Nota 72

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Te contaré exactamente lo que hice.

Nos dijeron que querías ver a alguien.

A mi.

Caminé junto al doctor, intetando contener mis lágrimas de alegría pura.

Entonces entré.

Y quedé pasmada.

Estabas conectado a tantos cables... mis lágrimas se detuvieron. No me gustaba para nada lo que estaba viendo. Si estabas bien... ¿por qué tantos cables?¿Por qué tantos vendajes?

Entonces el doctor suspiró, y me dijo lo que ocurría.

Cómo decía que era la más cercana a ti, quería que yo lo sepa antes que los demás, así podría ser que alivianara la noticia.

Me contó que tu operación salió bien, si, pero que no quedaste tan bien como ellos esperaban.

Mi respiración se cortó cuando dijo que tenías que estar conectado a esas máquinas de por vida si querías vivir.

Comencé a llorar de nuevo, pero lágrimas de tristeza.

Por eso tu padre fingió la sonrisa. Sabía que era fingida. No quería preocuparnos.

Esto no puede estar pasando.

Se supone que tenías que recuperarte, no empeorar...

El doctor me dejó junto a ti.

No había nada más para hacer. Si querías vivir, debías vivir conectado a aquellas máquinas horribles.

Lloré tanto.

Entonces tu despertaste.

Estuve junto a ti mientras lo hacías. Tomé mi mano, y pedí que la apretes.

Lo hiciste.

Por Dios, no sabes mi alivio de que al menos puedas hacer algo de fuerza.

No podías hablar, tenías la garganta muy seca. Llamé a la enfermera para que te diera agua. Ella vino, hizo su trabajo, preguntó si necesitabas algo más y se fue.

No podías esforzarte mucho, así que te dije que no te apresuraras a hablarme.

Esperaste un momento, tomaste aire, y me miraste fijamente.

-Sabías que ésto iba a pasar, ¿cierto?- pregunté, dejando que las lágrimas recorrieran mis mejillas ya húmedas.

Cerraste los ojos un momento. Luego asentiste.

-¿Por qué no nos dijiste?, hubiesemos...-

-No podían hacer nada- dijste, lentamente-Esta era la única manera-

-Pero tu no puedes... no puedes vivir así- dije, señalando las máquinas.

Asentiste.

-Justamente, en algún momento, tendré que irme-

Comencé a negar con la cabeza frenéticamente.

-No, no, conseguiré la manera de evitarlo, te mejorarás, lo sé, yo solo debo...-

Apretaste mi mano, dándome fuerzas.

-Tu no debes hacer nada, ninguno de ustedes deben... ya hicieron lo suficiente por mi- respiraste hondo otra vez-No me iré ahora, te lo prometo, pero no quiero vivir toda mi vida atado a ésto...- señalaste las máquinas-En algún momento estaré listo, y todos ustedes deberán estarlo también-

-Por favor... no puedes dejarnos... no puedes dejarme, eres mi mejor amigo- lloré, tapandome la cara con las manos.

-Quisiera estar contigo toda mi vida, contigo, con Shopie, mi padre, mi hermano...pero no se puede, no quiero estar de esta forma, no quiero que ninguno de ustedes me tengan como carga-

-Podremos arreglarlo, por favor...-

Negaste con la cabeza, y sonreíste.

-No te preocupes, no tengo miedo a morir-

-Pero yo si tengo miedo- susurré.

Frunciste el ceño, confundido.

-Miedo a perderte- dije, y salí corriendo de la habitación.

Me llamaste, pero no me volteé. Corrí fuera del hospital. Tu padre, tu hermano, Shopie, todos me llamaron.

Pero no puedo estar allí, no ahora.

No quiero sufrir más.

Notas a mi Ex-Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora