9.- Ignórame

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Carraspee la garganta para llamar la atención de Cameron quien aparentemente se había perdido en su inmenso cerebro.

Suelta

Lo mire ceñuda

Me soltó algo confundido, como si al igual que yo no hubiese entendido que paso.

—Así que...—Samuel tercio tratando de romper la tensión creada.

—Ibas a decirme porque estás aquí.

A parte de que es un acosador en potencia—soltó con sarcasmo Cameron a un lado mío, aunque no en voz alta.

—Cierto, quisiera presumir que sabía en dónde estabas—Samuel sonrío de una manera tierna que me contagio—pero, en realidad soy parte del grupo que toca esta noche—se sonrojo un poco.

— ¡Oh cielos! ¿¡En verdad!?—Exclame un poco más alto de lo debido—eso es genial Samuel.

—Bueno, al menos sin duda tienes un poco de talento—se metió el chismoso de Cameron—dime, ¿Qué tocas? ¿Violín, guitarra, violoncelo, marimba?

Rodé los ojos desaprobando su veneno de costumbre. Sorprendentemente Samuel no se vio afectado e incluso río, como si estuviera bromeando con él, pobre, no conoce bien al resucitado.

—No en realidad, toco la batería—mostro sus baquetas en alto—de vez en cuando la guitarra y canto un poco—otro sonrojo.

Que tierno

—Que patético

Mire a Cameron con recelo con ganas de querer golpearlo, el día de hoy estaba a nada de terminar con mi paciencia.

—Annette, aquí esta lo que pediste—Gin me entrego una bolsa de plástico con mi orden de pasta dentro.

—Oh, te iras—Samuel señalo mi orden con un poco de apatía.

—Bueno, no hay que ser un genio para deducir eso—comento Cameron con sarcasmo y crueldad, la de costumbre.

Lo mire con el entrecejo fruncido, ¡¿Cuál era su problema?! Comenzaba a molestarme que todo el tiempo tuviera que ser apático y gruñón.

—Sí—conteste con enojo pero sin perder la cortesía hacia Samuel—hay cierta mala vibra en este lugar que quisiera evitar antes de explotar—esta vez mire directamente a Cameron para que entendiera que eso era para él.

Cameron levanto una ceja con desdén y aspiro aire como búfalo.

— ¿Por qué no te quedas un rato?—propuso Samuel—y te prometo que cualquier mal rato que hayas pasado hare que lo olvides con la música de esta noche.

—Acepta cariño, no te hagas del rogar—se escuchó la irritante voz de Stella al fondo.

Levante la vista al cielo pidiendo una súplica de infarto involuntario para cierta señora de edad avanzada detrás de mío.

—No se diga más, prepara una mesa arriba Gin—se apresuró Samuel a tomar mi distracción como una oportunidad—te veré arriba—me planto un beso en la mejilla y salió corriendo antes de que pudiera si quiera protestar.

—Oh mira, te sonrojaste—no había nada de emoción en ese comentario.

Le hice una mueca de desagrado a Cameron antes de caminar con resignación a la planta alta, donde el ambiente era al aire libre y con mesas redondas muy chulas con una pequeña vela con flores como decoración. Gin me dirigió a una muy cerca del balcón y donde tenía una buena vista al pequeño escenario donde los músicos de esta noche comenzaban a afinar sus instrumentos y poner algunas partituras en orden, pude ver a Samuel saludando a sus colegas. Le tomo un segundo encontrarme con la mirada, me saludo efusivamente con un gesto en la mano y responde al mismo un tanto apenada. Entonces note como su expresión se endurecía un poco en dirección a ¡¿Cameron?!

Despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora