07 ➸ " ¿Renunció?"

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Lunes. 26 de septiembre, 2016. Vanity Fair's Office. 09:30 am.

La única palabra que lograba describir perfectamente cómo estaba la multitud en el pasillo de la oficina de Vanity Fair en la gran manzana de New York City era desastre. Gente por todos lados agrupada en pequeños grupos hablando en susurros sobre alguna noticia de su lugar de trabajo; noticia de la que Justin no estaba enterado.

Miró el reloj de pared preguntándose si estaba puntual como le habían exigido para la sesión de fotos de aquella mañana y se felicitó a si mismo al saber que había llegado lo suficientemente temprano para poder hablar con Cassandra antes de ponerse a trabajar.

No podía sacarla de su cabeza; desde aquel beso que le había dado dos días antes, sus labios cosquilleaban con el recuerdo. Sin embargo, y a pesar de haber ido insistente, la muchacha no había contestado ni sus llamados ni mensajes, dejándolo esperando una respuesta que nunca llegó. Sabía que no debía agobiarla y darle su espacio, pero no quería perder más tiempo, quería tener la oportunidad de volver con ella y hacerla más feliz de lo que alguna vez fue.

Antes de dirigirse al subsuelo donde estaba la oficina de la nombrada, se decidió por caminar hacia su caja de trabajo y dejar su chaqueta y pertenencias en uno de los rincones, antes de que le sacaran el lugar y tuviera que estar toda la mañana con sus cosas al hombro. Al entrar a la pequeña habitación se llevó la sorpresa de ver a Car y a Lauren frente a él, la muchacha que solía ser la ayudante de su amiga para las sesiones de fotos, conversando tranquilamente, pero todo rastro de charla se disolvió en el momento que lo vieron entrar, dejando un súbdito silencio en la distancia que había entre ellas y él.

"Hey, chicas." Murmuró Bieber sintiéndose ciertamente cohibido ante las miradas curiosas de las chicas, dejando sus pertenencias en una de las mesas del lugar antes de acercarse a ellas y saludarlas, acomodándose a un lado de Car. Y como si hubiera sido por arte de magia -y un movimiento de cabeza de su amiga-, Lauren desapareció de la conversación, no sin antes disculparse por su retirada, dándole a su compañera de trabajo una mirada aislada.

"Hey, Biebs. ¿estás preparado para la sesión de hoy? será algo tranquilo para una marca de jeans." la chica de cabellos rojos parecía querer evitar su mirada a toda costa, mientras comenzaba a acomodar su cámara en el trípode denotando los nervios que ella tenía sin alguna razón aparente.

"Nena, ¿qué es todo ese lío que hay en la entrada?" La interrumpió de inmediato, dejándola sin palabras al darse cuenta que no podría evitar aquel tema por siempre, sabiendo que debería lastimar a su amigo y cómplice en crimen con sólo la verdad.

"Bieber." murmuró bajo la mirada perspicaz del chico, intentando buscar las palabras para no herirlo por completo. "Cassandra se fue de aquí. Hoy en la mañana presentó un telegrama de renuncia en la secretaría y el rumor corrió por los pasillos en menos de lo que canta un gallo."

Aquella frase golpeó contra el cuerpo del muchacho con fuerza. Abrió sus ojos como platos y quedó mirando a un punto fijo por varios segundos, intentando conciliar y asimilar las palabras de Caroline, sintiendo como, de a poco, la culpa lo carcomía vivo. 

"¿Renunció?" Fue lo único que pudo decir antes de llevar ambas de sus manos hacia su cabello y tirar de él hacia los costados, empezando a caminar para alejarse del cuerpo ajeno, con su respiración agitada y su corazón latiendo con fuerza contra su pecho.

"Si, Justin. No pude hablar tantísimo con ella porque parecía muy apurada. Lo único que llegó a decirme antes de marcharse, fue que en unas horas su vuelo despegará." Caroline se acercó al chico para tomarlo por los hombros y sacarlo del cuadro de parálisis en el que se había impuesto, antes de posicionar su mano contra su hombro y aclarar su anterior comentario. "Se irá con Oliver a Londres."

