Inazuma Eleven Yaoi

8. MeteoxOzrock. 【Estelar】

Apto para mayores de 15 años.
Bitway Ozrock: Ozrock Boldar.
Ishigashi Gorham: Meteo Garnet.

Pedido de: Stargazer-BO10

-Debe ser un error... ¡Un completo error! -Apretaba fuertemente el papel que tenía en las manos, arrugándolo. -No puede ser cierto...

Andaba sin parar, a un lado y al otro de aquella habitación violeta. Debía encontrar una solución lo antes posible, o sino, su vida como la conoce, no sería lo mismo. No, sin él.

Harto, suspira enfadado, y sale apresurado del cuarto de su amigo Meteo. Intenta buscar alguna señal más, de aquel secuestro inminente y aterrador, que por extraño que pareciese, ponía los pelos de punta al peli-verde.

Todos, al ver la cara desesperada de Ozrock, le preguntaban qué pasaba, pero él siempre respondía lo mismo. "No pasa nada"; mientras iba corriendo por los pasillos del lugar.

Nervioso y agobiado, sale de aquel palacio, para poder respirar aquel aire fresco de la mañana, y así, intentar calmar los miles de pensamientos que no cesaban en su mente.

Se aleja y se sienta en un mirador, donde se podía ver gran parte del bosque sagrado.

-«Si quieres encontrar a tu amigo, busca el camino. Si quieres encontrarle, mira al horizonte, donde la Luna se pone y las emociones se esconden. Aquella piedra, donde señala el sonido y el cielo estelar se ha unido.» -Leyó en voz alta de nuevo aquel acertijo, que le era imposible entender.

"Solo falta una noche para que Meteo sea asesinado, debo encontrarle y verle, abrazarle de nuevo." -Pensó el joven.

Entonces, decidido, dejó una carta a la princesa y se fue a los pueblos cercanos buscando alguna pista, para hallar la respuesta y así poder juntarse de nuevo con su amado.

-Perdone señor. -Llamó la atención de un anciano que estaba cortando leña al lado de su humilde casa. -¿Conoce alguna piedra donde se une el sonido y el cielo? -Dijo un tanto agotado, ya que llevaba tres horas andando sin parar.

El anciano le miró de arriba a abajo, seguidamente sonrió y señaló a una colina un poco lejana, pero que se podía ver perfectamente desde la cabaña de madera.

-¿Ves aquella colina? Creo que ahí podrás encontrar tu respuesta. Debes preguntar por una tal Marette, ella conoce todo el lugar y seguro que te ayudará. -Puso una mano en su espalda, y empezó a dar pequeños golpecitos, en señal que le dolía. -Salúdala de parte de Varin Rufun. -Tras eso se fue, dejando el hacha apoyada en un ancho tronco cortado.