~Narra Alison~
Los días pasaban y pasaban. No recuerdo en que mes estamos, o que día es. No sé cuando fue la última vez que vi la luz del sol, o cuando escuche la melodía del canto de las aves...
Ya estoy harta de todo esto. Quiero salir, no me gusta esto. Extraño a mi padre, extraño estar en mi hogar, tranquila, con mi familia. Esto es horrible, estar encerrada sin poder salir, escuchar las sirenas cada noche sin que te dejen dormir, pensar que aún hay personas afuera sin refugio alguno, que hay niños sin sus padres quienes los tranquilicen o los hagan sentirse protegidos. No lo soporto mas, quiero salir.
Mi madre...ya no soporta todo esto, es que...perder a tu marido en una guerra y ahora estar sola y sacar a tu familia adelante no es fácil, más aún si guardas un enorme dolor en tu interior, es por eso que creo que mi madre es la mejor del mundo. Ella sufre en silencio, no demuestra su dolor frente a nosotros solo para que Philip y yo lo tomemos bien.
Mi abuelo tuvo que partir hace un par de días. Vinieron de la milicia a solicitar de su ayuda, es que les hacen falta militares, es por eso que estan reclutando desde los niños de 15 años hasta adultos de 55. Mi hermano aún tiene cuatro años asi que aún le queda mucho tiempo.
Mi madre no se tomó la ida de mi abuelo muy bien, es el único que nos ha ayudado desde que mi padre falleció, además es su padre. Yo tampoco me lo tome bien pero...por Philip tuve que mostrar algo de indiferencia, me sentí mal pero mi abuelo lo sabe que lo hago por mi hermano.
Bueno...los días han sido bastante estresantes, ¿por qué?, No podemos hacer nada, solo quiero que este conflicto termine pronto, quiero que mi madre, Philip y yo podamos vivir en paz, poder seguir nuestras vidas tal y como eran antes.
***
Después de cenar fuimos a dormir. Escuchaba estallar las bombas, las metralletas, era horrible, no me dejaban dormir, pareciera que estuvieran a pocos metros y eso me aterraba.
-¿Alison?-escuche la voz de mi hermanito-¿estas despierta?
-Si... ¿qué sucede?-dije en un bostezo.
-No puedo dormir, esos ruidos me dan mucho miedo-mire sus ojos en los cuales se podía ver el miedo que él sentía. No podía aguantar esto.-¿Puedo dormir contigo?
-Claro pequeño, ven-me hice a un lado y él se acomodó. Luego de unos minutos nos quedamos dormidos.
-¡Alison!-escuche el grito de mi madre a lo lejos-¡¡Alison, Philip!!-me desperté de golpe y con la vista algo nublada por el sueño note a mi madre corriendo de un lugar a otro. Rápidamente me puse de pie y corrí hacia ella para intentar calmarla.
-Mamá, mamá, cálmate. Dime, ¿qué sucede?-la tome por los brazos intentando que me mirara a los ojos.
-Alison, hija, están aqui...están atacando aqui-"No... No puede ser"
-¡¿Qué?!-dije anonadada-dime que no es cierto... ¡Mamá dime que no es cierto!-estaba exasperada. No puede ser, estábamos perdidos. ¡Porque diablos no se largan de aquí!
-No...no miento, están aquí y los soldados están combatiendo aquí mismo, nos van a desalojar.
-No. Mamá no quiero separarme de ti, por favor no te vayas-abrace a mi madre con todas mis fuerzas. Por ningún motivo iba a dejarla, no puedo, no quiero, este sentimiento es horrible... ¿Por qué demonios no pueden dejarnos en paz?, ¿que culpa tenemos nosotros?, ¡Déjennos en paz!
-Hija... No puedo ir en contra de lo que ellos digan, solo...debes cuidar a tu hermano...prométemelo.
-Mamá por favor no hables así... Todo saldrá bien-mi llanto no cesaba, era horrible esto que sentía. Philip no entendía nada, como es posible que uni niño de su edad este viviendo algo así.
De repente escuche que golpeaban la puerta. No...vienen por nosotros...no...no puedo dejar que me separen de mi madre, ¡No puedo!
Mi madre fueba abrir la puerta mientras yo le gritaba que no fuera. En cuanto abrió, mi sorpresa fue ver a Jake.
-Jake...-dije con apenas un poco de aliento-que...¿Qué haces aquí?
-Vengo a ayudarlas...
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~Mi Soldadito~
RomanceEra el año 1940, Inglaterra se encuentra en guerra. La joven Alison Nichols siente que tiene la tarea de proteger a su familia, pero la aparición de un joven soldado dara vuelta su mundo, ahora su corazón se encontrara en batalla, quien sabe cuanto...