Parecía que su mundo se había detenido en aquel momento. Dejó caer una de sus manos contra la pared más cercana para mecerse contra ella y no caer al cemento, siendo perseguido por todo el estudio con la mirada preocupada de su amiga fotógrafa. Como si fuera por arte de magia, la mañana del sábado anterior comenzó a reproducirse con fuerza en su cabeza, obligándolo a cerrar sus ojos con fuerza para retener las lágrimas saladas y vacías que se querían despegar de sus ojos.

Sabía que lo bueno no podía durar para siempre. Y aunque se había repetido lo idiota que había sido antes, sabía que la había cagado. No por besarla, si no por hostigarla, y dejarla a la merced de los brazos de otro hombre. Otro hombre que nunca la amaría como él lo hacía: él sería su reemplazo, pero sabía que Cassandra nunca podría sacarlo de su corazón. Ella había sido la encargada de confesarle que había sido su primer amor y el único que amaría por siempre, aunque ahora no estaba tan seguro de eso. 

Si tan sólo no la hubiera engañado ella seguiría con él. Estaría cada mañana, arreglando el nudo de la corbata que utilizaría para las juntadas importantes en el piso de su nuevo trabajo, cocinando para él aquellos pancakes que tanto amaba, dándole su beso matutino y comentándole las novedades a cerca del tráfico, mientras ella terminaba de releer el diario por segunda vez. Porque si algo que tenía Cassandra era una obsesión por leer dos veces los periódicos cada mañana para estar segura de lo que había leído. Como también tenía la obsesión de utilizar sus camisetas para dormir y ocupar más de la mitad de la cama a la hora de descansar.

"Caroline, tengo que buscarla, joder." Recobrando la consciencia de un segundo a otro, el muchacho se despegó de la pared para caminar con euforia hacia el sofá en donde había dejado sus pertenencias y colgarlas sobre su hombre, antes de ser parado por la chica, quien lo bajó a la tierra en cuestión de segundos. "No me puede dejar de todo lo que hemos vivido. La besé el sábado, ¿entiendes? Le dije lo muchísimo que la amo, y ella decidió escapar."

Negando con la cabeza, clavó sus filosas uñas contra el pecho del rubio, obligándolo a dejar de hablar para escuchar sus palabras, mientras la misma se balanceaba de su cuerpo hacia el vació que había detrás de ella. "Justin, superala. Deja que rehaga su vida, déjala que sonría, que se ría de cosas inútiles, que salga a caminar y no tenga su cabeza hecha un lío por tenerte tan cerca, déjala que vuelva a amar a otra persona. Justin, déjala vivir su vida por una vida. Ya es momento de superarla, campeón." En alguna parte de su cabeza sabía que tenía razón, mas no podía dejar ir a la única mujer que había sido capaz de robarle las horas de sueño por un error cometido por él, por no perdonarlo, y por alejarlo de su vida.

"Créeme que quiero que sea feliz. Pero no voy a dejar que me abandone por segunda vez, Caroline. Es a todo o nada. Me equivoqué con ella más que con nadie, fui un puto crío y ahora quiero arreglarlo. Quiero ser yo quien la haga sonreír, reír de cosas inútiles, quien la lleve a caminar por la playa y quiero ser yo quien la haga amarme nuevamente." Tomó las suaves manos de seda de la muchacha para dejar un beso en cada palma y separarla de su cuerpo, dándole una sonrisa torcida con los ojos nublados por las nubes de lágrimas que se habían formado en sus ojos mieles. "Y lo lamento por ser egoísta, pero no la voy a dejar marchar de nuevo."

Y sin importarle algún comentario al respecto, dejó un beso sobre su frente antes de evadir el cuerpo ajeno y salir corriendo en la dirección que su corazón le indicaba. 

FALTA UN SÓLO CAPÍTULO PARA QUE TERMINE BEGIN AGAIN (Y EL EPÍLOGO). 

ESTOY TAN EMOCIONADA POR SUS REACCIONES. 

Begin Again 2. ➸ j.b | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora