El pianista┇SooKai/KaiSoo

Flores

—Mamá... —los labios del muchacho se hicieron temblorosos, pero no precisamente porque estuviese a punto de llorar. Lo que sentía era rabia, rabia hacia la mujer en frente suyo que no hacía más que mirarle con dureza.

—No seas egoísta.

KyungSoo agachó la cabeza antes de suspirar profundamente, intentando mantener la calma y tranquilizar la impotencia que le recorría por completo. Durante todos esos años él se había dedicado a la música a causa de su madre y ahora que quería algo más, alejarse un poco de eso más no dejarlo en su totalidad, su progenitora no hallaba mejor cosa que llamarle egoísta y malagradecido. 

No era tan divertido vivir una vida que alguien más eligió para él solo para ver a esa persona feliz. Sí, tal vez era egoísta no querer seguir con eso cuando su madre había dedicado de su tiempo y dinero, ¿pero acaso no lo era también el querer que tu hijo cumpla tus propios sueños frustrados? Joder, él solo quería un poco de libertad. Jugar al fútbol, al menos patear un maldito balón más de una hora sin que ella le reclamase porque eso le come las neuronas.

Esa era la principal razón de su frustración últimamente. Solo quería distraerse, tal vez incluso volver a encontrar el gusto por la música.

KyungSoo, quien estuvo sentado a la mesa durante todo ese tiempo, se puso en pie sin previo aviso. No tocó su desayuno y cogió el bolso antes de salir por la puerta principal en dirección a la escuela, ignorando los gritos e insultos por parte de su madre.

El único rayo de luz, su única esperanza, era ese muchacho, pero a cada segundo se preguntaba cómo recuperar ese algo que jamás imaginó perder.

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El moreno no había vuelto a entrar al auditorio ni siquiera por error, pero no porque no lo deseara; simplemente estaba asustado. El tormento a su vida había vuelto en un abrir y cerrar de ojos, pero no del todo, porque "tormento" significaba volver a encontrarse con ChanYeol, y esa definitivamente no era una opción. Sin embargo ahora, después de las clases, lo único que podía hacer era quedarse fuera del auditorio tal y como la primera vez que escuchó esa música sonar, reviviendo algunas memorias, intentando que fuesen esas delicadas notas las que lograran sanar la fragilidad rota en su interior.

Aquel día JongIn se encontraba especialmente agotado. No había dormido bien durante mucho porque tan rápido como sintió la magia llegar a su vida, de pronto también dejó de tocar más allá del cielo y alcanzar sus meteoros, y ahora, ojos cerrados y cuerpo recostado contra la pesada puerta de madera del auditorio, quiso intentar volver a perderse en el espacio.

Recordó el libro del miércoles pasado, en la cafetería. KyungSoo llevaba uno cuya portada poseía el título de "Talk to me"; lucía distraído o tal vez preocupado, no pendiente realmente de la lectura frente a sus ojos, y JongIn se preguntó qué podía ser tan malo como para que ese pequeño amante de la literatura, no estuviese disfrutando con tanta fascinación como era habitual en él. 

Sus pensamientos no llegaron a indagar en la verdadera razón cuando la puerta se abrió de golpe tras de sí. Unos dedos se aferraron a la muñeca del moreno con fuerza, y lo siguiente fue verse a sí mismo siendo arrastrado hasta el escenario dispuesto en lo más bajo del lugar. No supo exactamente qué decir; su corazón latía rápido de felicidad por primera vez en varios días y no podía creer que su estado de ánimo fuese tan cambiante a causa de una sola persona.

—Hyung... —llamó suavemente JongIn, aún algo sorprendido pero sin oponerse o siquiera cuestionar.

KyungSoo no era de arrepentirse de sus acciones o palabras, por supuesto. Siendo sincero, poco le importaba lo que otros pensaran y ese era el principal motivo de que siempre se encontrase solo; por opción. Era estúpido hallarse extrañando cierta presencia detrás del telón y durante esos días se preguntó varias veces si realmente hizo mal con hablarle así a su pequeño admirador, y sí, deducía que era menor debido a su casi adorable actitud del otro día, una actitud que no supo cuidar en el momento debido.