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-Tenemos que irnos, Louis.-volvió a decir Niall, a través del cristal.
-Si mi hermana no viene, es porque algo le pasó.-dijo él.
Harry, molesto, lo tomó del brazo y lo subió al auto. El joven gritaba, furioso, intentando bajar. Cuando llegaron al lugar indicado, bajó casi corriendo con intenciones de ir a por ella. Fue entonces cuando divisó a ese oso enorme recién afeitado, canoso, con los inmensos ojos verdes puestos en la chica que dormía en sus brazos.
-Max.-dijo él, corriendo hacia la chica. Ella abrió sus ojos suavemente y bostezó.
- No me despertaste.-dijo al hombre.
-Ayer corriste por las paredes hasta tarde. Si te despertaba te ibas a caer del sueño.
-¿Max, dónde estabas?-preguntó Louis, desesperado porque ella ignoraba su presencia.
-Estaba con papá.-dijo ella, bajando de los brazos del hombre.
La furia se abrió paso en las facciones de él y la tomó del brazo, a lo que el hombre reaccionó poniéndose delante de ella.
- No vas a hacerle nada. Él es mi papá.
- No. Él no es tu papá. Papá está muerto y...
-Soy su papá.-dijo James.- Hace años que estamos juntos y...
-Basta. -pidió ella.
Llamaron a todos lo que trabajaría en la gira y James se marchó con ellos mientras Max caminaba al bus junto a su hermano.
-Hola.-dijo ella al entrar.
No era de gran agrado para nadie ahí. Louis había puesto a todos en su contra. Notó que ya habían escogido camas así que se acostó en la de Louis a la vista de que no había otra.
-Ese hombre no es tu papá.-sentenció.- No podes ir por ahí y tomar a cualquiera de padre.
-Él no es cualquiera. Además, después de la gira voy a vivir con él.
-¿Qué? No.
-Ni siquiera me dejas quedarme en la casa cuando está Freddie. -dijo ella.- No sé si te acordas, pero fue tu decisión entrar en esa casa.
-Estabas adentro. Te estabas prendiendo fuego. No iba a dejar que te murieras.-dijo exasperado.
- No me salvaste, Louis. Sólo empeoraste todo. Me sacaste mi decisión.- lo miró furiosa y salió del bus.
-¡Maxi!-dijo James, quien la había oído.-Estamos por salir. Subí al bus.
-Yo quiero ir con vos.-dijo ella y Louis frenó en seco. No recordaba haberla oído hablar así antes, como si fuera una beba.
-Cuando paremos para el almuerzo, voy a venir a buscarte.-prometió él y la abrazó con fuerza.-Ahora andá. Te amo, ¿si?
-Te amo.-susurró ella y volvió al bus.
Su hermano la miró extrañado. Ella se sentó en la cama y miró por la ventana en completo silencio. Louis dudó antes de sentarse detrás de ella y apoyarle ambas manos en los hombros.
-¿Hace cuánto lo conoces?
-¿Te acordas esa vez que era el cumpleaños de mamá y ustedes no querían jugar conmigo?
-Te escapaste de casa.-dijo él.-Tenías seis años.-guardó silencio y la hizo voltear.- ¿Lo conoces hace once años?-Max asintió.- ¿Todo este tiempo la pasaste...?
-A él le gustaba jugar conmigo. También fue a hablar con mi maestra cuando ella dijo que yo no iba a pasar de año. Estudiamos juntos. Quiero quedarme con él.
-Max, tenes que entender que no es tu papá real. Yo soy tu hermano.
-Vos no me dejas conocer a Freddie. Dije la verdad. Me liberaron del correccional, Louis. Te dije lo que pasó. ¿Qué más queres?-su tono era duro, lo que provocó el enojo por parte de él. Quería que le hablara como a ese hombre.
-¿Qué hacías vos ahí adentro?
Ella no respondió. Volvió a mirar por la ventana y empezó a delinear figura con los dedos sobre el cristal empañado. Su hermano se marchó, molesto. Los cuatro chicos entraron en la otra habitación contigua y ella se dejó caer en la cama. Extrañaba a su papá.
Cuando Niall volvió, miró los dibujos en el cristal y luego a ella, que dormía tranquilamente. La tapó con cuidado y borró el dibujo, entre triste y perturbado.

Cuando el bus de detuvo, la puerta de abrió rápidamente y Max se desperezó, mirándola. Vio una sombra que aguardaba junto a la puerta y sonrió.
-Papá.-dijo al salir, tirándole los brazos al cuello.
-¿Estabas durmiendo?-ella asintió y miró de reojo a los demás, que estaban bajando.-Ya es hora de almorzar. Espero que tengas hambre.-Max bajó la mirada y él rió.-Vos siempre tenes hambre.
-Vamos, Max.-dijo su hermano, obligándole a caminar a su lado.
-Vos no venís.-le dijo Harry a James.
-Soy su guardaespaldas personal. Es mi trabajo.
De mal modo, tomaron lugar en la mesa. Los platos se sirvieron y Max se sentó junto al hombre. Ante las miradas de su hermano y el resto de la banda, levantó el enorme brazo, se juntó más a aquel cuerpo y lo dejó caer, haciendo que la rodeé.
-¿Vas a comer?-ella asintió y dio un bocado. Se detuvo y él la miró.-No, no. Es pescado. Escupilo acá.-puso una servilleta y ella obedeció.
-Que asco.-dijo Louis y el hombre juntó a Max más a él.
-¿Preferías que tu hermana de ahogara?-ella subió a sus piernas y cerró los ojos.-Ey, tranquila.
Su hermano no podía creer ver que ella mostrara afecto por alguien. No después de que llevara tanto aislada de todos. El hombre le besó la cabeza y le dio un bocado de puré.
-¿Es alérgica al pescado?-preguntó Harry. James asintió y ella los miró de reojo.- No era broma que es como tu hija.
-Claro que no lo es.-dijo él.
No acotó nada más, porque sabía que algo le pasaba a Max.

Pequeña TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora