Sábado 24 de Julio

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11:00 a.m
Verano. Los pájaros cantan, los ratones ratonean, los pequineses pequinesean. Me he fijado en que tenemos nuevos vecinos en la casa de enfrente. Espero que sean más considerados que don y doña Locos, los anteriores inquilinos.

¡Tienen un gato! Parece una de esas gatas birmanas con pedigrí y no para de pegar saltos dentro de una especie de vallado. Pues valen una pasta... Son las Naomi Campbell del mundo gatuno. No me refiero a que su cuerpo sea perfecto, pues tienen demasiado pelo y no son muy altas, sino a que alguna vez las he visto en alguna «gatarela». ¡Ja, ja, ja! La, la, la. Creo que soy un genio de la comedia. Si llamara el diosSexy y me dijera —Ahora mismo voy a verte, preciosa. Acabo de caer en la cuenta de lo cerca que he estado de perderte. Estoy hechizado por tu hermosidad—, la vida sería mucho más que fabulosa y entraría en éxtasis.

Mediodía Jas y yo fuimos al parque. Tengo un grano en la cara, pero conseguí que pareciera un lunar gracias a mi lápiz de cejas. Con eso y con las gafas me daba cierto aire de italiana.

Creo que mi amiga estaba un poco avergonzada por lo que dijo cuando creía que me iba a Nueva Zelanda. Tengo demasiado tacto como para mencionárselo, así que simplemente le pregunté:

—¿Me quieres de verdad?

Se puso como un tomate.

Cuando pasábamos cerca de las pistas de tenis vimos a Melanie Andrews tomando el sol. Quizá ya lo haya comentado antes, pero tiene las tetas más grandes del mundo. Unos chicos que pasaban a su lado le dijeron cosas de lo más groseras. Uno de ellos incluso simuló que hacía juegos malabares.

A veces pienso que los tíos siempre serán un misterio para mí, sobre todo desde que Boca Grande me puso la mano en la teta sin motivo alguno. Mel nos divisó.

—¡Hola!—la saludé con sinceridad.

—Hola—respondió ella con indiferencia.

—¿Dónde se comprará los sujetadores?—le pregunté a Jas—. Seguro que se los hacen los mismos que construyeron el Puente Forth, los hermanos Ted y Mick Forth. Acababa de inventármelo; no tengo ni idea de cómo se llamaban.

Nos tumbamos en la hierba para tomar el sol.

—¿Crees que debería comprarme un sujetador?—me consultó Jas.

En ese momento estaba pensando en lo que debería ponerme cuando quedase con el dios Sexy.

—Robbie todavía no me ha llamado—contesté.

Mi amiga se quedó en silencio. La miré de reojo y comprobé que meneaba los hombros de un lado a otro.

—¡Por las bragas de la señorita Rotenmeyer! ¿Qué narices estás haciendo?

—Quiero saber si me bailan las domingas.

Cuando se empeña, puede ser de lo más corto. Estoy segura de que si vistiera a Angus con el uniforme de Jas, nadie notaría la diferencia, a menos que alguien intentara sacar el bocata delante de él.

—Haz la prueba del lápiz. Te pones uno debajo de una teta y, si se cae al suelo, estás a salvo, pero si se queda atrapado por la dominga, necesitas consejo y ayuda en el departamento de sujetadores.

Jas no perdió detalle de mis explicaciones.

—¿De verdad?

—Sí. Por desgracia, a mi madre le cabe un estuche entero.

Empezó a rebuscar en su mochila.

—Creo que tengo uno, voy a ver qué pasa.

—Tom no te ha dicho nada de Robbie, ¿verdad?

Como de costumbre, su cerebro estaba ya en otra dimensión, inaccesible al resto de los mortales, y se metió el instrumento de medición por debajo de la camiseta.

—¡Ja, ja, ja! ¡Se ha caído! ¡He superado la prueba! ¡La he superado! Ahora te toca a ti.

No me interesaba:-Por qué el DS me besaría y me diría "te veo después" si no quisiese decir te "te veo después"? Crees que él está preocupado por ser menor que él? O será por mi nariz?No haría ninguna diferencia si estuviese hablándole a un pato. Jas empujaba el lápizhacia mí:

-Vamos, vamos... estas con miedo.

-No, no lo estoy. No tengo miedo de un lápiz.

-Entonces, pruébalo.

-Ah no, por el amor de Dios.

Agarre el lápiz de su mano, levante mi camiseta y lo puse debajo de mi seno derecho. En verdad, se quedó atrapado, pero me he movido un poco para que pueda caer.

- Si, se ha caído.

- Te has movido.–protestó Jas.

- No lo hice.

- Si, te he visto.

- No me he movido. Pareces una pava alocada.

- Te has movido. Mira, déjame hacerlo, te mostraré.

Ella agarro el lápiz y estaba tratando de colocarlo bajo mi seno cuando Jackie y Alison, las Gemelas Resentidas, aparecieron en la esquina. Jackie se sacó el cigarrillo de la boca para decir.

- Mira, nuestras amigas lésbicas salieron para darse unas apretadas en la tarde.

Ah, no, vamos de nuevo con los chismes de lesbianismo. Empezare a prepararme para los chistes el próximo semestre

Faldas Cortas o Piernas Largas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora