A veces la dureza de las madres es lo mejor que puede existir
-Por ahí debe bajar Justin – Le dije a Pattie cuando llegué a la cocina.
-Oye pequeña aquí solo hay 2 platos, cuando debería haber 3.
-¿Viene alguien mas? – Pregunté incrédula.
-No pero tú, ¿no vas a comer?
-Dudo que a su hijo le apetezca comer en el mismo lugar que yo.
-Eso no me importa, sírvete y comes con nosotros.
Le sonreí.
-Como quieras, eso si Pattie, si me sale algo… - Dejé la frase inconclusa y sonreí abiertamente.
Ella asintió riéndose entre dientes, Justin llegó, yo me serví y sentía que me miraban, cuando levanté la miraba vi a Justin, me miraba, le sonreí cínicamente y me senté a comer.
-Buen provecho – Dije con una sonrisa.
De manera rutinaria y contra mi voluntad coloque la servilleta en mis piernas, comencé a comer…
-Ummm – Dijo Pattie – Esto está buenísimo, dios he ido al cielo.
Rápidamente me puse la servilleta en la boca para reírme por su expresión.
-¿Cómo así? – Dijo el señor “Soy hermoso haz lo que te pido” - ¿No lo haz hecho tu?
-No niño, lo hizo Abril y está ¡Excelente!
-Muchísimas gracias Pattie.
-¿Y de cuando acá la servidumbre tutea a sus patrones? – Dijo reprochándome.
“Uy me dolió tanto que el corazón se me partió en mil pedazos, imbécil” Pensé.
-Desde que yo soy la “patrona” – Replicó Pattie haciendo comillas en el aire y empleando una voz extraña – Me haces el favor y te comportas Justin Drew – Inquirió molesta.
Justin solo se limitó a callar y a seguir comiendo, tenía algo bueno, no le discutía a la mamá, terminamos de comer, Justin en lo que terminó se levantó y salió como alma que lleva el diablo, echo toda una fiera por la rabia, yo recogí todo y fui a lavar los platos.
-No te preocupes chiquita – Me puso una mano en el hombro – Ya veras que todo mejorará.
¿Y eso a quién le importa? Que hiciera lo que quisiera, total a mí con su actitud de niño malcriado no me afectaba
-Tranquila Pattie, he liado con peores y a la final terminan perdiendo conmigo.
Ella se rió
-Ay mi niña eres todo un caso, yo me voy a dormir – Me dio un beso en la mejilla – Mañana vamos de compras, que descanses.
Me sonrió y se fue, cuando terminé de lavar, secar y guardar todo, me encaminé a mi habitación a arreglar mi ropa y el desastre de uniforme que tenía, primero fui a darme un buen baño, me coloqué para dormir un top fucsia, un short negro y unas sandalias fucsia, me recogí el cabello en una cola de caballo, acomodé mas o menos la ropa, tenía muchísimo sueño, cuando iba a dormir comenzó mi celular con el sonido de A Little Big Longer, era Andrea.
-¡Nenaaaaaaaaaa! ¡Prululululuululu! – Si lo se está loca de seguro no tenía nada que hacer así se ponía cuando estaba aburrida - ¿Cómo estas?
-Hola – Sonreí con los ojos cerrados – Estoy cansadísima, esta casa es tres mil veces más grande que la mía, ¿Puedes creerlo?
-¿Wharawhat? – Me reí de ella - ¿En serio nena?
-Sip – Me senté para no dormirme
-Pobre de ti ¿Y como te tratan?
-Si pobre de mí – Me reí entre dientes – Hoy limpié casi todo y estoy muerta… Ay aquí es genial mi jefa se llama Pattie y ella es un amor, lo único es el chico, el tipo me miró despectivamente, trató de humillarme, pero ya me conoces…
-¿Abril tu primer día y ya peleas? – Preguntó molesta interrumpiéndome – Pero mujer tú de verdad no cambias.
-¿Qué querías que hiciera? – Le pregunté furiosa – Él me trató mal ¿Puedes creer que ni siquiera me miró de arriba abajo? ¡Ni se inmuto! Uy que rabia.
Se echó a reír fuertemente.
-Parece que conseguiste a alguien igual que tu – Se volvió a reír - ¿Vez lo que se siente?
-Da rabia… ¡Muchísima! ¡Arg! – Voltee los ojos – Te juro que no sé qué le pasaba a ese tipo, pero si él puede ser indiferente pues yo mucho más – Enarqué una ceja – Aunque…
-Aunque… ¿Qué?
-Nada nena… Oye te llamo mañana, estoy cansada… Chais te quiero mucho, gracias por llamar
-¿Gracias? Abri... – Dejo la frase inconclusa.
-Mi mamá ni se preocupó… Bueno – Bostecé – Hablamos mañana, te quiero.
-Yo te quiero mucho más… Oye Eduardo te manda saludos, no te llama porque mañana tiene parcial y ya sabes cómo es eso.
-Dile que también… Ay ya yo lo llamo mañana.
-Chao nena.
-Chao.
Colgué, y en cuestión de minutos me quedé rendida.