14. The End

20 3 5
                                    

—Basta de tus juegos pequeña, estoy harta de ti.—Alicia retiró la espada de mi cuello y me levantó. Me puso de espaldas y volvió a poner la espada en mi espalda. Seguía siendo su prisionera.

—Tyson, escúchame. Tienes que ser fuerte.

—Cállate niña, Tyson no puede escucharte más.—Presionó con más fuerza el pico en mi espalda, sentí una pequeña punción en mi columna.—Sombrerero, ven.

El Jabberwocky dio un gruñido y se acercó hacia nosotros, pero Negra seguía interponiéndose ante nosotros.

—No voy a lastimarte. Sigues siendo mi amigo Sombrerero.—Negra tiró la espada al suelo y abrió los brazos hacia el dragón.

El Jabberwocky sin más, lanzó con una pata a Negra por los aires hasta chocar con una columna y caer desmayada.

No tenía más opciones, no me quedaba nada que hacer, no tenía el Nitsumira, Negra estaba inconsciente en la esquina del cuarto, Alicia tenía una espada en mi espalda, el Jabberwocky venía hacia nosotros y lo peor, lo que más miedo me daba era que había perdido a mi hermano.

—Ty, ¿Recuerdas cuando peleaste de pequeños por mi con un niño porque me molestaba?—Lágrimas recorrieron mi mejilla. Mi única opción era hacer que Tyson recordara su parte humana.

—Cállate—gritó Alicia.

—Estoy harto de que sigas intentando cambiarme hermanita.

—No Ty, jamás dejaré de intentarlo.

—Alicia, ¿me darías el honor de dársela como comida al Jabberwocky?

—Mi placer.—Alicia le cedió el mango de la espada a Tyson.—Sombrerero, detente, espera ordenes.

Mi cara se llenó de lágrimas.

—Ty, no hagas esto. ¿Recuerdas cuando me enseñaste a jugar videojuegos? ¿O recuerdas cuando rompí tu celular? Pensé que jamás volverías a hablarme, pero sólo me viste y dijiste que estaba bien, los accidentes pasaban y me abrazaste.

—Cállate, entiende que no soy tu hermano.

—Siempre serás mi hermano. Hagas lo que hagas.—Giré el filo de la espada quedo en mi pecho. Podía ver de frente a Tyson.—Siempre seremos hermanos y siempre estaré ahí para ti como tu siempre has estado ahí para mi.

—¡Vamos Tyson! Tenemos un juego de crocket en una hora y quiero arreglarme. ¿Puedes terminar con esto?—Alicia estaba fastidiada.

—Hermano...—Miré sus ojos atentamente, observé mil reflejos, mil personas, mil personalidades, pero no veía a mi hermano en ninguno de ellos. Todo estaba perdido. Habíamos fallado.—Te amo Ty.

Fue cuando Ty tiró la espada y de su bolsillo sacó el espejo, el Nitsumira. Dio un giró veloz y lo mostró a Alicia.

Alicia gritó, pero su mirada estaba absorta en el espejo. El espejo brilló con la intensidad del Sol. Su marco ondulado se movía como llamas reales y rayos de luz llenaron la estancia.

Los gritos de Alicia eran de desesperación, los rayos de luz parecieran agarrarla y no dejarla ver hacia otro lado. Ante nosotros los espejos de sus ojos se fracturaron todavía más, pero al hacerlo se desprendieron de ellos y entraron al espejo.

La luz cesó y Alicia cayó desmayada al suelo.

¿Tyson lo había logrado?

Corrí y abracé a mi hermano.

—Ty, lo lograste. No tienes idea cuando te extrañé. Pensé que te había perdido por siempre.

El Jabberwocky se llenó de humo hasta que se difuminó por completo, quedando el cuerpo cansado de el Sombrerero.

Todo estaba volviendo a la normalidad.

El Sol comenzó a salir por la ventana de manera natural. El Reloj de mi muñeca comenzó a hacer su típico Tic-Toc.

Alicia estaba en el suelo ante nosotros. Comenzó a abrir los ojos lentamente hasta incorporarse, me agaché y la ayudé a levantar.

—¿Qué ha pasado?—No parecía recordar mucho.—¡Sombrerero!—Alicia corrió en su dirección.

Mi hermano me abrazó y dio un beso en la frente. Todo había acabado. Lo habíamos logrado, habíamos salvado Maravillas. La profecía se había cumplido.


...


Caminé hacía Negra, sin ella no hubiera logrado nada de esto. Alicia seguía con el Sombrerero y Tyson caminó hacia ellos.

—Negra. ¿Estás bien?

Lentamente despertó y ante mis ojos, desde la punta de su cabeza se tornó blanca, desde su cabellera hasta su vestido.

—Niña, me has devuelto mi color.—Blanca me abrazó—¿Dónde está tu hermano? Tengo que agradecerle.

—Está con Alicia y el Sombrerero. Ven.—Levanté a Blanca y caminamos juntas hacia los demás.

Tyson estaba parado junto a Alicia y al Sombrerero.

—Gracias a ambos.—Alicia sonreía y su mirada había vuelto a la normalidad. Sus ojos azules volvían a brillar otra vez.—Me han salvado y salvado Maravillas. Especialmente gracias a ti niña. Me has devuelto mi humanidad y a tu hermano.

Alicia giró en dirección de mi hermano y dio un grito ahogado.

Mi hermano sonrió y Alicia cayó al suelo.

Pareciera que el tiempo de detuviera. Cuando Alicia cayó al suelo, tenía una espada atravesándola.

¿Qué estaba pasando?

Observé a mi hermano

 ¿Cómo fui tan tonta como para no verlo antes? 

En sus ojos seguía habiendo miles de cristales rotos...

Beyond WonderlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora