Después de...

Parte 6

Pude escapar del chofer/mayordomo y en este momento estoy caminando en dirección a la que era mi casa. Tengo el estómago revuelto. Cada paso que doy es más pesado que el anterior y siento que en cualquier momento mi determinación claudicara.
Me detengo en seco al ver lo que está al lado derecho del camino.
-El parque, aún sigue aquí.
Salgo corriendo entrando, está un poco descuidado pero lo que importa es que sigue aquí.
-Tantos recuedos, siempre venía aquí desde pequeña. Primero a jugar con mis amigos del barrio y cuando fui creciendo fue mi refugio.

Están todos los juegos, los sube y baja, la resbaladera, la caja de arena y, el columpio. Me acerco al último, me siento en el último del lado izquierdo.
-Aquí, siempre aquí.
Cada que me sentía mal siempre venía aquí, mi lugar favorito de todo el parque. Me siento débil y sola, temo por lo que pueda ver. Mi pecho se comprime de sólo pensar y mis pies tiemblan. Yo... creo que después de todo aún no estoy lista.
Me comienzo a columpiar mirando el cielo como queriendo alcanzarlo.
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-Que haces por aquí.
Alzó la mirada topandome con Tay quien comía un bolo. Que yo recuerde él no vivía por aquí aunque siempre me acompañaba a casa.
-Sólo pensaba y usted
-yo vivo por aquí
-Y desde cuándo
-Desde hace un par de años. Pero eso es otro tema, ¿Qué hace un estudiante a estas horas?
-¿Qué hora es?
-las 6
-el tiempo pasa volando cuando uno piensa.

Supongo que será otro día, estuve mucho tiempo aquí sin darme cuenta y de seguro el chofer/mayordomo del viejo debe estar buscándome como loco. En especial cuando me deshice del celular con gps. El cual me dieron pensando que no sabría.
-Me presta su celular, tengo que llamar para que me recojan.
-En ese caso has lo desde mi casa, es mi deber como profesor cuidar de mis estudiantes.
-ok.
Le seguí de continuó sin decir nada, no me siento con el ánimo de hablar. De seguro ese viejo me va a echar un sermón y con este ánimo mío terminaré llorando en cualquier minuto.
Sinceramente me tiene preocupada mi propia cobardía. Pensé que podría ir y pasará lo que pasará estaría bien con tal de saber la verdad. A quién quiero engañar, es normal que tema por lo que pueda ver. Digo, no es un tema fácil de sobrellevar es algo muy serio y delicado. Aún si he practicado un millar de escenarios en mi mente, no creo estar tota...

-Llegamos, hogar dulce hogar.
Alzó la mirada, siento como mi corazón de un brinco y mi cuerpo se tensa, siento que me falta el aire y aún así.

-Está es, tu casa...- digo en un hilillo de voz
-Sí- dice mientras abría el candado de la puerta del enrrejado.

No puede ser, está es... Mi casa... Entonces ellos... Yo... No puede ser.
-Esto... No... Puede...
Siento que todo se comienza a distorsionar excepto la casa y la voz de Tay es como si estuviera muy le...
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Está sensación de tener el cuerpo pesado, supongo que me desmaye. Abro mis ojos y puedo notar que es el techo de la casa del viejo.
-Ya era hora de que despertará.
Volteó y veo al viejo sentado en una silla al lado mío
-Cuanto tiempo estuve inconciente.
-Desde ayer
-Ya veo
-Así sin más, que crees que pudo pasar sino fuera...

Le doy la espalda
-Ahora no, no estoy de ánimo, sólo quiero estar sol... Solo.
El viejo se detiene parece que comprendió pues le escuchó salir sin decir nada.
Ahora, sólo quiero refugiarme en estas sábanas y llorar con todas mis fuerzas. Llorar por lo que me pasó, por mi vida, por lo que estoy perdiendo... Por la soledad.

~2 días después~

No salí de mi cuarto ni permiti que alguien entre. Sorprendentemente el viejo no se a quejado, supongo que es porque al menos como el almuerzo. Hoy es jueves según el reloj las 2:30pm ya debieron acabar las clases. Pensé sobre lo que pasó ese día y llegué a la conclusión de que no debería suponer cosas sin tener todos los hechos. En los manga shojo siempre pasa eso de que la protagonista piensa mal al no ver todo el panorama. Por eso no pienso caer en ese cliché.
Para eso debo acercarme a Tay de esa manera le podré sacar información dado que si pido ayuda al mayordomo sospechara.

PAC PAC PAC PAC

La puerta, que raro, la hora del almuerzo ya pasó.
-Joven amo Derek tiene una visita.

¿Visita? Me levanto de la cama y me dirijo a la puerta. Mi dormitorio es uno grande tiene una sala enfrente de lo que es mi recámara pero no tiene paredes por ende se ve la gran cama, los muebles del dormitorio y la puerta donde es mi baño y la otra donde están mis vestimenta. Sí, un cuarto enteró dedicado para eso.
-Visita? Quién?
-Su profesor de lenguaje el señor Tay Xian
Abro la puerta bruscamente y le veo ahí parado al lado de la sirvienta.
-Y a ti quién te dejo entrar
-Su abuelo joven amo- responde la sirvienta
-Puedo pasar.
Suspiro no tengo de otra, además está sería una buena oportunidad para sacarle algo. Le hago pasar y le pido a la sirvienta que traiga algo, nos sentamos en los muebles. Él parece un poco sorprendido por la situación, de seguro no pensó que mi casa sería así.
-Lo escondo porque hasta para mi es un poco incómodo.
-Ya veo. Bueno, vine para traerte las tareas ya que al parecer no tienes ningún amigo y los demás profesores están muy ocupados y como soy el más joven no pude negarme.
-Así que es por obligación, bien puede dejar las en la mesita, aunque claro pudo enviarlos por correo ya que recuerdo haberlo dado en mís datos personales.
-De acuerdo, también vine porque estaba preocupado. ¡Vamos! Te vi desplomarte enfrente de mi casa. Es normal estar preocupado.
Pensar que sigue actuando tan arrogante para verse genial cuando sólo quiere demostrar su preocupación. Al menos él no a cambiado. Comienzo a reirme para luego decirle
-Sólo debiste ser honesto. Y gracias.
-suspira- Creí que estarías peor. Aún así, me alegra que no fuera tan grave, realmente me diste un susto ese día.
-Ya estoy mejor
-En ese caso, deberías al colegio, no es bueno que sigas faltando así nunca tendrás amigos o pasarás el curso.
-No te preocupes, soy inteligente y con lo otro no creo que sea gran problema no tenerlos.
-Aislarse no está bien, al menos deberías tener un amigo.
-En ese caso, Tay ¿Quieres seres ser mi amigo?.
Le veo sorprenderse un poco para luego suspirar como dándose por vencido.
-Está bien seré tu primer amigo.
-Bien-sonrió ampliamente