Capítulo 3

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Kariima lo miraba confundida – es solo que, bueno ambos tenemos casi las mismas habilidades con la espada y seria como si tu pudieras participar, tendrías la oportunidad de ver hasta dónde eres capaz de llegar si te propusieras – agrego Siraj rápidamente

– qué extraño eres ¿Por qué me lo peguntas?

– tu sabes que los herederos podemos hacer lo que queramos, somos los primeros en elegir a quien deseamos defender y si digo tu nombre frente a todos y tú te niegas, bueno yo... yo...

– aceptare... con una condición

– ¿Cuál?

– entrenaras conmigo hasta el día del torneo y será nuestro secreto ¿Trato?

– Trato

Ambos estrecharon sus manos y salieron de la arena, desgraciadamente en el camino se encontraron con el resto de sus hermanas, todas estaban con la boca tan abierta que Siraj podía apreciar sus molares, él sabía que se avecinaba una ola de insultos para Kariima, sin embargo Jaalisa se recuperó rápido de su impresión y con una sonrisa le dijo a su hermano – ¿Entrenabas?

– si

– bien, porque quiero que quedes en un buen lugar

– en realidad... este año no peleare en tu nombre

– ¿Qué? – Kariima rio por lo bajo y miro en otra dirección – ¡Pero ya tengo el estandarte hecho!

– Pues no me importa – agrego con sarcasmo y resentimiento

Jaalisa se marchó hecha una furia – ¿A quién defenderás entonces? – pregunto Jatiiba con la esperanza de escuchar su nombre

– a mí mismo, vamos Kariima

Se marcharon dejando al grupo atrás – Te meterás en problemas

– ya me he metido en problemas antes... no te preocupes, solo espero un bonito escudo de armas en el estandarte

– Así será, Latiifa me ha dado una buena idea con su boda – había hablado con soltura, sin embargo poco después su rostro se ensombreció

– ellas no son como el resto – seguramente Kariima recordaba lo del día anterior

– ¿Qué? – pregunto con sorpresa

– Latiifa, Nahla y Naya, no son como el resto de mis hermanas – dicho esto Siraj se marchó, el resto de la tarde transcurrió tranquila, Kariima se aseo y se unió a su madre, a la reina de Cali, Latiifa, Nahla y Naya, todas hablaban de lo mismo la boda de Latiifa y su hermano, la novia estaba que no cabía de felicidad y todo habría sido perfecto si Jaalisa no hubiera entrado a la habitación acusando a Siraj de que no la defendería, Hiram se levantó inmediatamente y salió molesta de la habitación, Istar la siguió tratando de calmarla, Jaalisa sonrió, sabía que su madre obligaría a su hermano a defenderla y Kariima estaba que se la llevaba el diablo, aunque antes de que pudiera defender a Siraj, Latiifa le reclamo – No podías mantener tu maldita boca cerrada ¿Cierto? – Jaalisa volvió a sonreír – si madre castiga a nuestro hermano...

Jaalisa la ignoro, se sentó en un diván y espero a su madre. Cuando Hiram entro en la habitación parecía aún más enojada, se acercó a Jaalisa y la abofeteo – si tus malditas palabras quiebran el vínculo entre Cali y Alea, te juro que no habrá lugar que te esconda ¿Cómo pudiste?

Todas estaban completamente confundidas ¿De que hablaba la reina de Cali? Kariima busco a su madre, ella era la única que aplacaba la ira de Hiram cuando se llegaba a enojar con alguna de sus hijas, pero esta vez estaba cruzada de brazos, sin dar un ápice de querer intervenir, se acercó tan rápido a ella que por un instante creyó que también seria golpeada, en lugar de eso recibió un cálido abrazo de su madre – ¿Por qué no me lo dijiste?

LA ESCLAVA Y EL REY: AtadurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora