-🍑; #NoAlHateYaoiInazuma-
Aquí un nuevo libro, donde habrá muchos One-Shots de cualquier pareja de Inazuma Eleven y sus temporadas. ¿A qué esperas para entrar?
¡Es Yaoi al rojo vivo! ¡Se aceptan pedidos!
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Creado el 22-07-2016
Resubido el 27-03...
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Apto para todos los públicos. Gabi: Kirino. Víctor: Tsurugi. Dedicado a Natsu_Kirin
NARRADOR OMNISCIENTE:
—Al fin acabaron las clases... —Dijo agotado el peli-azul, mientras recogía sus libros y los metía pesadamente en su mochila.
El día de hoy había sido monótono y aburrido. En la clase ya no se encontraba nadie, aunque era normal, hacía ya diez minutos que sonó la campana, pero Víctor no se percató de ello, ya que se había dormido. La clase de álgebra a última hizo que inevitablemente sus neuronas desfallecieran.
Víctor, apresurado para ir a ver a su hermano Vlad, sale corriendo de clase, pasando "casualmente" por el aula 2°C donde impartía clase Gabi, el defensa del Raimon con una apariencia un poco afeminada y curiosa, esperanzado de que aún se encontrara allí. En todo el día no había conseguido verlo y sus ganas de hacerlo eran notorias. Desde el primer día que vio a Gabi, no pudo evitar sentirse atraído por él.
Al acercarse a la puerta, sonrió al ver que efectivamente el chico se encontraba allí, borrando la pizarra mientras escuchaba música con sus cascos blancos. Se quedó parado en el marco de la puerta por unos segundos más, hasta que decidió irse corriendo al Hospital.
—Hola Camelia. —Saludó el delantero a la enfermera.
—¿Quiere ver al señorito Vladimir, cierto? —Sonrió al ver, como ya era costumbre, a Víctor. Camelia pensaba sin duda que él era un gran hermano.
Él asintió y tras el permiso de Camelia, Blade se fue a la habitación de su hermano.
—¡Hey hermanito! No hace falta que vengas todos los días. —Sonríe dulcemente Vladimir, que se encontraba en su cama viendo la televisión.
—Ya... Bueno. —Mira hacia a un lado y se sienta en una silla junto a la cama de su hermano. —¿Qué tal tus piernas?
—Van bastante bien, los de rehabilitación siempre me dan ánimos, además, me debo esforzar al máximo para volver a jugar al fútbol con mi hermanito Víctor. —Vuelve a sonreír.
—Ya veo. —Mira a través de la ventana, feliz de saber que el Sector Quinto iba a pagar la operación de su hermano y que finalmente, volvería a jugar al fútbol con él.
Pero a pesar de esa felicidad, en el día de hoy se sentía algo inquieto. No paraba de pensar en Gabi, en su sonrisa y sus ojos color cielo. Necesitaba un abrazo suyo.
