—No puedo creer que esté contigo en esto —dije molesta sin mirar a Jason que caminaba a mi lado— Digo, esto es ridículo, joder.
—Para mi tampoco es muy agradable hacer esto contigo —soltó— Así que, será mejor que hagamos esto lo mas rápido posible para poder irme lejos de ti.
—Ah —me quejé frustrada y me giré para enfrentarlo— Deja de ser tan odioso, en serio, eres..
—¿Yo odioso? —me interrumpió y levantó la voz haciéndome callar— Tú eres la odiosa, joder —rodó los ojos con una risa de burla en su cara.
Entrecerré mis ojos y me paré frente a él para golpear suavemente su pecho con mi dedo índice, él miró mi dedo en su pecho para luego elevar lentamente su mirada a mis ojos, sus ojos color miel se encontraron con mis ojos color verdes.
El momento se detuvo por unos largos segundos —eso creí yo— nuestras miradas no se separaban y parece que un brillo apareció en su mirada. Bajé la vista a sus carnosos labios, eran rosados y creí por un momento que besarlos sería como tocar el cielo. Que cosa mas absurda.
—No soy odiosa —susurré bajando la mirada a mis pies.
Cerré mis ojos fuertemente maldiciéndome internamente por lo que había pensado sobre sus labios, lamí los míos y negué con la cabeza lentamente.
Tonta. Tonta. Tonta. Tonta.
—¿Qué te pasa? —escuché la voz de Jason sacándome de mis pensamientos.
—Nada —suspiré fuerte y lo mire nuevamente— Demonos prisa, quiero irme de aquí.
Comencé a caminar rápidamente con Jason a mis espaldas, sabía que me seguía por el sonido de sus pasos.
Algo que me llamaba la atención de un chico era su forma de ser, mientras mas odioso, antipático, frío, era mejor. No me gustaba que fueran atentos, románticos y esas cosas cursis que los chicos hacían para conquistar a una chica. Pero Jason, oh Jason. Jodido, jodido, jodido Jason. Deja de pensar en ese idiota.
—Ahí esta la casa —habló Jason a mi lado haciéndome sobresaltar.
Levanté la mirada para encontrarme con una casa con todas la luces apagadas, perfecto no hay nadie en casa. Una sonrisa se formo en mis labios y camine hacía la casa, pero algo no me lo permitió.
—¿Qué demonios..? —baje la mirada para ver que Jason tenía su mano sujetando mi brazo. Ese tacto, me hizo estremecer, como si una corriente de electricidad recorrió todo mi cuerpo.
—No tan rápido, pelirroja —me sonrío de lado y me soltó.
Fruncí el ceño al escuchar por el apodo con el que me había llamado, él no me tomó importancia y caminó frente a mí, le seguí los pasos y mi vista bajo hasta su trasero, tenía bastante y al darme cuenta, una sonrisa inconsciente se formó en mis labios sin darme cuenta. Jason se giró para mirarme y mis ojos quedaron viendo su entrepierna, al percatarme, abrí mis ojos hasta mas no poder y subí rápidamente mi vista para mirarlo a los ojos.
—¿Qué mirabas? —levantó su ceja izquierda y cruzó sus brazos sobre su pecho, su voz transmitía nada mas que burla.
—Na-Nada —tartamudeé y negué rápidamente con la cabeza— ¿Qué esperamos para poder entrar?
No me respondió y llegamos a la puerta, él sacó un objeto que brillo en la oscuridad y lo introdujo a la cerradura, la puerta rápidamente se abrió. Entró él primero y luego yo, pero pronto choque con su pecho cuando sé detuvo en seco.
—¿Que coño haces? —me quejé y levanté mis manos algo molesta.
—Sh —me hizo callar y se giró— Ten cuidado ¿esta bien?
Rodee mis ojos —Se cuidarme sola, no necesito de tu ayuda, rubio oxigenado.
—No me llames así, pelirroja. —entrecerró sus ojos mirándome, lo cual me causo mucha gracia.
Reí ante nuestra infantil pelea, comencé a caminando por delante de él y mi vista se posó en el sofá roja, abrí mis ojos como platos y me acerqué para agacharme y meter las manos abajo para comprobar si se encontraba el dinero. Y efectivamente, había algo.
—Ven aquí —susurré a Jason— Hay algo aquí abajo.
Sentí los pasos de Jason a mis espaldas y algo rozo mi hombro, me giré y noté que estaba agachado a mi altura mirándome.
—¿Qué haces mirándome, idiota? —gruñí y él giró su mirada hacia el sofá.
Él levanto el cojín del sofá y yo saqué una bolsa negra, adentro debería de estar el dinero; saqué rápidamente la bolsa para dejarla en el suelo y apoye mis rodillas en el suelo para poder revisar si estaba el dinero o no.
—¡Perfecto! —grité bajo emocionada— ¿Te dijo Jake cuanto era exactamente?
—Doscientos mil dólares —dijo Jason contando el dinero.
—¿Crees que esté todo? —mordí mi labio inferior mirándole esperanzaba para saber si era la cantidad que buscábamos.
Sus ojos se encontraron con los míos y bajo su mirada a mis labios, note como lamió lentamente sus labios y abrió sus labios, luego de unos segundos habló.
—No hagas eso —su voz sonó algo ronca.
—¿Crees que esté todo, si o no? —suspiré enojada.
¿Que se cree este idiota decirme lo que tengo que hacer y lo que no tengo que hacer? No es nadie para mandarme.
—Si, está todo aquí —soltó y se levantó del suelo para tomar la bolsa negra y meterla en un bolso que traía en su espalda.
—Bien —me levanté y esperé a que estuviera listo con el dinero en el bolso— Vamos.
—Vamos —respondió dejando el bolso en su espalda.
Caminé hacia la puerta y mi cuerpo choco con algo o alguien. Fruncí el ceño molesta y al segundo me di cuenta que debería de ser el tal "Bruce" o alguien de su banda, ya que yo solo vine con Jason.
—¿Que coño hacen ustedes aquí? —habló la persona con la que choqué.
Me alejé y sentí el pecho de Jason en mi espalda, mi mirada subió hasta el rostro del hombre y mi piel se erizo.
No puede ser que después de seis años, me encuentre con ese asqueroso hombre.
—T-Tú —dije con odio y miedo en mi voz— No puede ser.
—¿Melanie? —unas arrugas aparecieron en su frente, al verme mejor, una sonrisa espeluznante apareció en su rostro y pude ver los dientes de oro que aún tenía desde la última vez que lo vi— Tanto tiempo, Melanie.
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No Sense ➸ Jason McCann {jb}
Fiksi Penggemar"-Eres mía. -Cariño, no soy propiedad de nadie."