Día especial♡

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Era 9 de noviembre. Se iba a realizar el día familiar y un campeonato interno en mi escuela, él prometió que ese día en la salida iba hacer lo que tanto yo había esperado, la declaración. Ya había amanecido, era sábado y no tenía ganas de levantarme de mi cama, me quedé mirando el techo. Luego recordé que era el gran día, me levanté apurada para asearme y cambiarme.
Se suponía que debería ir lo más arreglada posible, pero me limité a ponerme unos legins, zapatillas y una polera, dijeron que había que ir con ropa deportiva, me malograron mi outfit especial.




Llegué, no lo había visto aún. Realmente no estaba tan ilusionada con que pasase ese día, no confiaba mucho en sus palabras ya que me había fallado una vez, que su timidez iba ir por más tiempo. Mi grupo de amigas y yo teníamos como misión ese día ayudar con la tómbola(negocio que hicieron para recaudar dinero), y ahí estuvimos toda la mañana. Lo vi llegar con sus compañeros hacia el stand donde yo me encontraba, al verlo tan cerca me puse nerviosa, pero seguí atendiendo a los niños que venían a comprar.



Terminamos con las ventas, entregamos el dinero exacto y era hora de recoger los deliciosos platillos que había pedido. Llamé a la esposa de mi papá para que viniese por la comida, ya que yo aún me tendría que quedar en ese lugar. Con todas las bolsas y Gabriel mi amigo, fui a encontrarme con ella.

Al salir del centro deportivo me crucé con el amigo de él, se quedó mirando que me retiraba con Gabriel. Entregue mis platos de comida para eso apareció Leslie, una de las compañeras del chico que yo quería. -Hola! Él quiere hablar contigo, espéralo. Mi corazón comenzó a latir mucho más fuerte, si, iba pasar lo que tanto había esperado... Se acercó y nos fuimos caminando, no podía creer que lo tenía a mi lado.

Entramos a una tienda, compró gaseosas para ambos. Había un sol muy fuerte y le ofrecí bloqueador, me lo rechazó cordialmente ya que no le hacía bien a su piel mencionó.

Caminamos toda la alameda del centro de mi ciudad, hasta que llegamos por un óvalo, buscamos donde sentarnos y encontramos el lugar perfecto, una pequeña plaza y una banquita que para mí hasta ahora el verla es un mar de recuerdos.


Tú, en mi tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora