Capítulo 5 "Pegándose LA bomba"

618 70 88
                                    

—Ya, ya... Ahora sí... —se alzó una voz por encima de la música—.

—Un... —contó el ecuatoriano y ambos se miraron expectantes—.

—Dos... —continuó el peruano—.

—¡Tres! —terminaron al unísono—.

Ambos —hermosos, esculturales, envidiables y suculentos— latinos levantaron sus pintas rebosantes de cerveza y empezaron a beber el contenido sin detenerse. Cabe mencionar que las pintas equivalen a poco más de 550 mililitros, por lo que en unos momentos estarían dirigiéndose indiscutiblemente al baño... Pues... Bueno, ya llevaban tomándose varias cada uno. El barman, un hombre de mediana edad y peruano hasta los huesos, los miraba presa de la fascinación y el espanto pues, como eran de competitivos los dos, no dejaban tiempo para la duda o la tregua.

—¡Gaaaaaah!

Los dos bajaron los enormes vasos, vacíos, exactamente al mismo tiempo a la par que retomaban su respiración. Los vasos chocaron con la superficie de la barra con sendos 'cloncs' y Pancho y Miguel se miraron por unos segundos para luego estallar en risas.

—¡'Tamare, causa! —atinó a decir Migue y se secó las lágrimas con la mano—. ¿¡Otra vez!?

—Si seguimos así va a terminar hecho funda... —notó Pancho—.

—¡Yo, nomás! —atajó el peruano, sonriendo pícaramente, y le pegó un manotazo en la espalda—. Acuérdate que la última vez que toneamos, 'tabas tan huasca que te quedaste a dormir en mi jato y al día siguiente no fuiste a chambear.

—Ajajaja, ya me acordé... —coincidió Pancho matándose de risa y golpeando la barra con la palma—. Le apagué el teléfono a Correita para que no friegue. Dos días lo tuve apagado. ¡Dos días! —el castaño siguió atragantándose con su risa, recordando uno de los pocos momentos de sana libertad que ha tenido desde... Bueno, desde el inicio de los tiempos—.

—Y 'tabas misión imposible, encima... —agregó el peruano, mirando como el barman retiraba los vasos de la barra—. Ese día yo te puse las chelas, men. 'Tabas tan aguja que te invité y me jodiste el presupuesto del mes... —Migue miró hacia el techo, apesadumbrado por el recuerdo—. Cool y yo tuvimos que comer sopa Ajinomen durante días —el peruano sacudió la cabeza con un estremecimiento—. Cool 'taba asadazo... Después tuve que comprarle harto Sublime pa' que me disculpe...

El ecuatoriano observaba a Migue mientras relataba un pasaje que probablemente ya le hubiera contado antes. Pero, total. No era que le molestase escuchar las divertidas historias de Migue sino absoluta y completamente todo lo contrario. Al menos estaba manteniendo a raya su corazón roto...

—(Por ahora, al menos) —pensó el ecuatoriano—.

Migue tragó saliva y su semblante se ensombreció bruscamente.

—(¡Tenías que pensar en eso...!) —se recriminó Pancho furiosamente—. (¡Tenías-que-pensar-en-eso!) —carraspeó y el peruano giró el rostro hacia él—. Ah... Ya cacho —miró a Migue con cara de pocos amigos—. Sea mamerto, usté. Ya fue. Déjalo ahí. Afloja. Let it go —y luego de unos segundos ceñudo y pensativo, agregó—. Let it go... Let it go~, don't give a shit anymore~, let it go, let it go~ flip the table, screw you all~ ♬

Ya, sí.

Macho que se respeta y todo, no es posible que con toda la publicidad que hubo de Frozen, el castaño no se supiera la canción. Aunque creo que esa versión era más bien de un doblaje de fans... Hmmm. ¿Dónde lo habría escuchado?

La terrible —pero honesta— personificación de Panchelsa le arrancó desprevenidas risas al peruano. Y entonces, Migue le dedicó tal sonrisita culpable al ecuatoriano que a este le vibraron desde la punta de los pelos hasta la punta de los pies. Se le formó un nudo en la garganta y, aunque él no recordara haber almorzado o cenado mariposas, estas estaban ahí revoloteando de lo lindo. Migue también se sintió un poco abochornado y desvió la mirada atropelladamente.

Vuelcos en el corazón [EcuPer]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora