¡Sonríe y finge ignorancia!
Me levanté súper temprano, me metí al baño, salí me sequé, me puse crema, y me puse una camisa verde medio cortita, un short blanco también algo corto unas sandalias blancas con piedritas, me perfumé y me fui a la urbanización busqué y encontré la mansión ¡Joder! Es imposible perderse la mansión era muy grande.
Toqué la puerta y me abrió una señora de contextura mediana, el cabello de un castaño profundo, unos ojazos azules espectaculares y delgada, “Que tipa tan linda” Pensé
-Buenos días ¿Tu eres la chica que viene para el servicio doméstico? –Preguntó con una gran sonrisa
Le devolví la sonrisa, era imposible no hacerlo.
-Ehm, si esa misma soy yo.
-Ay que bueno, pero, pasa
Entré a la mansión y era 3 mil veces mas grande que la mía, menudo trabajo que me costaría mantenerla limpia, pero, bueno…
-Ah por cierto – Dijo en la sala, lo sabía porque tenía casi la misma estructura que mi casa, frente a nosotras se alzaban 2 grandes escaleras formando un gran arco de madera pura, y allí en lo alto de las escaleras pude entrever 3 pasillos – Me llamo Pattie Mallette, aquí solo vivimos mi hijo y yo. ¿Cómo te llamas?
-Ah, ok… Yo me llamo Abril Montero
-Tienes un nombre muy bonito, bueno ven te daré un recorrido de toda la casa.
Asentí.
-Como puedes ver, esta es la sala – Estaba en un espacio abierto con varios sofá y al lado de uno largo y blanco se encontraba una pequeña mesita con un teléfono fijo, caminamos, bueno más bien la seguí y detrás de una pared estaba una gran cocina con las barras de granito negro con blanco y en otros lados de mármol, los estantes eran todos de madera clara y con vidrios, más allá estaba la nevera de 2 puertas de un color plateado – como puedes ver esta es la cocina – En el otro lado de la cocina habían varias puerta de vidrio corredizas salimos por ahí – Mira aquí la cancha de tenis , allá – Señalo lejos – Un campo de Rugby y allí – señaló al otro lado – la piscina.
Volvimos a entrar a la casa a subimos las escaleras para recorrer pasillo por pasillo, era una cosa alucinante – lo acepto viví mucho tiempo viviendo con Steve, que tenía LA mansión, pero esto no se comparaba con NADA – había salas de estar, de videojuegos y una sencilla imagino que para hablar.
En el otro pasillo estaba algo así como una discoteca se veía que tumbaron los muros de las habitaciones para hacer esto era grandísimo. El pasillo del frente era las habitaciones.
-Estas de aquí mi niña son las de huéspedes, esta es la mía – Abrió la puerta era una habitación realmente hermosa tenía una enorme cama, una peinadora y dos puerta, la habitación era grande – Ven – Caminamos a lo largo del pasillo – Esta es la de mi hijo, no la abriré porque si no te asustas – Nos reímos juntas; y esta – abrió una puerta al lado de la habitación de su hijo – Es tu habitación.
La habitación era blanca, con morado claro, vi 2 grandes puertas una a un lado y la otra en otro lado había también un televisor un DVD, una computadora y un equipo de sonido
-¿Te gusta?
-Oh dios mio ¡Es hermosa! – Exclamé – Gracias de verdad señora Pattie.
-Pequeña, dime Pattie, nada de señora. Bueno te dejo para que guardes tus maletas y el uniforme está encima de la cama, – Me sonrió - te espero en la cocina.
El traje era tal y como me lo imaginaba, puf, que horrible, voy a tener que ajustarlo un poco, antes de cambiarme decidí investigar las puertas, la primera era el baño, la broma era grandísima, el baño de mi casa era grande pero este lo superaba, justo al frente estaba 2 puertas que hacía una sola, las abrí y me quedé impresionada era un gran closet.
-Malditos millonarios – Inquirí sonriendo y negando con la cabeza.
Estaba impresionada y eso que yo era difícil de complacer, dejé mi maletas allí hoy en la noche la arreglaría. Fui a la cama y con los dedos índice y pulgar agarré el uniforme mirándolo despectivamente, decidí ponérmelo antes de arrepentirme o peor aún bajar y quemarlo en unos de mis actos de Abrilada como dice Andre, me desvestí rápidamente y lo volví a mirar.
-Tu y yo no nos vamos a llevar bien amiguito – Voltee los ojos – Pero espera a que te mutile, allí seremos amigos.
Ok no, ya me estaba volviendo loca, primero coloqué el vestido, que me quedaba por debajo de la rodilla ¡QUE HORRIBLE! Y luego me puse el delantal blanco, iba a buscar unos zapatos azul marino que tenía, pero debajo de la cama estaban unos zapatos de tacón mediano, me los puse y bajé.