La paciencia algo que... Definitivamente no tengo yo
Me los puse y bajé a la cocina…
-Ya llegué mi señora – Dije con formalidad.
Me miró.
-Te queda hermoso – Dijo entusiasmada.
-Si, precioso – Mascullé para mis adentros con sarcasmo – Le iba a pedir permiso para modificarlo un poco.
-Como quieras nena – Me miró y me sonrió - ¿Sabes cocinar?
-Si
-Ya te ganaste el cielo conmigo
Mientras ella hablaba veía la cocina todo estaba tan impecable y afuera también ¿Para que quería una empleada domestica?
-Me alegro… Si me permite, mantiene usted la casa muy bien cuidada.
-Como se ve que no haz visto las… “Reuniones” – Hizo comillas en el aire – Que hace Justin con sus amigos - Se echó a reír – Solo espero que no te de por salir corriendo.
Me reí.
-No, no creo, soy una chica fuerte nada me asusta, y si, conozco ese tipo de “reuniones” – La imité haciendo las comillas – Tengo 19 se como manejarlo.
-Eso espero, primero: tu me caes muy, muy bien… Y segundo: no hay empleada que venga y dure más de un mes ya se nos han ido 6, y de verdad creo y quiero que tú seas la excepción.
-No se preocupe, estaré aquí tanto como usted lo necesite.
-Ay, por favor Abril, basta de formalidades, yo soy Pattie y ya deja el señora y el usted.
Le sonreí.
-Y una cosita te voy a pedir, se paciente con Justin ¿si? No es fácil de llevar… Desde hace 6 años que no es él mismo, creo que no logra superar la muerte de su padre.
Suspiré
-Se como se siente, tranquila, ya te dije que se como aguantar soy una chica fuerte, eso si, te juro que si ese chico no se cansa de mi, así como vine me voy.
Ella soltó una fuerte carcajada y me negó con la cabeza.
Extrañamente esa señora me cayó genial y me sentía a gusto aquí, ella me dio instrucciones de como limpiaba día a día, los días que tenía libres como por así decirlo eran los domingos, me contó que no me asustara si alguna vez llegaban una chica de unos 17 y un chico de unos 15 porque eso eran otros hijos de ella quienes se llamaban Jazzy y Jaxon, también me dijo a que hora se hacía la comida. Como a eso de las 4 de la tarde me puse a limpiar, me puse mis audífonos y limpié casi todo, como a las 8 terminé, me tiré en una silla del comedor y de la nada apareció Pattie.
-Hola - Me saludó, abrió la nevera y se sirvió agua – Excelente trabajo.
Resoplé.
-Ya veo porque la empleada, este trabajo es agotador, digo en esta casa TAN grande – Ya iba a meter la pata.
Se echó a reír.
-¿No ha llegado mi hijo? – Peguntó sentándose a mi lado.
-No, que yo sepa, estuve de aquí a allá limpiando y no vi a nadie.
De repente afuera se escuchó el sonido de un motor de una moto de esas grandotas.
-Ese es él – Se rió entre dientes y de repente en vez de tener los 37 años que le calculaba parecía una niñita de 12 haciendo una travesura - ¿Quieres ver como se asusta?
-Ya me muero por verlo.
Esperamos un momento, escuchamos cuando se abrió la puerta principal y luego como los pasos se alejaban corriendo por las escaleras.
-Ven – Dijo y la seguí a pararnos frente a las escaleras, Pattie se rió entre dientes - ¡JUSTIN DREW BIEBER MALLETTE! – Gritó ella “Molesta”.
-Yo no he hecho absolutamente nada – Escuché a un chico, la voz de todo un hombre pero algo temblorosa – Ma, basta hoy no he tenido un día… - Se paró en seco en lo alto de las escaleras al verme - ¿Y tu quien eres? – Preguntó con la cejas enarcadas y despectivamente.
Que papi de tipo, era altísimo – Ya allí me mató – tenía el cabello de un color castaño rubio, pero mas amarillo cortado y de una forma despeinada, era delgado pero corpulento, sus ojos no los podía ver bien, pero se veían hermosos y tenía unos labios carnosos, pero me mató aún mas la forma en que se vestía, era el típico chico malo, una camisa blanca, una chaqueta de cuero negra, un jean negro y unas supras blancas y para mas remate tenía zarcillos… Me mordí el labio inferior en un acto reflejo, pero pronto me di cuenta, así que, lo miré con indiferencia total, me cruce de brazos y enarqué una ceja, gesto que hizo que el chico sonriera irónicamente mientras bajaba por las escaleras, se situó frente a mi.
-Soy la nueva empleada domestica – Dije secamente.
El pana ni se inmutó fue como si yo no fuera hablado, y para que negarlo, eso me molestó muchísimo, todos los chicos que me veían de cerca se les notaba a leguas que babeaban por tener este cuerpecito, y este nada que ver… Pero que ni crea a mi nadie me mira de esa forma y menos un niño rico con aires de malandro “Aunque está que se muero de bueno” dijo una voz en mi interior “¡CÁLLATE!” Gritó otra.
-Así es hijo, la nueva empleada domestica – Sonrió imperiosamente - Abril Montero, te presento a mi hijo Justin Bieber.
Sonreí forzadamente y murmuré un “um” no iba a creer él que yo iba a levantar mi mano para estrecharla con la suya… Quizá él piense que tratando de esa manera a todas las tipas caían, y a lo mejor así le funcionaba pero yo no, a mi ese tipo de gestos me molestaban. Se hizo un silencio sepulcral.
-Es un placer conocerte Abril
Arqueé las cejas y vi mi reloj, fingiendo no ver su mano extendida
-Se me hace tarde para hacer la cena.
Me di media vuelta y me encaminé a la cocina sonriendo por dejarlo boquiabierto