cassandra. Su Cassandra. 

Entre pensamientos que consideró erróneos y subversivos, la electrónica campana del elevador retumbó contra su oído avisando el final del recorrido y que había arribado a su destino.  Sus manos sudaban levemente contra los papeles, apretando aquellos contra sus dedos mientras observaba el luminoso piso hacerse lugar frente a él. Aunque habían pequeñas cajas de trabajo, podía ver desde su lugar como aquella cabellera rubia atada en una coleta se movía en un pequeño vaivén de lado a lado ante el caminar apurado y veloz de Cassandra. Su mirada cruzó con la propia antes de ver como su pequeño cuerpo se quedaba inmóvil ante la presencia de Justin en su lugar de confort. 

Begin Again 2. ➸ j.b | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora