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Max estaba parada frente al espejo, delineando su vientre una y otra vez mientras fijaba su vista en él. Unas manos se deslizaron sobre las de ella, tomándolas. Unos labios rozaron su nuca y ella se dejó caer contra ese pecho, rendida.
-Sos tan hermosa.-susurró en su oído.-No entiendo por qué las lágrimas. No deberías estar llorando. -la hizo voltear.- Amor, todo va a estar bien.
-No me entra la ropa.-musitó ella.-Ni los corpiños. Amor...
-Estás embarazada. Las remeras se te van a levantar porque ya está grande. Los pantalones de tiro alto que te gustan no los podes usar como te gustan. Los corpiños te van chicos porque ahora hay leche ahí. Mi amor, es todo parte del embarazo. A todas les pasa.-acarició su rostro con suavidad y sonrió.-Sos preciosa y te amo. Vamos a ir a comprar ropa, para los tres.-la besó suavemente.-Yo no estoy embarazado, sólo gordito.
Max rió suavemente y se abrazó a él como pudo. Al salir, todos los demás estaban ahí, listos para ir de compras.
-Chicos, síganme.-dijo Louis y ellos obedecieron al instante.-No vemos abajo, Max.

Abrió los ojos como platos al toparse con los cuatro jóvenes sosteniendo panzas falsas bajó su ropa. Rió suavemente y subieron al auto sin decir absolutamente nada.
-Chicos, están gordos.-rió.
-No.-corrigió Niall.-Estamos embarazados que es muy diferente.
Ella se recostó en el hombro de su hermano y sonrió.
-Gracias.
-Lo que sea por vos, Maxi. Quiero ver la cara de tu papá cuando lleguemos.
-Él también está embarazado.-comentó ella.- ¿Vos crees que papá este bien? Se porta raro.
-Tu papá quiere volver a casa con los planes que tenían de vivir juntos.-dijo Harry.- Pensá que vos sos su hija, la luz de sus ojos. Imaginá que si tu hermano llora viéndote embaraza y comprometida, para él es mucho peor.
Pararon en el centro comercial y su padre abrió la puerta. Lo miró un instante y notó que sus ojos estaban fijos en el auto. Rió cuando vio a los demás y ella se aproximó a Liam.
-¿Podrían adelantarse un minuto?-le pidió en un susurro y él asintió posando sus labios sobre los de ella-Te amo.
-Te amo todavía más.-murmuró y llamó a los demás.
James cerró la puerta y Max rozó su mano con suavidad.
-¿Papá?-preguntó bajito.- ¿Puedo hablarte?
-Hija, no creo que sea un buen momento.-murmuró él bajando la mirada con el ceño fruncido.
Ella quiso decir algo pero notó que él miraba a lo lejos. Volvió a juntar los labios y puso la mano sobre mi vientre.
-¿Puedo quedarme con vos?-preguntó casi con terror a la respuesta.
-Tenes que ir con los demás.-dijo y clavó sus ojos en ella.
Respiró profundamente y apartó la mirada antes de fingir que rascaba su mejilla, mientras barría una lágrima. Avanzó dos pasos y luego se volvió con suavidad.
-Extraño que seamos lo que solíamos ser.-murmuró y vio a los chicos señalándole una tienda.
Su padre no dijo nada y su hermano se apresuró a tomar su mano, ganándole a Liam. Volteó y le sacó la lengua, pero ella no logró sonreír de ninguna forma.

Los chicos cargaban con lo que parecían demasiadas bolsas para una sola tarde de shopping. Max se sentó junto a Liam y recostó la cabeza en su hombro.
-¿Todo está bien?-preguntó él.
-Creo que necesito...-tomó su vientre y miró a todos lados alarmada.
-Max...-empezó Niall.
-Viene.-musitó.-Por Dios. Viene Noah.-comenzó a sentir las lágrimas y a tomarse el vientre.-No puede venir.-lloró y tuvo que inclinarse con una mueca.-No... No puede. Tengo miedo.-lloró y volvió a retorcerse.-No...
-Shh.-unos brazos la tomaron.-Maxi, tranquila.
-Papá, no puede.-lloró.-Tengo miedo. No voy a poder. No...-volvió a retorcerse y abrieron la puerta.
-Bebita, yo sé que vos vas a poder.-dijo y ella negó mientras la acomodaban en la silla.-Si. Tranquila. No voy a dejarte sola. Estoy con vos. Papi está acá.
Todo era una locura. Podía escuchar que gritaban que pujara. La voz de Liam y de su papá la llenaba los oídos y la dolía. La dolía tanto.
Entonces todo cesó y lo único que llenó el lugar fue un llanto.
-Señorita Tomlinson, le presento a su pequeño varón.-dijo la enfermera.
Lo miró, sonriendo cansadamente. No lloraba y sus ojos estaban cerrados. Tenía toda la piel enrojecida y era pequeño. Tan pequeño... El dedo de Liam tomó la pequeña manito y ella rió con suavidad, dejando que la bese.
-Hola, Noah.-susurró.-Él es Liam, tu papá. Y él es James, tu abuelo.-la mano de su padre se ahuecó en su cabeza.-Y yo soy tu mami.
-Tenemos que llevarlo.-dijo la enfermera, sacándolo de sus brazos con cuidado.
Vio cómo se llevaban a si bebé. La mano de su papá le presionó el hombro pero no pudo volverse. Noah Payne acababa de llegar al mundo.

Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora